LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO
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-SAN VICENTE DE LABUERDA. IGLESIA DE SAN VICENTE MÁRTIR- (BIC. 22-III-2002) |
UTM 31T 262163 4706064 770 m. |
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Desde Ainsa hacia el norte, remontando la orilla derecha del río Cinca y una vez rebasada la localidad de Labuerda, hay que estar muy atento al cartel indicador del desvío de San Vicente y aun así es fácil pasárselo pues incluso una vez tomado el giro más parece un callejón sin salida que la carreterita que nos va a conducir en unos 2,5 Km. a tan bello lugar. Un espejo circular doble, muy útil a la hora del retorno a la carretera principal situado enfrente al ramal descrito, sirve de referencia para localizar el desvío. La iglesia está poco antes de llegar al minúsculo núcleo de la población. Se halla exenta sobre una pequeña elevación. Es templo de nave única acabada en ábside canónicamente orientado y con abundantes añadidos posteriores al siglo XVI (Imagen 1). El planteamiento general del templo así como el modelo para su portada siguen el de la colegiata de Santa María de Ainsa, cuya consagración en 1181 da pie para ubicar el origen del templo de Labuerda hacia los últimos años del siglo XII o los primeros del XIII (2002, 2003, 2006, 2010 y 2014).
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El planteamiento del templo, como ya he comentado, sigue el esquema general de Santa María de Ainsa. Es de nave única orientada a la que se añadieron en el siglo XVI capillas laterales para darle planta de cruz latina. Los añadidos del porche, sacristía y torre -siguiendo también el modelo de la de Ainsa- le confieren su actual aspecto. La planta originar resaltada en azul puede reconocerse en la imagen 6.
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El acceso al recinto cementerial donde se ubica el templo se efectúa bajo un esconjuradero interpuesto entre este y el cementerio (Imágenes 5 y 6). Se dispone enfrentado a la mole de la Peña Montañesa de cuya parte debían de llegar a la zona las peores tronadas. Desde este lugar las tormentas eran esconjuradas o conminadas por el sacerdote a disolverse o a ir a apedrear a otro lugar. Viendo estas esotéricas construcciones no puedo dejar de pensar que si en verdad el esconjurador tuviese fe absoluta en la actividad que desarrolla no deberían estar provistas de tejado.
El ábside se estructura en tres niveles de diámetros decrecientes de arriba a abajo gracias a dos discretos retranqueos, uno situado por debajo del nivel de la base de sus dos ventanales y el otro bajo las columnitas en que apean las ménsulas a las que sirve de apeo. La decoración de la porción superior del ábside es original e inédita en el Alto Aragón. A primera vista recuerda vagamente a los frisos de baquetones del Gállego, pero con sus elementos muy separados y además con ménsulas interpuestas entre ellos y la cornisa. Hay un hecho edificativo en esta estructura que merece la pena señalar. Se trata de que las columnillas no son iguales ni cumplen la misma función. Alternan las que sustentan ménsulas cóncavas y hacia abajo descargan el empuje en el retranqueo con otras que sustentan ménsulas de aspecto bulboso y que no llegan a descargar en el retranqueo por acabar por encima del mismo cortadas a pico (al modo de algunas columnas del císter que no llegan al pavimento). Hay otra diferencia entre estos dos tipos de elementos y es que en los primeros las columnillas son de sección poligonal, achaflanadas sus esquinas mientras que el resto son redondeadas (Imágenes 9 y 10).
Recordando imágenes vistas en otros lugares, me viene a la memoria el pórtico románica del Monasterio de Veruela en Zaragoza sobre el cual, una sucesión de columnitas decorativas sustentan a través de pequeños capiteles un friso de arquillos. Creo que su modelo es cisterciense y que está más cerca de lo señalado para Veruela que en lo que se menciona de los frisos de baquetones del Gállego.
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La portada de la iglesia abre en el muro sur bajo un porche añadido en época moderna. Consta de cuatro arquivoltas de arista viva en degradación apeando a través de columnas con su porción superior tallada a modo de capitel e inferior de basa. El estilo del conjunto evoca al de Santa María de Ainsa (Imágenes 11 a 13).
Los extremo superiores de las columnas están tallados a modo de capiteles integrados en estos elementos monolíticos. Lucen motivos geométricos rudos y de una bella simplicidad, muy similares a los que podamos hallar en funciones apotropáicas en dinteles u otros elementos ornamentales en el Alto Aragón. La hexapétala por ejemplo, es un símbolo que aparece con enorme frecuencia entre los modelos decorativos con función de salvaguarda (Imágenes 15 y 16).
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Por encima de la clave de la portada hay una hornacina cuadrada de biseles achaflanados decorados con bezantes. Por su forma, tamaño y situación es probable que enmarcase un desaparecido crismón (Imagen 14).
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En la fecha que visité la iglesia por primera vez (24 de Mayo de 2002) un equipo de restauradores estaban "poniendo a punto" el retablo de san Vicente Mártir, salvado de su destrucción en la Guerra Civil gracias a que fue desmontado y ocultado por los propios vecinos del pueblo. A pesar de que estaban esperando la visita de la Consejera de Cultura de la DGA, me permitieron tomar unas imágenes del ábside y prometí volver cuando estuviese concluida la restauración del valioso retablo gótico. Labor importante y poco reconocida la de estos profesionales obligados como en este caso a trabajar a pie de obra en alejados lugares. Cuando ya marchaba coincidí con un Mercedes de evidente aspecto oficial que hubo de hacer repetidas maniobras para encarar el camino hacia la iglesia de San Vicente. Espero que la sra. Consejera comunicase al titular de vialidad el estado del acceso a tan bello y cuidado monumento. Cuando uno sube fuera de temporada -como a mi me gusta hacer- no hay excesivos problemas; pero no me imagino cómo se las apañarían numerosos turismos subiendo y bajando por una carretera en que justo cabe un vehículo.
Patrimonio en su lugar de origen, adecuadamente restaurado y vigilado. Pero junto a ello y para promocionar su visita son necesarios accesos en condiciones, atención al visitante, lugar dónde reponer fuerzas, descansar, comer, poder ir a un baño... En fin que la restauración y conservación, siendo muy importante, no es sino uno de los muchos elementos necesarios para poner en primera línea nuestro patrimonio.
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Al interior del templo tras su restauración destaca el hecho de haber sido eliminada la abundante decoración pictórica existente que ocultaba la estructura de la cabecera de la iglesia (Ver imagen de José Luis Aramendía de 3 de Agosto de 1993), conservándose algunos motivos "testimoniales" de la misma como el Agnus Dei de la imágen 20 o el "jarrón" del lado sur de la bóveda presbiteral con la fecha de 1774 en su interior (Imagen 19)19202122
En el extremo sudeste del caserío del pueblo, se sitúa "Casa Buil", destacando una torre de aspecto claramente defensivo, con aspilleras y una elegante ventana geminada (Imágenes 21 y 22) realizada con una pieza monolítica de dos arcos de medio punto, capitel y parteluz cilíndrico" injertado.2324
A finales de Julio de 2003 volví a San Vicente para tomar imágenes del interior de la iglesia con su retablo gótico ya restaurado y repuesto en su lugar. Amablemente me acompañaron de Casa Buil a pesar de que la primera hora de la tarde era más propia de siesta que de arte. La imagen 23 muestra en todo su esplendor la cabecera del templo con el retablo de San Vicente. En las imágenes 24 y 25, muestro detalles de la cabecera del templo y de su retablo presidido en los lugares preferentes por san Miguel, san Vicente y san Lorenzo.25 26
El retablo es de estilo gótico, obra de Juan de la Abadía (Padre e hijo, ambos del mismo nombre que trabajaron en la zona entre 1455 y 1513). san Vicente mártir ocupa el espacio central del retablo, sentado en trono ricamente decorado y con los atributos de su pasión (palma y rueda de molino). San Lorenzo y Santiago peregrino lo flanquean a nuestra derecha y al lado opuesto, san Esteban y san Miguel. La zona central de lo descrito se muestra en la imagen 26. En la parte alta del retablo hay un calvario flanqueado por cuatro escenas de la pasión de san Vicente. Abajo, entre dos tablas alargadas en que aparecen san Pedro y san Pablo, aparecen las santas Catalina, Bárbara, María Magdalena y Lucía.
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Varias cruces de consagración adornan todavía las paredes del templo. Una de ellas es la de la imagen 27. La pila bautismal se halla semiempotrada en una capilla lateral frente a la puerta de acceso al templo (Imagen 28).28
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En la vaguada existente a poniente del templo se sitúa la pequeña ermita de san Visorio. Podemos ubicarla visualmente en la imagen 1 que abre la página, claramente destacada de la vegetación como un puntito blanco. Su cabecera se halla excavada en la propia roca y decorada con pinturas murales modernas alusivas al santo y a mártires que lo fueron junto a él. Los paneles explicativos existentes en el lugar ofrecen de san Visorio la siguiente descripción "Un joven muchacho llamado Missolin natural de la pequeña aldea francesa de Cadellihan, emprende un viaje en busca de la Bendición Divina. Será en estas montañas de Sobrarbe donde profundice en la sabiduría de lo místico de la mano del anacoreta Froilán. Pronto es nombrado sacerdote convirtiéndose en una auténtica celebridad. Pero pronto su vida se verá truncada al ser asesinado junto a sus dos ayudantes, Firminiano y Clemencio, por parte de un grupo de sarracenos. Es en este mismo lugar donde se levanta en su honor en 1715 el pequeño eremitorio donde se conservarían sus reliquias, hoy desaparecidas."
En el centro del retablo de san Vicente se conserva un relicario con restos óseos en los que aparece el nombre de san Visorio (Imágenes 30 y 31).