| -CENARBE IGLESIA DE SAN PEDRO- |
Saliendo de Jaca en dirección
norte y remontando el Camino de Santiago, un poco antes de llegar a Villanúa
hay que tomar un desvío a nuestra derecha que pasa próximo
al cementerio. Continua asfaltado en dirección a un antiguo vertedero
sellado. Unos metros tras acabar el asfalto (2,5 km.) se toma el segundo
de los desvíos que salen a nuestra izquierda. La pista da un amplio
rodeo para salvar el "monte do Apóstol", sin tanta elegancia como
lo hace el viaducto del ferrocarril de Canfranc erigido en el siglo XIX que traza
medio círculo de gran belleza (Imagen
11). Su contemplación nos indica que estamos
en el buen camino No hay pérdida ya hasta las ruinas del pueblo.
La pista continúa hasta el contiguo valle de La Garcipollera desembocando
en el mismo a la altura de Bescós. (Ver en cabecera trayecto inverso,
con final en Castiello) (2003, 2004 y 2012).
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"Llueve
mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia,
como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo,
entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya
mucho tiempo borrada." (Camilo José Cela. "Mazurca para dos muertos".)
El 4 de Septiembre
de 2003 había quedado con José Luis Aramendía para localizar
las ruinas de una
ermita en la falda de Oroel. Pero como el tiempo pintaba como "cuando mataron
a Lázaro Codesal,
cuando se borró la raya del horizonte"
nos hubimos de conformar con la subida hasta Cenarbe que José Luis
sabía que a mi me faltaba. Y para eso están los amigos.
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El templo
de Cenarbe fue en origen un sobrio edificio románico del siglo XII pleno,
un poco del estilo del no lejano de Acín de Garcipollera al que me
recuerda mucho por su estilo y lamentable situación de ruina. Canónicamente
orientado, su ábside, carente en la actualidad de ventanal, luce como único adorno
una imposta biselada que separa muros verticales de bóvedas a lo largo
del mismo y del amplio presbiterio que lo precede (Imágenes
3, 4 y 5). Todo ello realizado en piedra sillar perfectamente cincelada y escuadrada.
El resto del
templo desapareció, dejando paso a una triple nave con pilares cruciformes
que generan arcos formeros y fajones. Desprovisto hace tiempo de cubiertas,
sirve de abrigo a una abundante vegetación que crece en su interior. Hubo
un coro alto de madera a los pies que está reducido a maderamen vencido
conservando su apoyo en el muro de poniente (Imágenes
7 y 9).
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A la vez que
se reformó el templo se le añadió una esbelta torre
adosada al lado sur del presbiterio. Su base alojó la sacristía
que se comunicó con un amplio vano creado a través del espesor
del muro presbiteral (Imagen
8). La rotura de su menguado dintel, que inicia
una grieta ascendente, no le hace augurar ningún buen futuro. Caerá
el presbiterio y quizá la torre a él adosada...
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Algo
mojados marchamos a comer a Sabiñánigo dejando para mejor
ocasión la excursión a Oroel. Quedó arriba Cenarbe en
su soledad, muerto... como "Lázaro Codesal bajo la sombra de la higuera de su pecado en sosiego el día que
se borró la raya del horizonte, cuando en Marruecos un moro de la cabila
de Tafersit -según lo más probable- lo mató a traición."
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En la primavera
de 2004, una vez hubo dejado de llover, volví a Cenarbe. Esta vez las
fotos las tomé "en secano". Las imágenes
2, 6, 7, 11 y 12 son de esa fecha. Aporto en
cabecera el track que comienza en Bescós de Garcipollera, pasa junto
a Yosa y acaba en Castiello de Jaca. Desde la Garcipollera,
con desvío a izquierda antes de Bescós, zigzaguea y alcanza
altura para llegar a Cenarbe. Desciende de nuevo hacia Castiello sin necesidad
de llegar a Villanúa, como en el track aportado en cabecera. La pista
se reúne ya cerca del río Aragón con la que sube hacia la ermita
de Trujillo. Es pista de acceso
restringido, de gran belleza por sus vistas, magnífica para recorridos
con bicicleta de montaña.
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