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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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| -LAS BELLOSTAS. PARROQUIAL DE SAN RAMÓN NONATO- |
   UTM 30T 746391 4693602 1290 m. |
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La pequeña localidad de Las Bellostas se sitúa en la cabecera del río Vero, entre éste y el barranco de Balcez. Tierra agreste bien conocida por barranquistas que acuden hasta estos parajes a practicar su deporte favorito. Dista de Ainsa alrededor de 18 kilómetros por Pueyo de Morcat y Boltaña. Las viejas pistas que unen las localidades de su entorno han sido asfaltadas en buena parte permitiendo un acceso más fácil a estos lugares. El caserío está habitado de continuo por media docena de personas (20119.
Es viernes 23 de septiembre de 2011. Recién comenzado el otoño pero todavía con calor, el tiempo amenaza tormentas y antes de que las pistas se embarren y se vuelvan peligrosas (el barro arcilloso o "buro" es un obstáculo difícilmente superable, incluso con vehículos 4x4) decido acudir a este lugar para visitar el despoblado de Bagüeste. Informado de que en Las Bellostas quedan restos del templo románico hago una parada y fotografío desde la carretera su iglesia, que retrepada sobre una pequeña altura nos recibe. El caserío está oculto tras la mencionada elevación del terreno. Merece la pena la panorámica. La iglesia, aparentemente sola y como telón de fondo un territorio agreste y la mole de la sierra de Guara al fondo componen una buena fotografía (Imagen 1).
Yo he accedido hasta aquí por Adahuesca, Colungo, Almazorre y Sarsa de Surta. Carretera para disfrutar de velocidad moderada merced a las incontables curvas que serpentean entre barrancos y angosturas.
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En el pueblo pregunto a una persona por la pista hacia Bagüeste y me señala la adecuada, asfaltada en su inicio lo cual despista tanto como el indicador doblado que señala hacia el interior del caserío. Pregunto por la posibilidad de visitar la iglesia y me indica que las llaves las tiene Pablo, de casa Molinero. Sigo pista hacia Bagüeste y al poco trecho me cruzo con un todo terreno. Paro a confirmar que llevo buena dirección y para decir a dónde voy y cuáles son mis propósitos. Siempre es bueno que haya alguien que sepa hacia donde vas en esta tierra en la que si cambia el tiempo puede tornarse bastante inhóspita. Con tan poca gente por aquí pienso que quizá el otro chófer sea Pablo. Le pregunto y para mi satisfacción me dice que si. Que él tiene las llaves y que cuando vuelva de Bagüeste me mostrará la iglesia. Nunca viene mal un poco de suerte.
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La iglesia de las Bellostas está dedicada a San Ramón Nonato. Es un edificio del siglo XII en su cabecera y quizá del XIII en lo que respecta a la nave con su bóveda apuntada. Es difícil reconocer la estructura original a primera vista ya que ha sido "rodeada" por estructuras añadidas a lo largo de los siglos. Capilla lateral y torre al sur, sacristía y capilla a norte así como nichos adosados directamente al cilindro absidal, dejan poca de su estructura a la vista (Imágenes 3 a 8). En la aproximación a la planta del templo que he dibujado a partir de las fotografías es más fácil reconocer la relación de la zona original del templo con los añadidos de los siglos XVI y XVII (Imagen 9).
En la zona visible del ábside se advierte la rudeza de su obra (Imágenes 3 a 5). Sillares con poco desbaste, hiladas de diferentes anchuras, abundantes piezas pequeñas para corregir desigualdades, etc. Lo habitual en la fábrica de un edificio del románico rural. Sin duda transmite arcaicismo. El medio punto de su vano absidal, monolítico de piedra toba, asoma por encima de los nichos (Imagen 5). La torre, adosada al muro sur, aprovecha el paramento del mismo para su apeo norte. Consta de dos cuerpos. El inferior, abovedado con eje perpendicular al de la nave, hace las veces de porche cobijando el acceso a la iglesia (Imágenes 7, 8, 10 y 11). En el superior abren vanos de campana en los lienzos meridional y occidental (Imagen 8). La puerta original del templo debió de estar en el mismo lugar en que se halla la actual. La clave de la embocadura del porche se decora con un escudo (Imágenes 10 y 11).
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Paso la mañana recorriendo y fotografiando el deshabitado lugar de Bagüeste y ya hacia la una y media vuelvo a Las Bellostas para buscar a Pablo y ver si le viene bien acompañarme al interior de la iglesia. Junto a su casa (casa Molinero) me esperan él y su hermano Alejandro. También una legión de gatos. El más pequeño, casi un peluche, no se separa de nosotros. Pablo me dice que ya empezaba a preocuparse por mi tardanza. Le explico que los fotógrafos somos unos pesados cuando nos liamos a hacer fotos. El tiempo se detiene y te olvidas de todo buscando captar ese pequeño detalle que has conseguido ver. Creo que no entienden mi afición, pero lo aceptan.
Me dice Pablo:
-"Suba que tomará una cerveza antes de ir a ver la iglesia".
Me ofrecen sitio en el banco corrido de una alargada pieza "cocina-comedor"... y me sacan una cerveza y unas pizcas de jamón y queso y longaniza y un poco de vino y un tomate de su huerta y ... ¡ufff!
-"¿Le gusta el ajo?"...
-Si por supuesto...
-"El aceite es de oliva, del bueno"... y un par de lonchas de lomo que pasa por la sartén..
-"Nosotros ya hemos almorzado; pero usted coma que luego iremos a la iglesia"...
Luego un café recién hecho y un poco de coñac del de la fiesta y una pasta y conversación...
Entre tanto hablamos de todo un poco. Nos empezamos a conocer. Les digo quién soy y qué hago y me explican entre los dos, hablando al tiempo o turnándose, quiénes son y que hacen. Me cuentan cosas de su pueblo. De las gentes que han comido en esa casa: Marcelino Iglesias, Cosculluela, la Consejera de Cultura Marivi Broto, el obispo Osés conduciendo su pequeño coche ("el prelado que le sustituyó, no debía ser mucho de subir"), el mosen José María Cabrero que no falta a comer el día de Navidad... hasta "los Albertos" que vinieron a ver el parque de Guara. Me hablan con ojos húmedos de Miguela, su madre, fallecida hace poco tiempo. Me enseñan la foto de la portada del primer disco de La Ronda de Boltaña en que aparece asomada tras la puerta de la casa... siento con ellos cariño y tristeza. Siento que son buena gente y que al poco de estar allí eres "de casa". Reconforta en los tiempos que corren encontrar todavía personas así
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Llegados al templo me muestra su interior y unas pinturas que salen bajo el ábside. Las veo y de inmediato reconozco que lo que aguarda bajo la capa de azulete del cuarto de esfera absidal es parte de un Tetramorfos muy bien conservado a tenor de lo que está a la vista. No hace mucho se restauró la iglesia, se repicaron los muros laterales; pero el mosen dijo que esa bóveda no se tocase, que había pinturas.
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En efecto: En el lado norte del ábside bajo una zona eliminada de azulete emerge el cuarto trasero y la pezuña del toro que representa al evangelista san Lucas. Por si quedaban dudas, bajo el mismo, una filacteria muestra su nombre y tres puntos en vertical al final indicando final de palabra (Imagen 17). Estos elementos aparecen sobre un fondo rojo granate tachonado de estrellas de color claro.
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Por encima de la pintura descrita asoma en un pequeño desconchón parte de una cabeza nimbada que por lógica debe de corresponder al Viviente de san Mateo (Imagen 18). E incluso en un pequeño desconchón cerca de la imagen de san Ramón afloran líneas de ese mismo tono rojizo sobre la capa de enfoscado original, que a primera vista me parecieron juntas de sillares (Imagen 19).
En lo formal, el templo es de nave única con presbiterio precediendo al cilindro absidal. Cubre éste con cuarto de esfera y aquél con cañón de medio punto. Ambos poseían imposta biselada, desaparecida en el lado sur por la apertura de una capilla que destruyó esa zona del presbiterio y en los extremos del cilindro absidal quizá para encajar en su día algún retablo (Imágenes 13 a 16). La nave que continúa a esta cabecera cubre con bóveda de cañón apuntado lo que la lleva ya a un momento del XIII (Imágenes 13 y 20). Son interesantes también la pila bautismal y la benditera (Imágenes 22 y 23).
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En fin, que marché de Las Bellostas con la alegría de haber visitado un templo románico que todavía no conocía, de saber que guarda un importante Pantocrator en su cabecera y, como no, de haber disfrutado de la hospitalidad de buena gente de esta tierra.
Por la noche mientras revisaba y preparaba parte de estas fotos que ofrezco a todos, resplandecían los relámpagos y varios chaparrones me hicieron recordar a Pablo y Alejandro. Por fin llueve. Espero que sea agua beneficiosa.
