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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-LAYANA. ERMITA DE LA VIRGEN DE LA LECHE- |
UTM 30T 646696 4686059 513 m. |
Cuando desde Sádaba seguimos el curso del río Riguel hacia el norte, en dirección a Uncastillo, se pasa junto a Layana. Pocos kilómetros más adelante justo en el punto en que la carretera cruza el río para continuar por su orilla derecha, en un pequeño tozal a nuestra derecha se halla la ermita de La Virgen de la Leche. En sus alrededores están las casas de la Cetora apenas unos cientos de metros al este (Imagen 8). Probablemente sea lo que resta de un antiguo poblamiento del que la ermita debió de ser su parroquial.
Se trata de un modesto ejemplar de románico rural de una sola nave de poca altura rematada en ábside de tambor sin ninguna decoración. Centra el mismo un reducido ventanal aspillerado que da la sensación de haber sido "retocado" para reducirlo a su mínima expresión. En origen debió de ser como los del presbiterio sur (27 de septiembre de 2002). Un par de estrechos contrafuertes señalan el presbiterio en ambos muros llegando hasta la cornisa. En el presbiterio sur dos ventanales aspillerados iluminan el interior (Imágenes 2 a 4). Tras el presbiterio una puerta de vano cuadrado, moderna, y a continuación el lugar donde estuvo la puerta original del templo aunque la actual -también de medio punto- es de época posterior (Imagen 5).
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La puerta es sencilla, de arco de medio punto dovelado que apea en jambas rectas por medio de impostas decoradas con palmetas en el lado oeste y remolinos geométricos dentro de círculos en forma de ocho, al este (Imágenes 5 a 7).
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En los alrededores del templo, en concreto junto a su cabecera sur, en la roca viva sobre la que asienta el templo hay talladas sepulturas antropomorfas. También abundan montones de piedra de mampostería resto sin duda de edificaciones arruinadas.
En una de mis visitas a las Cinco Villas pregunté en las casas vecinas por las llaves del templo y la persona que encontré me indicó que debería de buscar a dos personas diferentes para verlo entero ya que está dividido al interior en dos mitades, cada una con su puerta y su propietario diferente (!). Vaya, como un adosado. La verdad es que en esta afición nunca acabas de sorprenderte del todo.