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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-ADAHUESCA. ERMITA DE Nª Sª DE TREVIÑO- (BIC. 24-III-1982) |
  UTM 30T 747398 4669190 599 m. |
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Podemos acceder hasta Adahuesca por la carretera N-240 Huesca-Barbastro. Al poco de atravesar el río Alcanadre sobre un espléndido viaducto un desvío a la izquierda bien señalizado nos indica dirección a Alquezar (En la actualidad hay autovía y la salida está bien señalizada). Tras 10 km. de carretera sinuosa al llegar a la localidad de Adahuesca un desvío a derecha, hacia la mitad de la carretera existente al borde de la población, nos conduce por 1000 m de pista transitable para cualquier vehículo hasta la ermita de Nuestra Señora de Treviño.
Adahuesca deriva en su nombre de "ad Osca" o camino que conduce "hacia Huesca". Así se advierte en la primera cita existente de tiempo de Pedro I en 1096. No en vano se halla en la ruta que hacia la capital une los valles del río Vero y del río Alcanadre. Y siguiendo con los topónimos, Treviño deriva al parecer de la situación del templo "entre viñedos", como indica el Padre Faci en sus escritos. (28 de febrero de 2001, 2005 y 2014).
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El templo es un ejemplar tardío de transición románico-gótico datable en el primer tercio del siglo XIII. Al interior se decoraba con pinturas de estilo gótico lineal de las que aún queda una buena muestra. Fue templo monástico cuyo claustro fue demolido "por riesgo de ruina" en la década de los sesenta. Algo realmente lamentable. Numerosos restos de sus estructuras se guardan al interior de la capilla lateral sur, así como en casas particulares del pueblo. La planta del claustro se advierte perfectamente destacando sobre el terreno al norte de la iglesia.
Hoy, 26 de Noviembre de 2005, a pesar de la ola de frío que realmente se deja sentir, me he acercado para repetir imágenes y actualizar la página dedicada a este lugar. Mi agradecimiento a la alcaldesa del pueblo, Dª Pilar Vidal quien amablemente me acompañó en la visita. El templo es de nave única, canónicamente orientado y rematado al este por ábside poligonal de tres lados tras el que se marca con claridad un amplio presbiterio (Imágenes 1 a 4). En el siglo XVII se añadieron las habituales capillas laterales que le aportan planta de cruz latina así como un porche precediendo a la portada norte de comunicación con el desaparecido claustro. En el lienzo absidal central hallamos un ventanal de sencilla hechura, al igual que el existente en el presbiterio sur. Cabecera y nave se decoran en altura por canecillos decorados con motivos geométricos, rollos y alguna tosca carita. También hallamos bezantes en algunos tramos de la cornisa.
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El hastial de poniente se remata por medio de una espadaña bífora descentrada al sur. En él hallamos superpuestos vano de iluminación y portada (Imagen 7). El ventanal es muy elaborado a pesar de la sobriedad ya cisterciense de sus capiteles. Dos arquivoltas en degradación, la más interna con decoración incisa de zigzag, preceden a una aspillera que en algún momento fue burdamente ampliada para mejor iluminación del interior. Por fuera hay un guardapolvo decorado con puntas de diamante (Imagen 6). Bajo este vano, se halla la portada oeste decorada a base de arquivolta dovelada adornada también con guardapolvo de puntas de diamante. Las jambas rectas sustentan por medio de pequeñas mochetas un tímpano en el que hay esculpido un crismón trinitario del tipo oscense con amplia roseta central sin decoración en su interior. Tres pequeñas margaritas de ocho pétalos están esculpidas en los espacios vacíos (Imágenes 8 y 9).
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En el muro norte, protegida por atrio moderno con bóveda de crucería y restos de pinturas murales, hallamos la portada principal del templo. Consta de cinco arquivoltas de medio punto dovelado. Las tres interiores apean en tres parejas de capiteles decorados con motivos geométricos haciéndolo las extremas en jambas rectas (Imágenes 11 a 13). Todo ello con interposición de imposta corrida, también decorada con motivos geométricos y de zigzag. Por fuera se orla con guardapolvo de ajedrezado jaqués del que solo vemos un fragmento en nuestro lado derecho.
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La arquivolta más interior se decora en su intrados por una sucesión de rollos de tradición mozárabe (Imagen 14). Quedan abundantes restos de policromía probablemente de la época en que se añadió el atrio. Las hojas de la puerta lucen unos herrajes de bonita hechura, muy frecuentes por todo el somontano (Imagen 10). Tras el porche que protege esta portada hay una pequeña escalerita adosada que permitía acceder desde el exterior del templo al coro alto del mismo. Extraño en la actual situación; pero no raro, si se tiene en cuenta que antaño esta zona estaba al interior del desaparecido claustro.
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Al interior, es iglesia de una sola nave rematada en ábside de tambor que se cubre con bóveda de cuarto de esfera. Por delante posee amplio presbiterio cubierto con medio cañón. La nave consta de dos tramos marcados por un fajón apuntado que a través de capiteles lisos apea mediante semicolumnas adosadas al muro. La bóveda es apuntada. Un segundo fajón lo hallamos adosado al hastial de poniente en el que advertimos la elaborada decoración interior del ventanal ya visto al exterior. Recorre cabecera y nave una imposta biselada, delimitando paramentos verticales y bóvedas. A los pies posee un coro alto de acceso exclusivo por el exterior a través de una puerta en el muro norte; que probablemente comunicaría con dependencias anejas al desaparecido claustro (Imagen 16). En el arranque de la nave hallamos las capillas añadidas ya mencionadas, que son diferentes: es de medio punto la del lado sur y apuntada la del norte, como se advierte en las imágenes 17 y 20. Las decoraciones murales del presbiterio, modernas, recrean una arquería polilobulada de recuerdo orientalizante (Imagen 18).
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En el cilindro absidal y su bóveda quedan restos de pinturas de estilo gótico lineal datables en el siglo XIV (Imágenes 21 a 30). Sobre la bóveda de cuarto de esfera, encontramos la desdibujada imagen de un Pantocrator flanqueado por los cuartos traseros de dos de los tetramorfos reconocibles (Imágenes 28 a 30). En el del lado sur, se puede leer parte de la cartela : "LV.." correspondiente a san Lucas. Por debajo, entre una orla geométrica estrecha y otra más ancha (Imagen 23), hasta el nivel del altar hay una escena del "Noli me tangere" que muestra a Jesús con nimbo crucífero en actitud de bendecir a María Magdalena que se nos muestra postrada ante Él (Imagen 21). El rostro de la Magdalena ha sido eliminado de la pintura cumpliendo con una bárbara tradición ("damnatio memoriae") que desde los tiempos de la Roma Imperial perdura hasta nuestros días. Esta escena es reconocible por la cartela que hay sobre ella, inscrita en una estrecha banda y que dice: "M:MAGDALENA:IHS:"25
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En el lado opuesto del cilindro absidal hay una figura femenina, probablemente la propia Magdalena por la similitud de vestuario, recibiendo de un ángel del que solo se conserva un ala extendida, parte de la cara y el dorso de la mano, lo que parece una túnica (Imágenes 25 y 26). Sobre la escena hay una cartela de la que apenas se lee: "SEPVLCER...". Relacionando los dos fragmentos descritos, la escena del cilindro absidal es probable que narrase el pasaje de las tres Marías ante el sepulcro de Cristo resucitado.29
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Las pinturas de la cabecera del templo, de estilo gótico lineal o internacional, ponen en relación este templo con otros existentes en el Somontano (Bierge, Ibieca, Arbaniés, Barluenga o Liesa) y que merecen un recorrido monográfico para su contemplación. Otra cosa bien distinta es la verdadera aventura de "caza y captura" de la llave del templo. Localizar quién la tiene, encontrarlo con disponibilidad, pactar una visita... En fin, que hay que estar muy motivado para realizar el recorrido.
En mis anteriores visitas no había reparado en el motivo del desmantelado parcial del lienzo interior del cilindro absidal y la consiguiente desaparición de su decoración pictórica. Hoy me he asomado detrás del altar, y lo he comprendido. Los huecos excavados en los laterales del cilindro absidal nos indican bien a las claras que hubo retablo que ocultaba el cilindro. Y la tradición de muchos templos aragoneses de exponer la Custodia en el óculo que corona los retablos, requiere un acceso tras el mismo. Para eso se realizó una pequeña escalinata a base de desmontar sillares de forma escalonada, recolocando los retirados para formar un primer tramo (Imagen 27). Y en la última (deseo) guerra civil se destruyeron virgen y retablo quedando a la vista esta modificación estructural.
