Volver a Jaca es siempre una delicia. Como
en tantos otros lugares la belleza y lo desconocido nos aguarda siempre
allí donde menos lo esperamos; en ocasiones en lo alto de una columna,
otras en forma de un "bloque de piedra" con restos de un Pantocrator
al más puro estilo del "maestro de Frómista-Jaca"
cuidadosamente guardado en la sacristía... Hoy es viernes 13 de Febrero. Las nevadas van quedando
atrás y parece asomar tímidamente la primavera. Hoy mi día
festivo lo dedico por completo al interior de la seo jaquesa. Necesitaba
repetir detalles de sus capiteles. Leer el artículo de Prado-Vilar
"Saevum facinus.." me ha hecho volver
de nuevo la vista al sarcófago de Husillos y al genial escultor que
tras fijarse en su escultura la tomo como modelo para labrar un par de capiteles
en Frómista y después marchar a Jaca, donde hacia 1077 se
estaba poniendo en marcha una gran obra de edificación de la catedral
de Aragón para el príncipe-obispo García. Allí, el maestro de Frómista-Jaca
repite una y otra vez lo visto en Husillos, modulando su estilo clásico
de hacer y sirviendo a su vez de modelo para todo el "románico
dinástico", retornando su estilo hacia castilla e incluso más
allá del Pirineo.
No es en absoluto extraño, a
tenor de lo expuesto magistralmente por Serafín Moralejo en 1973,
hallar en los capiteles de la seo jaquesa personajes de corte clásico
en forzadas posturas de piernas separadas ("postura quiástica")
y gestos de ira o terror deudores de la tragedia de Esquilo -Orestiada-
traída desde el frontal del sarcófago de Husillos. Pléyade
de cuerpos semidesnudos con clámides y ropajes que evocan los
velos de la tragedia allí narrada. Furias o Erinias aquí
traídas y mostradas como personajes en curiosa simbiosis con serpientes.
Dramas familiares de gran intensidad sincretizados en Abraham obedeciendo
y preparando a su hijo para el sacrificio en el capitel de la Lonja Chica.
Todo esto y más pasaba por mi mente a la par
que disparaba mi cámara captando mil y un detalle de capiteles
mientras en el interior del templo vibran los ecos de la misa cantada
de 10,30 cuyas salmodias me llevan lejos, muy lejos en el tiempo. Todavía hay poca luz en el templo. Mientras el
día va a más comienzo mi labor por los capiteles de la
cabecera, más luminosa que el resto. Reparo en que hay dos capiteles
dobles. Son los dos únicos capiteles dobles de todo el interior del
templo. Sobre sendos pares de columnas flanquean en altura la embocadura
del ábside principal que fue derribado para edificar el actual en el XVIII. Colocando el cursor sobre la imagen sobre estas líneas
se resalta su ubicación.
En el lado norte, el capitel
parece hacerme un guiño de complicidad. Allí en las esquinas
del mismo el personaje desquijarando al león es "primo hermano"
del que hay en Loarre. En el espacio central del doble capitel sendos
seres, aparentemente pájaros, pero cuyo abdomen serpentiforme los
hace sin duda monstruosos, picotean los extremos de la vegetación
que se superpone a los caulículos. Y es allí cuando
caigo en que hay más caulículos de los que debería.
Me da la sensación de estar "bizqueando" y viendo doble..
¿O es que este capitel doble no es tal, sino que es "capitel
y medio"?
Y resulta que sin lugar a dudas es CAPITEL
Y MEDIO. Sobre la cesta doble de un capitel en el lugar
donde debería ir el ábaco se ha intercalado la zona superior
de otro capitel doble de igual tamaño y estilo. Pasando el cursor sobre la imagen debajo
de estas líneas se advierten ambos elementos superpuestos y reunidos
por medio de una fina capa de argamasa, al igual que en otras junturas
de piezas.
¿Y en el lado sur qué ocurre?...
pues exactamente lo mismo en lo funcional. Aquí el capitel muestra
palmetas, bolas y piñas. Por encima del mismo, intercalado entre
la cesta entera y el ábaco de nuevo se ha colocado la porción
superior de otro capitel doble convenientemente aserrado.
Al igual que en el anterior, colocando
el cursor sobre la imagen bajo estas líneas, se alterna entre el
capitel de base y el medio añadido sobre él.
Estoy analizando visualmente los dos
"capiteles y medio" dobles de la embocadura del ábside
mayor, que a la vez se comportan como torales. ¿Pero qué
ocurre en los situados frente a ellos en los apeos posteriores de estos
torales?. Pues ocurre que allí hay dos
grandes capiteles perfectos, erigidos cada uno de ellos sobre una única
semicolumna adosada. Palmetas y vegetales en el meridional frente al
"capitel y medio" de las palmetas. Y frente al "capitel
y medio" de los personajes desquijarando leones y aves monstruosas
hallamos otro con ángeles portando en clípeo la representación
de un alma. Al igual que veremos también en Loarre. Colocando el cursor sobre la imagen
bajo estas líneas señalo su ubicación.
Hay, pues, dos hechos evidenciados:
primero que -al menos- había
cuatro capiteles dobles. Segundo, que para nivelar la altura de
los apeos de los arcos torales de la bóveda hubo que destruir la
mitad de ellos y aprovechar las dos mitades superiores para aumentar en
altura a los situados a ambos lados del arco triunfal. De esta forma se
alcanza la simetría en el apoyo de los arcos torales. Colocando
el cursor en la imagen bajo estas líneas se advierte la nivelación
en el toral del lado sur.
A partir de aquí surgen varias
dudas. ¿Por qué solo columnas dobles en el lado de la cabecera?.
¿Por qué la diferencia en el tamaño de estos capiteles
con respecto al resto de los del templo?. ¿Dónde estaban
destinados a ir los dos capiteles dobles que se aserraron para confeccionar
los suplementos?.
Es probable que la respuesta esté
en las diversas fases edificativas del templo. Domingo Buesa estima para
la primera fase un intervalo entre los años 1076 y 1082. En esta
fase se alza la cabecera y "se consolida la planta basilical del
templo, estando al filo de 1082 los muros levantados y los ábsides
en su mayor parte".
A partir de 1082 por enfrentamientos
entre Sancho Ramírez y su hermano el obispo García, con
la condesa doña Sancha como "una de las mentes más
intrigantes del reino", la edificación del templo se detiene
de modo absoluto. Será en el primer tercio del
XII, entre 1104 y 1130 bajo el reinado de Alfonso I cuando de nuevo se
retoma la actividad edificativa. En el testamento del conde Sancho Ramírez,
hermanastro del rey de idéntico nombre, se estipula en 1105 la
donación de una cantidad de dinero para la edificación del
ábside del lado del evangelio de la catedral de Jaca. Otra fecha
fija es la aportada por la bula Pie Postulatio del papa Inocencio
III quien cita que a 19 de abril de 1139 la catedral ya está acabada
(D. Buesa. Las Catedrales de Aragón. Caja de Ahorros de Zaragoza,
Aragón y Rioja. 1987).
Existe la posibilidad de que al retomar
las obras con la cabecera definida, el desajuste con las naves obligase
a replantear los niveles horizontales del sustento de la bóveda
siendo necesario recrecer estos capiteles.
No parece probable que en la actuación
del XVIII para demoler el ábside central y rehacerlo en un tamaño
mayor para albergar el coro fueran desmontados estos apoyos. Por otra
parte, de haber sido así, es más lógico que se hubiesen
levantado semicolumnas adosadas como en el resto del templo. Las dobles
columnas rematadas en capiteles también dobles, es un modelo que
bien pudo traer el maestro de Frómista-Jaca de aquél templo,
donde los arcos fajones más anteriores de cada nave lateral apean
en su porción exterior en las dos únicas parejas de capiteles
dobles de ese templo.
Sea de una u otra forma, es un dato
más para analizar el devenir de este templo-referente en el arte
románico internacional. Volver una y otra vez, supone encontrarse
hechos incontestables y dudas de difícil solución.
Por cierto en esta última imagen,
el pilar que vemos a nuestra izquierda luce un perfil de triple esquina,
típico del modo de hacer lombardo en los lugares donde se debía
alzar una bóveda de arista. En altura rebasa los ábacos
de los capiteles de los arcos formeros. Pero no lo encontramos en los
demás pilares del templo, con lo cual no parece tener sentido.
Como digo, son tantas las dudas como el placer de notar sus "peculiaridades".