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Candasnos se halla sobre la antigua nacional-II Zaragoza-Barcelona a 27 kilómetros de Fraga. Le ha ocurrido como a tantos otros lugares: la autopista que nos hace llegar antes a los destinos nos priva de conocer nuestros pueblos. Toda cara tiene su cruz.

El lugar fue reconquistado a los infieles en el siglo XII y bien avanzada su segunda mitad se puede datar el templo románico original. Hospitalarios de San Juan de Jerusalén fueron sus artífices, dependiendo de Villanueva de Sigena. Dedicada a la Asunción de la Virgen, es en origen de planta única, canónicamente orientado y edificado con sillares bien trabajados y escuadrados que lucen con frecuencia marcas de cantería (imagen 11).

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De su primitivo diseño queda la planta, buena parte de la cabecera así como elementos del muro de poniente. Comenzada su edificación en puro estilo románico, al modo del de Sigena del que era subsidiario, se continuó ya en el XIV en clave gótica, con ladrillo, sobreelevando su módulo primitivo. Los alargados ventanales apuntados en ladrillo de su cabecera con columnitas del mismo material rehundidas nos muestran el momento de la transición (Imagen 12). Se pueden relacionar de igual modo con el "románico de ladrillo", con el mudéjar o con el ya incipiente estilo gótico. Hacia atrás, los ventanales son cuadrados, se añaden cuerpos a la torre original, se levantan capillas laterales... Ya estamos viendo obra del XVII o XVII.

El cilindro absidal se centra en altura por una ventanita abocinada con dos arquivoltas decoradas con bocel que apean en cuatro columnillas con sus respectivos capiteles sin más decoración que unos leves motivos que les añaden volumen en su porción superior (Imágenes 6 y 7). Por fuera posee un guardapolvo liso. Sus hechuras son del estilo del no lejano lugar de Villanueva de Sigena. Justo por encima corre la cornisa cuajada de poco prominentes ménsulas. Más arriba encontramos ya el ladrillo de la transición.

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El muro de poniente, restaurado casi por completo en su revestimiento, guarda memoria de la portada que allí hubo así como el ventanal original que se abrió sobre la misma. Es de tres arquivoltas, restaurada por completo la exterior aunque guarda buena parte de su elaborada composición inicial. La interior es de ángulo liso. Con bocel y decoración de arquillos la intermedia y bocel y dientes de sierra la restaurada. Impostas troncocónicas, a modo de capiteles transmiten sus empujes a jambas rectas.

Guardan llaves para visitar el templo en la calle paralela a su muro sur, frente al estanco que hace esquina. La sensación que produce al entrar en él, es de ser un templo muy luminoso. Los ventanales en altura le aportan una iluminación natural que hace casi innecesaria la luz eléctrica al mediodía. Naves laterales añadidas, con sus capillas correspondientes, flanquean la nave original central.Se ha dejado vista la estructura en piedra sillar del cilindro absidal original (Imágenes 13 y 14).

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Centrando el cilindro absidal se halla la ventana que veíamos al exterior, derramada al interior y carente de decoración (Imagen 15). Se han conservado en un par de lugares del cilindro absidal algunas superficies con pinturas de su decoración primera. Probablemente de un momento gótico avanzado, son difíciles de interpretar más allá de sus colores oscuros y la decoración de frisos con animales monstruosos (Imagen 19).

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A los pies del templo hay coro alto con una bóveda de cuarto de esfera como réplica de la cabecera (Imágenes 16 y 17). Abre en él el ventanal que veíamos al exterior del muro de poniente. Es abocinado, aspillerado y consta de dos arquivoltas de perfil liso con impostas muy marcadas (Imágenes 17 y 18).