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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-BERBEGAL. COLEGIATA DE SANTA MARÍA LA BLANCA- (BIC. 26-XI-1975) |
UTM 30T 251238 4650023 512 m |
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La villa de Berbegal se sitúa en uno de los enclaves más espectaculares del Somontano de Barbastro. Su caserío se apiña en lo alto de una muela de unos 450 x 200 m. orientada en sentido NE-SW desde la que se divisa gran cantidad de territorio y que a su vez es visible desde muy larga distancia. Esa circunstancia le ha proporcionado a lo largo de su historia gran valor estratégico.
Esa "muela" está situada a mitad de camino entre los ríos Alcanadre y Cinca. Por su proximidad pasa la calzada romana que unió Ilerda-Osca-Caesaraugusta. Tolous (La Ermita de la Alegría en Monzón) y Pertusa son las mansio ubicadas en las proximidades de los ríos Cinca y Alcanadre respectivamente. Entre ambas se ubicaba la mansio Caum, que Magallón Botaya identifica con el entorno de la ermita de Santa Águeda, próxima a Berbegal (16 de febrero de 2001, 2005, 2010 y 2016).
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Está documentada la segunda conquista de Barbastro por Pedro I el 18 de octubre de 1100 por lo que es factible deducir que Berbegal, dado su valor estratégico se conquistase unos meses antes. Pertusa y El Pueyo estaban en manos cristianas desde marzo de 1099. Probablemente la población asentase en el llano y la muela gozase sobre todo de valor estratégico. La edificación del templo de Santa María comenzaría pues a principios del siglo XII. Pedro I lo cedió al obispado de Huesca en 1102. Alfonso II confirmó en 1174 la donación de la iglesia de Berbegal al obispo Esteban II de Huesca explicitando que debía de retomarse el impulso constructivo del templo y que al frente de su colegio se hallaba el abad Benedicto.
La población estuvo adscrita desde su conquista por Pedro I a la diócesis de Huesca. En 1571 pasó a depender de Lérida y en nuevo reajuste de diócesis, nuevamente fue retornada a Huesca en 1955, de la que depende en la actualidad. En 1995 se configuró el nuevo obispado Barbastro-Monzón ajustando los límites diocesanos a los administrativos, segregando 111 parroquias del obispado de Lérida,en favor de aquél. Los siglos XIII y XIV fueron los de mayor esplendor y poder de la villa. A este momento corresponden la edificación de su torre y la adquisición de sus más preciadas obras de arte: El Frontal y la talla de la Virgen Blanca. (Mª José Navarro. "Nueve siglos frente al Cierzo". 2008).
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La iglesia de Santa María la Blanca de Berbegal se comenzó a construir a principios del siglo XII al poco de conquistado el territorio por Pedro I. Para 1174, cuando Alfonso II la dona al obispo de Huesca. estaba ya medio arruinada, reconstruyéndose en época posterior lo que justifica su mezcla de estilos: románico del XII en la cabecera y gótico en parte posterior de la nave y torre-porche de su fachada sur. Al igual que en Santiago de Agüero, la construcción románica, diseñada para un templo de proporciones notables, se limita a cabecera y crucero del templo. Su diseño original es de planta de cruz latina con tres ábsides y tres naves que se interrumpieron acabado el transepto. Su cabecera, la parte más antigua de la obra, presenta tres ábsides, siendo mayor el central (Imagen 7). Tres ventanales posee el ábside el central y una cada uno de los laterales. En época tardía se les añadieron sendas linternas a cada uno de los laterales. Una columna rematada en capitel estriado articula el central con cada uno de los laterales, supliendo la porción inferior del presbiterio del mayor. Modillones de rollos sustentan la cornisa.
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Los capiteles que decoran los vanos absidales (según M.J. Navarro) son fruto de la restauración (Imágenes 9 a 11). Y quizá por ello su estilo sea tan uniforme y acorde con la escasa decoración escultórica que veremos al interior. De ser originales, sería de esperar otro tipo de escultura más acorde con el inicio del siglo XII. Si que identifica como originales, en cambio, los que coronan las columnas de articulación de los ábsides laterales con el central que siguen siendo de sencilla hechura, más propia de un momento ulterior que de inicios del XII (Imágenes 14 y 15).
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Hay un detalle que considero importante y del que no he hallado referencias: al exterior de la cabecera no he encontrado apenas marcas de cantería y las pocas que hay se agrupan en las piezas de jamba del vano norte del ábside central. Allí se repite por cuatro o cinco veces una sola marca de cantero a modo de gorro o mitra a la que en otros lugares he denominado como "bishop" en referencia a la pieza de ajedrez del alfil que representa al obispo (Imagen 13). Esa marca se repite en las dovelas de la portada oeste de San Miguel de Biota, en Eunate, en la portada oeste de la catedral de Tudela, en algunos templos cistercienses, incluido San Andrés del Arroyo en Palencia, etc. Datos que apuntan hacia el tercio final del siglo XII y que serían más congruentes con las hechuras arquitectónicas que veremos al interior a base de semicolumnas adosadas siguiendo modelos hispano-languedocianos.
Quizá, al igual que ocurre en Santiago de Agüero, se planteara el templo a base de tres ábsides, nave transepto no sobresaliente en planta y al menos dos tramos de nave, que no llegan a alzarse hasta el momento en que las posibilidades económicas fueran suficientes. Y eso conviene a la fecha de 1174 cuando Alfonso II impulsa este y otros templos del momento, como su capilla real en San Gil de Luna (E incluso Santiago de Agüero, como apunta García Lloret a finales de 2020 en la revista "Románico").
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Hubiera sido lógico esperar en un templo benedictino que su portada principal se ubicase a poniente. Pero al igual que en el ya citado de Agüero, no se llega a edificar y la portada se edificó en el lado norte del primer tramo de la nave frente a otra simétrica en el lado sur. Puertas en principio secundarias, de servicio a la comunidad monástica para su tránsito hacia claustro o dependencias y al cementerio. Esta portada, ubicada en cuerpo adelantado a caballo entre transepto y nave, se decoró con seis arquivoltas a base de baquetones y escocias que apean en tres parejas de capiteles lisos y otras tantas jambas rectas. El guardapolvo tampoco presenta particularidades (Imágenes 16 y 17).
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El tímpano que encontramos en esta portada no estuvo siempre en esta situación. En la fotografía que tomé en febrero de 2001 se advierte que estaba empotrado sobre una portadita cegada en la zona anterior del transepto norte (Imagen 18). Quizá era pequeño para la portada de las seis arquivoltas y grande para la cegada. Pudo ser pensado para la portada occidental no edificada y por tanto reutilizado "de necesidad". La iconografía que muestra, bastante erosionada, es la de un Cristo en Majestad situado en mandorla y rodeado de los Tetramorfos. En el dintel se labró un crismón trinitario en el que la "S" aparece suplida por un extraño símbolos a modo de "G". Colocando el cursor sobre la imagen 20, aparece resaltado.
La torre-porche adosada al lado sur del transepto es de hechura posterior. Edificada ya en estilo gótico, nos habla de un momento en que las posibilidades económicas -como ya se ha apuntado- permitían su edificación y también el encargo de piezas artísticas singulares como la talla de la Virgen titular del templo (Imagen 21) o el impresionante frontal de altar que muestra a Cristo en Majestad rodeado de los Tetramorfos y de los doce apóstoles. (Imágenes 22 y 23).
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La talla de la Virgen se conoce por el documento fotográfico adjuntodel archivo Mas, tomado de "Nueve siglos frente al Cierzo" (Imagen 21) y con mayores detalles acerca de color material y tamaño por descripción meticulosa del Padre Faci a principios del siglo XVIII. Él mismo habla de tez morena; pero no es una "virgen negra" como se la ha representado en la talla reintroducida en 2001. La cronología de esta talla ha de aproximarse a la primera parte del siglo XIV.
Deja en su obra Mª José Navarro la duda en el aire de si la talla de la Virgen ardió realmente en el incendio que durante dos días asoló todos los bienes muebles del templo en el año 1936, o si ello convino a quien pudo haberla comprado antes y en la actualidad pudiese hallarse en alguna colección privada. Por si ello fuese así, muestro las imágenes de frente y perfiles tomadas por Adolfo Mas en 1917 para poder reconocerla.
Otro asunto tan esperpéntico como vergonzoso es el de la retención del frontal de Berbegal a cargo del desobediente obispo de Lérida que parece no reconocer la potestad de las decisiones Vaticanas, sin que de ello se derive sino el natural disgusto de sus propietarios y fieles aragoneses mientras nuestros políticos "se ponen de perfil y miran al infinito". El mencionado frontal es una obra maestra, única, realizado para decorar como antipendio el altar mayor del templo. Mide 2,51 x 0,99 metros y su estilo lo relaciona directamente con las obras pictóricas de la sala capitular del monasterio de Sigena. Se estima que fue realizado entre 1200 y 1210 (G. Borrás).
Desde 1904 figura en el inventario de los bienes del Museo Arqueológico del Seminario de Lérida, y hoy "Museo de Lérida, Diocesano y Comarcal". Fue trasladado a Lérida por mandato del obispo Messeguer y a pesar de todos los esfuerzos para lograr su reposición a sus propietarios (la iglesia de Berbegal), el tema sigue aún "congelado". No tengo más adjetivos que "vergonzoso y desmotivante"