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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-CONQUES. ERMITA DE SAN ESTEBAN- |
  UTM 31T 294938 4717649 1153 m |
Antes de comenzar he de advertir que no me fue fácil llegar a Conques; no porque la pista sea mala, que lo es, sino porque hay una maraña de pistas que lo complican a la hora de acertar con la correcta además de que, al estar el lugar oculto por el arbolado, no tenemos referencia visual de su ubicación. Una vez más el uso del GPS fue definitivo para lograr elegir la pista adecuada y llegar al sitio deseado (25 de mayo de 2005).
Circulando entre Sahun y Benasque al llegar a la altura de Eriste hay que desviarse a derecha por un puente que cruza la cola del embalse de Linsoles. A partir de ahí, hay que seguir la pista que nos lleva en dirección sureste -no la que bordea el pantano- para en poco más de un kilómetro alcanzar el arruinado lugar de Conques. Triste y ruinoso aspecto presenta el lugar que un día fuera lugar de residencia de la noble familia de Bardaxí.
"Descendía esta familia de Ximeno Fortuñón, caballero que peleo junto a Alfonso I el Batallador, quien como agradecimiento y según era su costumbre, le donó el valle de Bardaxí, del cual tomó su nombre. Intervino la familia Bardaxí en distintos acontecimientos históricos, apoyando decididamente la causa de los duques de Villahermosa en la sublevación de los ribagorzanos contra Felipe II, coyuntura bien aprovechada por el monarca para recuperar las tierras de la Ribagorza e integrarlas en su corona, tierras que hasta ese momento habían sido de Martín, duque de Villahermosa. El secretario de Felipe II, Antonio Pérez, implicó en su huida a Antonio de Bardaxí enemistándolo así con el rey, que ordenó el encarcelamiento y confiscación de sus bienes en el año 1592 y la demolición de todos sus castillos, incluso el de Conques que fue arrasado. Hoy solo queda de él los restos de una torre junto al palacio edificado en el XIX." (José Luis Aramendía: El Románico en Aragón. Tomo II Cuencas del Ésera y Cinca. pág. 149).
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El lugar ha sido utilizado como colonia infantil de verano. Las menguadas edificaciones existentes se hallan en fase de decidida ruina y resulta penoso contemplar en la actualidad lugares de notable peso en la historia del reino.
Al salir de una curva de la pista nos topamos de improviso con la torre fortificada que nos habla de tiempos mejores (Imagen 12). Sobre una de las puertas, reutilizado, podemos ver un antiguo escudo heráldico de los Bardaxí (Imagen 13). La iglesia dedicada a san Esteban se halla poco al sureste, exenta, en medio de un prado vallado semioculta por árboles y vegetación entre la que deambulan pastueñas vacas. Ellas con sus terneros y el sonar de esquilos son los únicos signos de actividad de la zona. De lejos me miran indiferentes y de lejos las vigilo inquieto... nunca se sabe.
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El templo, correctamente orientado, presenta una curiosa estampa como consecuencia de haberle sido colocado un tejado de pizarra al modo usual en esta zona del Alto Aragón. A pesar de sus añadidos y modificaciones sigue gritando a los cuatro vientos su antiguo origen. Lo escuchan las vacas y algún loco de los que andamos tras sus pistas. Poco más. Lo más interesante es su cabecera. Se trata de una edificación lombarda al modo tradicional que nos trae a la memoria imágenes de San Caprasio de la Serós o de las más cercana de El Run. Edificada en sillarejo y mampostería, se divide en tres lienzos por medio de dos lesenas mediales y otras dos marginales. Apeados en ellas y en tres ménsulas por lienzo, hallamos cuatro arquillos ciegos en cada uno de los mismos. El apeo de los arquillos en las lesenas se lleva a cabo directamente, sin intermedio de salmer. (Imagen 8).
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Cada uno de sus lienzos está centrado por un ventanal derramado, de arco de medio punto dovelado. Una pareja de recios contrafuertes ocultan la articulación de cabecera y nave. Hacia la mitad de los muros laterales una lesena asciende hasta el actual tejado. En el lado sur de la nave, junto al contrafuerte, abre un ventanal adintelado moderno. La puerta de acceso se halla en el muro de poniente. En su actual hechura es moderna y debió de reemplazar a la original que aquí hubiese. Sobre ella vemos sucesivamente un óculo moderno, la espadaña de un solo ojo original, cegada, que ha quedado incluida en el muro y sobre ella otra de la misma traza pero moderna (Imágenes 10 y 11). En la fase en que se recreció la nave la primera espadaña quedó "fuera de juego" y vino a formar parte del hastial de poniente.
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No pude entrar en el templo. Un candado lo impide y no hay a quien rogar paso franco. A través de unas reducidas aperturas cruciformes en las hojas de la puerta puede contemplarse el interior, que se usa como almacén de trastos. También los tres ventanales abriendo al cilindro absidal, solo vertiendo luz el central y una disposición de estructuras en la unión entre cabecera y nave, que como el resto del templo nos sigue dando pistas de cómo fue (Imagen 9). Se trata de una triple esquina "descarada", que se dejó in situ en alguna de las reformas. Y como no supieron qué hacer con aquello, la coronaron con un par de modillones sin más función que la decorativa. En principio esta disposición fue pensada para desarrollar una bóveda de arista. Y si hay fajón que divide en dos la nave, correspondiendo con las lesenas vistas al exterior, ambos tramos de la nave debieron cubrirse de igual manera, al modo de San Caprasio de la Serós (En aquél hay presbiterio, que aquí falta).
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La torre defensiva de época mucho más reciente así como el escudo de armas reutilizado sobre un vano de puerta moderno, nos hablan de épocas de esplendor de lo que hoy es otra de nuestras abundantes gloriosas ruinas (Imágenes 12 y 13).
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