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-LACORVILLA. ERMITA DE Nª Sª DE YECRA- |
A finales
de Noviembre de 2001 visité
por primera vez el castillo de Obano situado poco al nordeste de Luna. Era una mañana fría de esas en las que apetece
que salga el sol para desentumecer los dedos. Al cabo de un rato de fotografiar
Obano a primera hora del día, de verdad que me costaba apretar el
disparador de la cámara. Fue allí donde uno de los operarios que trabaja en la finca me indicó que "unos kilómetros más adelante hay un castillo más grande; pero ruinoso".
Siguiendo la pista que discurre hacia el este (ver mapa) en unos 4 Km apareció entre la bruma de la fría mañana en lo alto de un pequeño cerro la silueta de un castillo gótico con esbelta torre, (Imagen 1 ) y unos cien metros más allá... ¡una ermita románica!. Como no sabía de su existencia, por no haberme documentado antes de ir, tuve la maravillosa sensación de descubrir un paraje inesperado, inquietante y bello. En la actualidad (Marzo 2008) la pista desde Luna hasta este lugar está asfaltada (26 de noviembre de 2001, 2004 y 2008).
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La ermita
es típicamente románica -"cincovillesa"- del siglo XII
(Imagen 2).
Consta de una sola nave acabada en ábside de tambor, con sillares
bien escuadrados y alineados. Ménsulas decoradas con rollos y aspas
sustentan la cornisa (Imagen 4 ). El tejado del ábside es
el original de losa; no así el de la nave que es de teja árabe.
Hay dos contrafuertes hasta la cornisa en el muro sur y tres en el norte,
careciendo el ábside de los mismos.
Posee vanos aspillerados
en en centro del ábside, en el presbiterio sur (se ha ampliado
de manera tosca) y en lo alto del hastial de poniente.
La portada se halla a los pies del muro sur bajo un
discreto tejaroz. Se compone de tres arquivoltas, decorada la medial con
baquetón y de arista lisa las otras dos. Apean en ábaco corrido
liso. Una pareja de capiteles sin decoración a los que faltan los
fustes, descargan la central (Imagen 5 ). La puerta de madera
contrachapada, muy deteriorada está "cerrada" con un cordel
de atar sacas.
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Sobre
la portada, enmarcándola, hay un tejaroz apeado en ménsulas de
perfil geométrico, interrumpido hacia su mitad por un ventanal de
la vivienda que se edificó al interior. Hay otra portada en el muro
de poniente, de hechura tardía, así como una inquietante grieta
que recorre el mismo en la proximidad del muro sur.
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Al interior,
en los pies del templo, unas pilastras modernas sustentan la estructura de
madera sobre la que se construyó espacio habitable y bajo el cual
el uso actual es de pajar (Imágenes 6, 7 y 12 ). Por desvencijadas
escaleras se accede (con mucha precaución) a la parte superior de la "vivienda". Ocupa
los dos tramos de la nave hasta el pilar-fajón que señala
el comienzo del presbiterio. Posee un voladizo sobre la parte anterior de
la nave que en la actualidad se halla en estado de avanzado deterioro.
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La nave
cubre con tejado de madera a dos aguas apoyado en arcos diafragma apuntados
(Imagen 6 ).
El ábside está cubierto con bóveda de cuarto de esfera
apuntada; lo que lleva su cronología hacia finales del siglo XII o principios
del XIII. Una imposta simple recorre ábside
y nave a la altura de los ábacos de los capiteles. En el ventanal
absidal, lo rodea arqueándose sobre él (Imagen 10).
Los capiteles que apean los arcos diafragma del templo se decoran con motivos
geométricos muy simples (Imágenes
13 y 14 ).
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El entonces mosen de Luna, D. Jesús
Gamboa, me contó retazos de una historia que él oyó
de boca de un anciano de Lacorvilla ya fallecido : "Cuando
construían la vivienda dentro del templo, enfermó y murió
una caballería y las desgracias se sucedieron en la familia propietaria
cada vez que retomaban las obras..."
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En la proximidad de la
ermita se alzan los restos de un bello castillo gótico. Asienta sobre
la plataforma rocosa que corona una pequeña elevación y las
hiladas de sillares más inferiores de su recinto denotan que en principio
fue asentamiento románico, probablemente contemporáneo del
templo visto.
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Se mantienen en pie un par
de estructuras torreadas. La más próxima a la ermita, ocupando
el lado este del cerro, se alza sobre la capilla del castillo. Es de cabecera
plana y al interior muestra bóveda apuntada con imposta corrida en
su inicio (Imagen19). La torre del homenaje se
alza airosa al extremo oeste de la plataforma. Tres alturas tuvo al interior, señaladas por arcos diafragma apuntados que en su día mantuvieron
soleras de madera y que hoy, carentes de las mismas, ofrecen un bello motivo
tresbolillado a mi cámara (Imagen 20). Sin duda un lugar que no
hay que dejar de visitar cuando uno se acerca hasta Luna. Caminar por él
es adentrarse de golpe en plena época medieval.
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