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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-LUNA. CASTILLO Y ERMITA DE HISPANIÉS- |
UTM 30T 672608 4677761 640 m |
Cuando uno cree que ya ha estado en todos los lugares interesantes de la localidad de Luna, van unos amigos y te hablan de la existencia del desconocido castillo de Hispaniés. Mis amigos de la asociación "Banzo Azcón" están empeñados en sacar adelante la inacabable labor de recuperar y dar a conocer todo el patrimonio cultural de esta privilegiada zona de las Cinco Villas. De entrada yo apuesto que no lo conseguirán, porque es tanto y tan disperso el patrimonio de esta zona que excede al esfuerzo de quien solo dispone de una vida para intentarlo... Pero ya están manos a la obra trabajando en ese sentido. Tienen muy claro lo que desean hacer, con quiénes cuentan para lograrlo; y tan importante como ello, quiénes son advenedizos en este complejo mundo de internet a los que es peligroso considerar. Esa asociación es, como otras muchas entidades culturales serias, semejante a la amapola que crece aislada en medio del cereal. No parece tener sentido. Muchos querrían eliminarla. Pero sin duda viene a poner el contrapunto en un mar de monótona fuente alimentaria.
"Si un loco se obstinara durante mucho tiempo en lanzar piedras a la luna, no alcanzaría -naturalmente- el blanco apetecido; pero acabaría por ser un hondero excepcional." (Letamendi).
Somos una pequeña legión de honderos haciendo que se conozca lo nuestro tal como es. Tal como fue. Sin esoterísmos. Y me siento honrado por haber sido designado Socio de Honor de la mencionada asociación.
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Es lunes 18 de mayo de 2009. La primavera ya es un hecho. Los campos son este año más verdes que en años anteriores. La lluvia ha sido generosa. También por ello resulta un poco más difícil alcanzar nuestro destino al que la vegetación se empeña obstinadamente en ocultar, como ha venido haciendo durante siglos.
Marian y Ferrán me acompañan hacia el castillo de Hispaniés, tan inquietante como desconocido. Salimos de Luna en dirección a Biel y tomamos la ruta hacia Júnez y Lacasta, remontando el barranco de Júnez y dejando a un lado el magnífico y abandonado castillo de Obano. Hay en línea recta unos 7 kilómetros entre Luna y el cerro donde se alza Hispaniés. Podemos llegar hasta las proximidades de la ermita de San Pedro con el 4 x 4. Después, pie a tierra, repelente para las garrapatas (abundantes en esta época) y subida hacia nuestra meta. A pesar de tener contacto visual con el cerro, hay que saber por dónde acceder puesto que de lo contrario, la abundante vegetación hace muy difícil, cuando no imposible, el acceso.
Al igual que sucede con la villa de Luna, el lugar aprovechó un cerro-testigo como asentamiento. Un oppidum donde se edificó el enclave ofensivo en tierras de frontera. Debió de ser un eslabón importante en la línea de reconquista del reino de Navarra en los lejanos tiempos de García Sánchez I de Pamplona, rey de Pamplona y conde de Aragón (925-970). Está documentada la posición de Hispaniés en la frontera existente desde Sos hasta Murillo en el año 938. De esta manera, la posición de Hispaniés fue la posición cristiana más meridional de entre las existentes en el siglo X.
En 1082 el rey Sancho Ramírez donó la iglesia de San Pedro de Hispaniés al monasterio de San Pedro de Siresa. Toda esta historia subyace en el lugar de Hispaniés, conocido por "La Cárcel" en alusión al aljibe que existe en lo alto del cerro que muestro en la imagen aérea del Sig-Pac de la imagen 3. Colocando el cursor sobre la imagen, se destacan el cerro fortificado y las ruinas de la ermita de San Pedro.
Ya me habían comentado la morfología de la ermita de San Pedro. Está canónicamente orientada, con ligera desviación hacia el nordeste, y sus medidas aproximadas son de 14 x 8 metros. Desde el centro del cerro fortificado hasta la ermita hay 130 metros en línea recta. Ésta se ubica en un nivel inferior al sur del cerro que ocupa el castro.
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A primera vista lo más destacable de la ermita son los tres arcos apuntados que se alzan sobre la ruina de sus muros. Le aportan el toque "romántico" de ruina venerable aun cuando la forma apuntada de los mismos nos desilusione un poco en lo tocante a la cronología del edificio; ahora bien, cuando uno se abstrae de los arcos y se centra en la cabecera plana del templo, que es la zona más despejada y observable del mismo, nota que su aspecto no es el de una sencilla fábrica de mampostería de las edificadas tardíamente. Está compuesta a base de sillarejos en una aparente desorganización pero que sin duda guardan un orden arcaico en sus hiladas.
Por otra parte, el derrumbe del ángulo nordeste del templo ha puesto de manifiesto que estos muros no son de hechura sencilla, sino que se trata de muros compuestos (Imagen 8). Poseen un núcleo de argamasa y ripios emparedado entre una doble capa de sillarejos que conforman ese entramado que es el muro compuesto. Será típico en los edificios del mundo románico, pero para ese momento aún faltan casi dos siglos.
La ermita posee cabecera plana al modo hispano-visigodo con un pequeño ventanal aspillerado que me evoca al visto en Villa Fortunatus de Fraga. No hay ninguna señal exterior que señale la presencia previa de una cabecera absidada.
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El hecho de que haya arcos apuntados no desdice de la antigüedad del templo original. Es probable que del mismo se conservasen sus muros perimetrales y que los mencionados arcos se elevasen en fecha tardía para posibilitar la colocación de una cubierta a dos aguas soportada por los mismos. Hay antecedentes en Aragón de esa forma de actuar, como en el caso de la ermita de San Julián de Asprilla en Espuéndolasa, la más antigua de la Jacetania, recientemente restaurada.
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Los tres arcos apuntados poseen diversas marcas de cantería en sus dovelas. Las que he encontrado las muestro en el esquema de la imagen 15. Son marcas realizadas con esmero. Poseen orificios de trépano para señalar los extremos en algunas de ellas; cruces, flechas, etc. Son marcas muy semejantes a las existentes en San Gil de Luna y en otros templos de Aragón de ese momento de interfase entre el románico y el gótico como en San Miguel de Foces en Ibieca. Es la frontera entre los siglos XII y el XIII.
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