BERGOSA - PARROQUIAL DE SAN SATURNINO-Rutas romanicas por el altoaragon-A.Garcia Omedes

Bergosa es uno de los pueblos abandonados que sus antiguos ocupantes se empeñan en evitar que desaparezca. Los cercanos núcleos poblacionales de la Garcipollera fueron expropiados para reforestar sus términos municipales y evitar los arrastres de tierras al río Aragón que amenazaban con colmatar el pantano de Yesa. Así pasaron a ser historia Yosa de Garcipollera, Bescós, Acín y Larrosa. Bergosa no se expropió. Las casas en ruinas tienen propietarios legales que se resisten a su desaparición. Deshabitado desde 1966, está teniendo un "resurgir" a partir de 1998. Sus vecinos celebran cada 29 de Noviembre la festividad de San Saturnino y han arreglado un fraginal (pajar) a poniente del templo desde donde las vistas sobre el valle del Aragón son espectaculares, tanto hacia el Pirineo como hacia la Val Ancha, con el fuerte del Rapitán y Jaca recortándose contra la mole de Peña Oroel. Dicen de forma pomposa que han llevado a cabo el "Plan Hidrológico de Bergosa" (PHB) consistente en soterrar una manguera a lo largo de los 250 m que separan la fuente del citado fraginal (2004).

El 30 de Mayo de 2004, a pesar de amenazar tormenta, subimos con 4x4 desde la pista de la Garcipollera mi colega jaqués José Romero Fernández y yo para visitar el lugar y tomar imágenes de su templo. Nos advirtió el guarda acerca de una zona unos 500 m antes de llegar al pueblo que si llueve se transforma en barrizal insalvable (como no hace mucho tuvo él ocasión de comprobar). Tampoco hay que menospreciar al río Ijuez, fácil de vadear, pero que su amplio cauce nos pone sobreaviso de cómo las gasta si hay tormenta.

Es todo un lujo comer un bocadillo de tortilla preparado en el mesón Hostal de Castiello sentados a la sombra de un árbol dejando vagar la mirada por el milenario paso de peregrinos que sigue siendo el valle del Aragón. Nos sobrevoló, ignorándonos, un quebrantahuesos y tras reponer fuerzas un matrimonio que había subido al fraginal nos invitó a tomar café y copa mientras afuera caía un pequeño chaparrón. Más rato nos hubiéramos quedado allí escuchando y compartiendo charradas de no ser por que nos inquietaban las advertencias del guarda y amenazaba más agua.

Bergosa es fácil de localizar. Desde Castiello de Jaca se ve con claridad hacia el sureste en lo alto de su atalaya. Caminado se llega por senda que sale de la margen izquierda del río unos 3 kilómetros antes de Castiello por el puente de Torrijos. En 4x4 (vial de uso restringido que precisa de permiso) se accede desde la pista de acceso a la Garcipollera: a unos 3 Km de Castiello sale a nuestra derecha pista descendente con barrera en su arranque que zigzagueante nos deja en el pueblo (El track de cabecera es el de esta pista). Desde poco antes de llegar al pueblo (Imagen 2) ya sorprende su belleza, máxime esta húmeda primavera de 2004 que ha llenado los campos de variados matices de verde.

A pesar de los esfuerzos y el optimismo de los vecinos que han rotulado los nombres de las casas y desescombrado la iglesia, la imágen es la de un lugar devastado en proceso de degradación difícilmente reversible. Solo podría cambiar el futuro -si lo tiene- una vía de acceso con las mínimas condiciones para acarrear materiales de construcción y facilitar el tránsito de personas. Nunca se sabe. Villanovilla logró renacer.

El templo, situado a poniente del caserío, está canónicamente orientado y luce hoy ante su cabecera un andamio que es más una "objetivación de deseo" que un proceso eficaz de restauración (Imagen 1). Originario del siglo XII, ha sufrido, como es lo habitual, múltiples transformaciones en los siglos XVII y XVII. En ellas se le adosaron naves laterales con múltiples arquerías, capillas y capillitas hoy en ruinas, además de un atrio y la torre situada al sur del arranque de la nave.

Pueden considerarse originales la cabecera de medio cilindro centrada por ventanal doblemente derramado y con canecillos lisos sustentando el alero, así como la mayor parte de su muro sur que contiene la portada de medio punto dovelada y al interior, sobre ella un ventanal cegado. También el muro de poniente en el que se advierte el perfil del templo primitivo que centraba el óculo en altura (Imágenes 3 y 4). Una gran grieta amenaza con la caída del muro norte. De reciente aparición, se relaciona con un movimiento sísmico notado en la zona hace unos pocos meses.

Al interior el templo aparece desescombrado. En el altar se despliega un nostálgico belén de figuritas de plástico. La cabecera del templo se compone de un cilindro absidal realizado en buena piedra sillar y cubierto con cuarto de esfera. Por delante hay un presbiterio amplio que cubre con medio cañón. Una imposta biselada recorre ambas estructuras, sin continuarse por la nave (Imágenes 8, 9 y 11).

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El cilindro absidal se centra por un pequeño ventanal de doble derrama cuyo medio punto se sitúa justo sobre la línea de imposta. Una credencia es el único ornamento del lado sur del presbiterio (Imagen 11). Parte de la grieta que existe en la bóveda del ábside se ha rejuntado con cemento: pero se continúa por toda la bóveda presbiteral avisando de la divergencia de sus muros laterales.


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