Blecua es una pequeña población de alrededor de 180 habitantes situada a 20 kilómetros al sureste de Huesca de la que la separan 20 kilómetros en línea recta. Podemos llegar a la misma a través de la vía que une Huesca con Barbastro, tomando el desvío hacia Torres de Monte poco antes de llegar a Velillas, o también por la vía que pasa por las inmediaciones del aeropuerto Monflorite-Alcalá y continúa hacia Pueyo de Fañanás. De una u otra forma al llegar a las proximidades del lugar divisamos sobresaliente del mismo a su "torre" de Santa Ana que no es sino la iglesia románica edificada sobre un elevado afloramiento rocoso con signos de habitación muy anterior a la misma. (27 de febrero de 2001, 2002 y 2010).

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Y es que la denominación que ha hecho costumbre ha sido la de "torre-ermita de Santa Ana". A ello han contribuido dos circunstancias: el hecho de alzarse sobre el mencionado afloramiento rocoso lo que le otorga una mayor proyección vertical y el tratarse de un templo con casi tanta altura como longitud. También es un hecho cierto que la cubierta sobre este templo, lejos de lo habitual, se edificó a base de grandes losas colocadas conformando una plataforma sobre el templo que atestigua su utilización como lugar de vigilancia. Más adelante muestro imágenes de este elemento.

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Es bastante habitual en esta zona del somontano oscense el hecho de hallar vestigios de la cultura islámica consistentes en asentamientos sobre plataformas rocosas sobreelevadas en las que se labraron los asientos de viviendas, dependencias y sistemas de canalización y recogida de agua pluvial. No lejos de este lugar podemos referir como ejemplos el yacimiento de "Las Sillas" en Marcén, "El Castillo" de Piracés", el asentamiento de Usón al lado de la ermita de San Sebastián o el lugar llamado "La Iglesieta" en el mismo término municipal y de notable similitud con el que tratamos.

La zona fue reconquistada por Pedro I tras la toma de Huesca en 1096. Documentalmente figura la confirmación de la iglesia de Blecua al monasterio de Montearagón por este monarca aragonés en el año 1099. La plataforma rocosa que alberga el templo tiene su diámetro mayor en dirección este-oeste y mide unos 34 metros, mientras que el menor posee unos 20 metros. Toda ella está salpicada de vestigios de habitaciones previas, canalizaciones de recogida de agua, un aljibe central de notables dimensiones, huecos de alojamiento de postes de madera, silos y sobre todo restos de una fortificación islámica en su extremos oriental. La imagen 8, tomada de Adolfo Castán ("Torres y castillos en el Alto Aragón"), muestra la planta general del lugar al que se accede poruna escalera tallada en la roca por su lado meridional (Imágenes 1 y 9 a 11).

La primera vez que visité el templo (1991), antes de las obras de restauración que lo han dejado... consolidado, todavía podían verse hiladas de la antigua fortaleza islámica, así como el asiento de la iglesia sobre las mismas en su ángulo noroeste (Imagen 21) y que en la actualidad se han eliminado en parte, adoptando esa zona un aspecto de pequeña estancia comunicada con la iglesia a través de paso en su muro norte (Imágenes 22 a 25).

Al exterior destaca el hecho de que la cabecera de la iglesia, canónicamente orientada, es plana (Imágenes 12 a 14 y 18). También toma carta de naturaleza la fachada de poniente que es la que destaca desde la plataforma del estrato rocoso que alberga al templo (Imágenes 2 a 6). En la misma advertimos la puerta de acceso, ligeramente descentrada hacia el norte y de estructura tardía a base de grandes dovelas y guardapolvo liso que la enmarca. En altura, el vano aspillerado del hastial de poniente y como única decoración un crismón trinitario de tipo oscense con sus símbolos correctamente situados (la "S", invertida), siete brazos y roseta central formada por el realce de la porción de los radios situados dentro del un círculo (Imagen7). Situado por fuera del guardapolvo sobre la dovela clave, da la sensación de haber sido trasplantado de otro templo a juzgar por los sillares que lo circundan.

Los laterales del templo, en la zona más próxima a la cabecera plana se hallaban desprovistos de revestimiento de sillares, siendo su textura de tapial; no se si por no haber sido concluidos correctamente o por que fueron retirados (Imágenes 12, 15 y 16).

Tras la restauración se ha confeccionado unos nuevos paramentos laterales, ocultando esas zonas descarnadas (Imágenes 17 a 20).

En las imágenes 21 a 25 muestro la zona original de la fortaleza islámica sobre la que se edificó el templo así como el resultado actual tras la restauración del mismo. Todavía puede advertirse la diferente hechura de los sillares trabajados a pico y con zonas almohadilladas que los señalan como previos a los que vemos en el resto del templo románico, mejor acabados y con abundantes marcas de cantería.