Bueno, pues está
visto que a San Gil de Luna hay que volver una y otra y otra vez más.
Pero lejos de convertirse en un deber es una verdadera delicia. Recientemente fue presentado
el libro "Guía del Arte Románico en las Cinco
Villas" de María Pilar Giménez Aísa (13-Diciembre-2007)
y antes de que la autora desgranara los lugares visitados acompañándolos
con bellas imágenes, un vistazo al mismo me permitió localizar
un par de detalles que no conocía. Uno era la ventanita prerrománica
de Santa
Eugenia, poco al sur de Luesia. Otro, la desconocida e inédita
inscripción de San Gil de Luna de la que da cuenta en la pagina 83
de la mencionada guía.
El domingo 2 de marzo de
2008 acompañé a Daniel Zabala una vez más a la iglesia de Santiago
de Agüero. Le empiezan a encajar las proporciones vitruvianas del templo
original hasta en los detalles más pequeños. Y mientras él
medía, yo fotografiaba detalles. Y repitiendo la clave de la bóveda
absidal central y su estrellita me llamó la atención algo
en el sillar de la clave de bóveda contiguo al fajón. Ampliando
la foto en el ordenador vi con sorpresa que se trata de una figura en relieve
que representa a un tallante de cantero, igual que el que porta al hombro
el enigmático
anciano en la mocheta occidental de la portada
sur de San Miguel de Biota (Imágenes 6 a 8).
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El sitio elegido para ubicar
esa representación de herramienta medieval es muy similar al usado
en San Gil para dejar una anotación con con caracteres tan poco marcados
y lejanos, que de no ser por la nota de la citada guía dando cuenta
de que se halló durante las obras de restauración, con la
incomparable ventaja de trabajar sobre andamios y ver las bóvedas
"de tu a tu", habría pasado desapercibida. Por ello el lunes 3 decidí
invertir mi última libranza de guardia en acercarme una vez más
a san Gil y fotografiar esa epigrafía para juzgar con mis propios
ojos. Ciertamente el lugar se las trae. Se halla en la superficie frontal
del sillar clave del arco triunfal absidal, en la cara que se orienta hacia
la nave (Imágenes 1 a 3). Por detrás del
mismo hay una estrella de ocho puntas hacia la que señala un relieve
en el intrados del sillar-clave en la que convergen las cuatro nervaduras
que decoran esta "media cúpula" (Imagen 4).
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La imagen 5 muestra
la cara epigrafiada de la dovela-clave del arco triunfal fotografiada desde
la portada oeste del templo para buscar la máxima ortogonalidad trabajando
desde el suelo. Colocando el puntero sobre la misma, aparecen resaltados sus caracteres.
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La autora de la guía
cincovillesa indica que desconoce el contenido de la inscripción
dada la dificultad para su lectura. La fotografía de su libro está
realizada antes de rejuntar las dovelas. El rejunte no ha escondido caracteres
por lo que imagino que en algún momento será posible comprenderla,
bien por "agotamiento" o bien por hallar alguna otra semejante
que añada luz al tema. Desde ya he comenzado a repasar las dovelas
de los arcos en busca -nunca se sabe- de alguna otra pista. He de decir
que en San Gil no hay más. En Puilampa, tampoco.
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Por cierto, tras visitar
San Gil, Obano, Yecra y comer en Sádaba me acerqué por la
tarde a Puilampa para tomar imágenes de su fachada oeste con el sol
de poniente. Coincidí allí con el amable propietario quien
al ver que andaba haciendo fotos se acercó con las llaves para,
orgulloso, mostrarme el interior. Aproveché para repetir
alguna imagen mientras recibía las explicaciones en primera persona
de cómo se encontró el templo rajado, probablemente por el gran terremoto de Lisboa de 1755,
por lo que hubo que restaurarlo bajo la dirección de Pons Sorolla. Un verdadero
lujo poder escucharlo.
Muestro un detalle de la
bóveda de crucería de los pies del templo de Puilampa (Imagen
9). Al igual que en la del primer tramo de la nave, su clave se
decora con un motivo que allí es floral y aquí una sugerente
cruz de Malta inscrita en círculo sogueado. Bajo la misma hacia la
izquierda hay un motivo floral exciso de seis pétalos con botón
central e inscrito en círculo. A lo que se ve estos "lugares
clave" son propicios para dejar allí motivos cargados de misterio
y simbología.
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Pero volvamos a San Gil
de Luna. La epigrafía de la dovela clave es muy tosca. No hay ningún
esmero en su realización. Y ello es fácilmente demostrable
si se compara con motivos epigráficos de cuidadosa hechura y acabado
en el mismo templo. Por ejemplo, con la inscripción del
capitel que muestra el martirio de San Ginés de Arles (Imagen
10) en el que descubrí que no se trata de Santa Fe como
todo el mundo señalaba (porque lleva barbas y por que la inscripción
así lo indica).
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Asimismo las letras que
hay en el libro que un ángel sujeta sobre la cabeza del toro en el
capitel del lado norte del ventanal central absidal (Imagen 11).
Sus siete letras M, A, R, C, h, V, S están delicadamente labradas
y cuidadosamente acabadas. Nada de esto ocurre en la
inscripción de San Gil de Luna que hoy traigo aquí. Quien la realizó efectúa
una grafía torpe, en absoluto elegante y nada cuidada. Más
parece un grafiti al estilo del que en memoria de un sacerdote de Puilampa
realizaron dos de sus discípulos en la columna que flanquea la portada
al norte (Imagen 14).
Tampoco se trata de la elegante
grafía de la firma de "Giraldo" en Biota, bella en su hechura,
cuidada en su ubicación, al alcance de quienes deseen leerla (otra
cosa es que tuviera que ser, otra vez, un aficionado con su cámara
quien la sacara a la luz- a mayor gloria de su distinguido propietario,
Giraldo en "Representaciones de Santos en la Escultura Románica
Aragonesa. Artistas y Mecenas". J.L. García Lloret/A.
García Omedes. Editorial Milenio).
En ocasiones una epigrafía
repetitiva en lugares clave del arranque de un templo nos indica la labor
de un primer maestro que plantea sus forma y dimensión, dejando su
inconfundible firma en lugares señeros del mismo como es el caso
de "ANOLL" en Santiago de Agüero.
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¿Que papel desempeña
pues esa epigrafía en San Gil de Luna?. Es difícil de poder
asegurarlo; pero si que me arriesgo a trazar algunas líneas de trabajo. Por su ubicación
es evidente que no se pretendía que fuese leída por nadie.
Descarto pues la autoría "propagandística" del escritor.
Lo descuidado de su hechura
la deja fuera de quienes sabían labrar bien las letras en la piedra,
como ya hemos visto en ejemplos del mismo templo. Más me inclino a
pensar en la vanidad de un obrero anónimo que sabedor de que aquella
pieza cierra una obra y que no va a ser "controlada" desde abajo
por el maestro, no se resiste a dejar allí la prueba de que fue él
quien la coloca a pesar de que quizá su poca experiencia en el arte
de juntar letras y palabras la haga, ademas de invisible por su altura, ininteligible. Queda en el aire otra posibilidad
y es que el autor deseara con esos caracteres, quizá mágicos
-al menos para su hacedor- conjurar la advocación o religiosidad
del templo. Para justificar esta hipótesis
me baso en que en ocasiones en los alfarjes mudéjares no es raro
que aparezcan escondidas inscripciones islámicas proclamando que
"Alá es el único Dios" (El capitel de Leyre de la
imagen 15 es paradigmático) o en otras ocasiones
ejemplares del Corán cuidadosamente ocultos sobre el entramado de
madera.
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¿Será la de
Luna una irreverente muestra de este tipo de acciones de obreros no conformes
con la religiosidad de la logia para la que trabajan? Quizá el tiempo
y personas más preparadas nos puedan sacar de dudas. Mientras tanto, disfrutad
del templo. De este y de tantos otros. Recorredlos, fotografiadlos, respetadlos.
Dejad que vuestra mente imagine y vuele. A veces las imágenes generan ideas
y permiten sacar conclusiones que, incluso equivocadas, pueden ayudar.
En octubre de 2010 contactó
conmigo a través del correo de la web el profesor Alberto Montaner, Catedrático
de Literatura Española de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Zaragoza. Me daba explicación de la epigrafía
existente en las columnas del interior de la portada de Santiago de Agüero
("AMOR
VINCIT OMNIA"). Aproveché su buena disposición
para solicitar opinión sobre la inscripción de la dovela en
San Gil de Luna. Esto es lo que me contestó:
"Lo que yo soy capaz
de descifrar es lo siguiente:
S
[o G?] D(e) TOIO [la última
letra es seguro una -o]
S(ancta) M(aria) MIS
I-T [IN] CELV(m)
EV(m) BEN
EDICAS **** |
Lo que podría significar
algo como "A S de Toio, / Santa María pu/so en el
cielo. / A él lo ben/digas..."; pero es todavía
una lectura bastante provisional".
Me indicaba el citado profesor
la necesidad de obtener imagen con luz rasante para poder ver mejor los
caracteres. Aquí la muestro, tomada desde la portada oeste con teleobjetivo
a tope y el foco halógeno del interior de San Gil situado justo en
la vertical de la mencionada dovela: