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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-SESA. PARROQUIAL DE SAN JUAN BAUTISTA- (BC. 19-IV-2004) |
UTM 30T 728387 4653000 459 m |
A la localidad de Sesa se puede acceder por la carretera de Sariñena, tras rebasar Albero Alto y Novales. Su iglesia parroquial dedicada a san Juan Bautista es datable a finales del siglo XII o principios del XIII. Es de una sola nave acabada en ábside de tambor de considerable altura al cual se le añadió una edificación que hace de sacristía ocultándolo en parte (Imagen 2). Su ventanal central fue cegado pero podemos adivinarlo en parte como puede verse en la imagen activa 6. Al norte del templo se alza una plataforma rocosa en la que a buen seguro hubo asentamiento islámico y luego fortificación cristiana, como en otros lugares del entorno. La orientación del eje del templo tiene una notable desviación hacia el norte (de unos 60 grados) acaso obligada por la orografía, como puede advertirse colocando el cursor sobre la imagen interactiva 11. En el segundo tramo norte del templo hay una puerta en alto, apuntada, que nos remite con gran probabilidad a la existencia de una comunicación entre el templo y estructuras ya desaparecidas situadas sobre el tozal en el que a buen seguro hubo fortificación (Imagen 9). Podemos ver en la iglesia de la Virgen de la Peña de Graus una puerta en situación similar y probablemente de semejante función. Las medidas del templo son al exterior de 31 x 13 metros (20 de agosto de 2002, 2008, 2014 y 2015).
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La estructura del templo fue bastante modificada como consecuencia de la ruina que lo amenazaba o que se pudo producir. Es probable que el cediese su asiento sobre la plataforma de roca arenisca, en especial en el lado sureste originando la apertura del muro meridional y el agrietamiento del ábside. A mediados del siglo XVIII (hay una fecha en el hastial que remite a 1748) se recreció el templo en altura sustituyendo las bóvedas originales por las actuales de lunetos al tiempo que fue añadido, actuando de contrafuerte, un cuerpo meridional que contiene las capillas de ese lado comunicadas con la nave a base de demoler el lienzo del muro sur en los tramos entre pilastras y contrafuertes originales.
Dentro de las obras de acondicionamiento del templo se ha procedido a sanear los arranques de su muro norte, delimitando una amplia zanja que lo preserva de la humedad del terreno. Asimismo, y salvo la mencionada sacristía, el ábside está exento (Imagen 2). Las capillas erigidas a su costado sur eliminaron en gran parte el muro de este lado pero persiste su parte más elevada, los canecillos y la cornisa al igual que en el resto del templo (Imagen 7). La portada se abre en el muro occidental (Imágenes 1 y 3 a 5). Se compone de seis arquivoltas decoradas con baquetón salvo la más externa que es de zigzag al estilo de la de la iglesia de Apiés. Por fuera corre un guardapolvo de puntas de diamantes. Apean en cuatro parejas de capiteles decorados con ornamentación vegetal de estilo gotizante y dos pilastras (Imagen 5).
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Los modillones que sustentan la cornisa en derredor del templo están en su mayoría decorados con motivos simples, rollos, o pequeñas y toscas figuras (Imágenes 8 y 9).
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Al interior, a pesar de haberse recrecido la nave y añadido bóvedas de lunetos (muy disimuladas por la pintura actual) mantiene bastante bien su estructura original a base de semicolumnas adosadas a pilastras que acaban en capiteles en los que apean arcos fajones doblados. Una imposta recorre la cabecera y nave a nivel de los ábacos. Bajo la espesa capa de cal, descubierta en el capitel accesible desde el coro (Imagen 19) aparece una decoración geométrica de motivos de poco relieve. Probablemente exista en todos ellos. Merecería la pena eliminar la capa de cal y dejar vista la piedra. (Estos comentarios son previos a las obras de restauración del templo)
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Una puerta abierta en el lado sur del tambor absidal da paso a la sacristía, cuya convexo muro es la propia pared del cilindro absidal. Tras la restauración se han dejado vistos los sillares de esa porción del ábside (Imágenes 15 y 16).
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Sobre el pórtico de acceso hay un ventanal que al interior se decora con arquivolta de baquetón apeando en columnitas con capiteles similares a los del pórtico (Imagen 18).
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Por todo el templo abundan las marcas de cantería, tanto al interior como al exterior. Una muy frecuente, bien realizada y poco vista en otros templos, es la ilustrada en la imagen 20, en el ábside, junto a la puerta de acceso a la sacristía.
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La imagen 22 es una aproximación a la planta original del templo con esquemas de los añadidos, destinados sobre todo a contrarrestar la apertura del muro sureste. Llama la atención el hecho de que estamos ante un templo carente de presbiterio. La nave posee cinco tramos y se continúa de modo insensible con el cilindro absidal con el cual articula por medio del primer par de pilastras con semicolumnas adosadas. La bóveda de cuarto de esfera descansa directamente sobre el primer fajón doblado, en funciones de arco triunfal (Imágenes 23 y 28).
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En noviembre de 2014 tuve noticias de que se estaban acometiendo obras de reforma al interior del templo y de que en el curso de las mismas habían aparecido pinturas. Las imágenes 23 a 26 corresponden a esa visita y muestran cómo se ha eliminado buena parte del encalado que ocultaba la estructura de piedra del templo.
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En el lado norte del primer tramo de la nave, por debajo de la imposta, aparecieron restos de pintura mural (Imágenes 25 y 26). La imagen 26 es activa. Colocando sobre ella el cursor se resaltan los perfiles de algunas de las figuras existentes. Podemos distinguir una figura nimbada en altura, en actitud de bendecir. A los lados hay una pareja de ángeles y bajo la figura nimbada lo que creo es otro nimbo de mayores proporciones, que a nuestra derecha muestra inicio de cabello. Hay también estructuras que enmarcan la escena a modo de retablo pictórico. Estos restos están pendientes de ser restaurados y consolidados. Es posible que haya algún vestigio más bajo la capa de cal que queda por retirar.
De entrada la escena me sugiere una posible iconografía de san Cristóbal portando a Cristo aunque no es la fórmula más difundida. La restauración acaso aporte más pistas. El estilo de lo visto es coherente con la cronología del templo y probablemente sea decoración francogótica. Un dato derivado de la misma es que ese lienzo estuvo totalmente decorado. Lo que resta de la pintura da fe de que fue parcialmente horadado para aportarle el aspecto actual de hornacina de medio punto rebajando el muro.
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A mediados de mayo de 2015 he vuelto al templo, esta vez acompañado de su párroco, mosén José Alegre, y he podido comprobar los notables y agradables progresos que de su mano está mostrando la obra del templo. Las imágenes 27 a 31 corresponden a esta visita.
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La decoración pictórica de la bóveda del templo me parece de lo más acertado tanto desde el punto de vista estético como histórico. Me refiero a que la pintura en rojo oscuro del fajón en contacto con la bóveda delimita el tramo rehecho del mismo y de su dobladura. Tan solo el arranque de los fajones es original y con esta seña visual se nos muestra bien a las claras dónde está la línea de interfase. Además, el sencillo perfilado en rojo de los lunetos, los hace destacar, apareciendo visibles, cosa que con la pintura original no ocurría, pasando desapercibidos y aparentando bóveda de medio cañón. Es sin lugar a dudas, una restauración inteligente (Imágenes 27, 29 y 31).
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Al retirar el encalado de los muros han aparecido algunas de las cruces de consagración del templo. La imagen 30 muestra una de ellas correspondiente al muro sur.
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En fin, que es una delicia dar noticias de la rehabilitación de este templo que ayuda a comprender mejor sus vicisitudes a lo largo del tiempo. Tras la misma hay una persona con empuje, conocimientos y sensibilidad como es su párroco y eso sin duda se deja notar.
El 22 de octubre de 2015 a través de un mensaje que me envió mosén José Alegre tuve conocimiento de que se estaban concluyendo la restauración de las pinturas aparecidas en la parroquial de Sesa y que todavía los andamios permitían acercarse a las mismas. Esa misma tarde me acerqué al templo para ver el resultado final del trabajo de Elena y Rosa de la empresa "Summa, Conservación y Restauración S.L.". Pude ver de cerca lo que resta de una pintura que sin duda debió de ser monumental. Tan solo hay que imaginar a un enorme San Cristóbal ocupando todo el espacio de lo que hoy es arco ciego, portando a Cristo ya manifestado como adulto y adorado por sendos ángeles. El estilo de lo conservado es bastante naif y por la cronología tardía del templo, posiblemente haya que encuadrarlo hacia el último tercio del siglo XIII.
Sin duda es un bello atractivo más para realzar la historia de este templo románico de la localidad de Sesa.
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