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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-ESQUEDAS. CASTILLO DE ANZANO (Cont.)- |
UTM 30T 704303 4677409 534 m |
Al lado sur de la iglesia arruinada hay una extraña edificación medieval de planta rectangular y cabecera plana, de 16 x 9 metros e idéntica orientación que aquélla. Entre ambas apenas hay 18 metros de separación,. Un murete, que es prolongación a línea de fachada del hastial de poniente del templo, acaba en mitad del muro norte de esta nave. La primera impresión es de que estamos ante una edificación de servicio a la explotación agrícola pues tiene aspecto de nave, pero un examen más detenido nos muestra su magnífica labor de sillería con abundancia de marcas de cantero así como una uniforme colección de canecillos panzudos sustentando la cornisa. Valentín Carderera la nombra como "Iglesia chica" en contraposición de la anterior a la que llama "Iglesia grande"
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Gracias a los dibujos y textos de Valentín Carderera sabemos que hubo una portada de bella factura en el muro norte del templo. Tenía -tiene- cinco arquivolta y un guardapolvo bellamente decorados que se sitúan en un cuerpo adelantado al muro y flanqueado por columnas rematadas por medio de capiteles de abigarrada lacería continuada por una moldura en altura. Las arquivoltas se decoran con dientes de sierra, arquillos ciegos, puntas de diamante, baquetones... todo ello en sucesión y al más puro estilo lemosino, siguiendo el estilo de lo hecho en la Puerta de los Ahijados de la catedral Vieja de Lérida y que veremos repetido en lugares próximos como el santuario de Salas en Huesca, San Miguel de Foces en Ibieca, la también expoliada portada de El Tormillo, hoy en Lérida o la portada de la catedral de Valencia.
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Quiero destacar que ninguna de ellas -excepción hecha de Foces- posee tímpano. Y aun en Foces el tímpano, liso, no posee decoración escultórica. Hago esta consideración porque en la "presentación" de la cripta del museo Marés, donde actualmente se halla la portada expoliada, se le ha añadido, a mayor gloria de la pieza, un tímpano que representa a la coronación de la Virgen por dos ángeles a los que flanquean otras dos figurillas de menor tamaño. Todo ello en clave muy gótica y tosca.
Las imágenes en tono sepia corresponden a estos elementos in situ. Son de 1942 y corresponden a la obra llevada a cabo por Ricardo del Arco (Catálogo Monumental de España-Huesca), recientemente consultadas en el Instituto de Estudios Alto Aragoneses de Huesca. Ya en esa obra, el autor indica refiriendose al tímpano esculpido, que ocupaba la portada oeste del templo, pero no era de ese lugar sino que decoraba en principio la desaparecida portada oeste de la nave situada al lado sur del templo hoy arruinado.
Piedras de poco valor para los propietarios de una hacienda cerealista que quizá acuciados por algún momento concreto de necesidad o quizá por ambición, fueron negociadas con un coleccionista catalán, filántropo para unos, "ladrón de guante blanco" para otros y que arrancadas de su lugar certificaron el abandono y la ruina del templo. Sin duda una tremenda pérdida para todos. Quizá el daño no sea definitivo porque la portada podría ser reclamada y reintegrada y el templo puede restaurarse a partir de lo existente. (Si; lo admito, soy un caso perdido de candidez). Es nuestro. Es tan de Aragón como los bienes de las parroquias de su zona oriental o las pinturas de Sigena. Su lugar les espera.
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La cabecera fue plana. En la actualidad ha desaparecido la hilada exterior de sillares y en su centro hay un gran contrafuerte moderno que estabiliza la estructura a la vez que ciega el vano del ábside. Hay un segundo vano, aspillerado al exterior y derramado al interior, también cegado en el lado sur del primer tramo (Imágenes 4 y 5).78
Al interior hallamos al templo dividido en cinco tramos por medio de cuatro arcos diafragma apuntados alzados sobre semicolumnas adosadas con capiteles lisos. En dos de los apeos del lado norte (los que centran una modificada portada) las semicolumnas dan paso a pilastras. Podemos advertir los perfiles cegados de los vanos en las imágenes 7 y 8. En la fecha en que tomé las imágenes, el interior de esta edificación se hallaba medio lleno de cereal. En origen cubrió con tejado de madera a dos aguas que en la actualidad se ha sustituido por bovedillas de cemento.
Abundan las marcas de cantería, más que en el templo arruinado. En la imagen 14 podemos ver las halladas en ambos. Además en el muro sur de esta edificación hay una curiosa y bien elaborada estrella de seis brazos y doce puntas que sin duda debe tener una simbología que se me escapa. También, muy gastadito pero reconocible, el grafitti de un caballo que aparenta porta a dos jinetes (Imagen 10, activa). Símbolo sin duda alusivo a la orden del Temple que me evoca lo descrito al visitar Cofita en el entorno de Monzón donde también los monjes-soldado constructores del templo dejaron la impronta de su imágen a caballo y a pie.
No es lógica la existencia de "dos iglesias románicas" como todo el mundo acepta cuando habla de Anzano. No tiene ningún sentido una duplicidad tan próxima. Por tanto debe de haber otra explicación. Y la que a mi me ajusta es por comparación, similar a lo visto en la localidad de El Tormillo donde a la iglesia se adosó una alargada sala segmentada por fajones a la que casualmente se accedía por portada de aspecto lemosino, expoliada y trasladada a la iglesia de San Martín de Lérida.
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Por tanto esta sala de El Tormillo, al igual que la edificación de la que hablamos o la sala del castillo de Monzón han de ser recintos de similar funcionalidad dentro de una comunidad templaria. Sala de reuniones o refectorio, o acaso ambas cosas a la vez. Y las fechas de mediado el siglo XIII ajustan con la expansión de las Ordenes Militares en esta zona de la Sotonera. Por tanto, es lógico pensar que primero fuese edificado el templo, ya en un momento avanzado de lo hispano-languedociano tomando modelo en San Gil de Luna, Ejea de los Caballeros o en la segunda fase de Santiago de Agüero. Estaríamos hacia el primer tercio del siglo XIII. No sería descartable contemplar la edificación del templo en dos fases, cambiando la inicial estructura por otra más fácil de ejecutar. A la segunda fase pertenecería la expoliada portada de la "iglesia chica". El asiento de las Ordenes Militares en Anzano hizo necesaria la edificación no mucho más tarde de esa sala-refectorio. Justificaría su extraño aspecto y los grafittis al exterior.
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En la siguiente pagina de "Colaboraciones" he reflexionado sobre el origen de la portada trasladada al museo Marés a la vista de unos dibujos de Valentín Carderera