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El pueblo de Sigüés se sitúa en la orilla derecha del río Aragón represado en Yesa a unos 2,5 Km al norte de la carretera en dirección al valle del Roncal. Este desvío sale a nuestra derecha cuando vamos hacia Pamplona poco después de haber rebasado otro a izquierda en dirección a Artieda, Ruesta y Sos del Rey Católico. A pesar de la proximidad del pantano es un pueblo vivo gracias a su relativa lejanía del mismo por lo que su término municipal está -de momento- sobre el nivel del embalse (2003 y 2010).

En la plaza de la localidad se alza majestuosa la iglesia dedicada a san Esteban protomártir (Imagen 1). A pesar de las múltiples reformas llevadas a cabo en ella su cilindro absidal, recrecido notablemente, se conserva bien tanto al interior como al exterior (Imagen 3). También la portada de bella hechura que se abre en el muro sur (Imágenes 4 y 11 a 14). El cilindro absidal está realizado en buena piedra sillar. Posee dos contrafuertes al modo cincovillés que se han prolongado al igual que la cabecera hasta el nuevo alero (Imagen 3). Centra el mismo una ventana de doble derrama cegada al exterior, pero aún visible al interior tras el retablo actual. La torre adosada al lado norte de los pies del templo así como la capilla lateral sur y el porche adosado son fruto de la reforma del siglo XVII (una inscripción en la jamba izquierda de la portada se data en 1661; probablemente alrededor de la fecha de las reformas apuntadas).

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Bajo el porche moderno y en un cuerpo ligeramente adelantado del muro sur abre la portada original del templo compuesta por dos arquivoltas (Imagen 6). La más interna es de borde liso y la exterior se decora con grueso baquetón, otro más fino al interior y media caña por fuera que se adorna con bezantes alguno de los cuales lleva fina decoración a modo de remolino. Por fuera de las arquivoltas descritas corre un guardapolvo decorado con motivos vegetales y al exterior con el consabido ajedrezado jaqués. Todo el conjunto apea en imposta corrida que ocupa todo el cuerpo adelantado de la portada y se decora con motivos de palmetas. La arquivolta interna descarga mediante la imposta descrita en una jamba recta y la externa lo hace en fustes cilíndricos a través de capiteles historiados.

El vano de medio punto está adornado con un tímpano monolítico que luce un bonito crismón trinitario tangente a su borde inferior (Imágenes 13 y 14). Es del "tipo oscense" de seis brazos con tilde bajo el vano de la "P" y con los símbolos en posición ortodoxa (según la clasificación de Matarredona-Olañeta). Tímpano, crismón y arquivolta interior guardan trazas de haber estado decorados con policromía.

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En fechas recientes ha sido restaurada la portada eliminando pintura añadida y dejando sus elementos limpios y desprovistos de la suciedad que los recubría. He colocado junto a imágenes antiguas otras tras la mencionada restauración para poder compararlas (Imágenes 11 a 14).

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El tímpano descrito apea en dos modillones que se decoran en su intradós con sendas caritas de tosca hechura (Imágenes 7 y 8). Son similares a las existentes en el interior de la portada de Yeste que allí sirven de gorroneras a las hojas de la puerta.

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Los capiteles esculpidos de esta portada representan: el de poniente, motivos de piñas y entrelazos y el de levante, dos aves enfrentadas por el dorso con las cabecitas (rotas) juntas en el ángulo libre. (Imágenes 9 y 10) El estilo de la obra original del templo hace que se pueda considerar obra plena del románico (siglo XII).