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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-ZARAGOZA. CATEDRAL DE SAN SALVADOR, "La Seo"- (BIC. 4-VI-1931) |
UTM 30T 676968 4613873 226 m |
(ZARAGOZA) |
Zaragoza, la antigua Caesar Augusta romana, muestra desde el puente de hierro su perfil más característico compuesto por el río Ebro, el puente de piedra y las torres de sus dos catedrales (San Salvador y El Pilar) destacando por encima de sus edificios. Es habitual en el urbanismo romano que su templo principal se situase en la unión de sus dos avenidas principales: cardo y decúmano. Pero en Zaragoza el templo principal del foro romano se desplazó hasta la proximidad del puerto fluvial, próximo al Ebro. Sobre sus ruinas hubo templo visigodo dedicado a san Vicente y más tarde la gran mezquita islámica de Saraqusta edificada entre los años 714 y 716, lo que la convertiría en una de las más antiguas de Al-Andalus.
La catedral metropolitana del Salvador cumple fielmente lo que a través de algunas otra páginas vengo recordando: primero fue foro romano asentado sobre establecimiento indígena que se solapó con el de gentes prehistóricas. Luego templo hispano-visigodo. Después mezquita de Al-Andalus y bastión islámico ante la imparable reconquista de los monarcas aragoneses quienes, tras la caída de Huesca-Wasca, fijaron sus objetivos en la gran capital a orillas del Ebro. Templo sobre templo. Los vencedores edifican su nuevo altar sobre las ruinas del empleado por los vencidos
Alfonso I, el Batallador, conquistó Zaragoza e1 18 de diciembre de 1118 reinstaurando el culto cristiano en la gran mezquita reconvertida de modo provisional en iglesia bajo la advocación de El Salvador en su Epifanía. La conquista fue "pactada" y a la población islámica se le concedió un año de plazo para abandonar la ciudad y ubicarse extramuros. Y en lo tocante a la mezquita se optó por la coexistencia modificando de manera notable la "orientación" del templo cristiano cuyo eje se estableció de noreste a suroeste, apuntando sus cabeceras al Ebro a fin de respetar la orientación del mihrab islámico (Ver planta). En muy pocos templos románicos ocurre esta "irregularidad", y suele deberse a motivos orográficos, como ocurre en San Juan de la Peña, o sin motivo aparente, como en Cancer. El caso de La Seo de Zaragoza es un exponente de la convivencia de dos culturas (17 de abril de 2001, 2003, 2005, 2007 y 2014).
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Las excavaciones llevadas a cabo en el templo entre 1992 y 1996, dirigidas por Antonio Hernández Vera, han aportado datos objetivos para poder hablar de tres momentos cronológicos en el templo románico de La Seo.
Entre los años 1119 y 1121 hubo una primera fase de utilización provisional de la mezquita adaptándola al culto cristiano. Es el momento en que se tras la conquista de Zaragoza se decide modificar la orientación del templo. Ello obligó a demoler parcialmente la mezquita. No poseyó ábsides semicirculares al exterior. El transepto no destacaba en planta y la nave central era tan amplia como el mismo (datos confirmado por la excavación de las zapatas y muros perimetrales del templo). Hubo también naves laterales muy poco desarrolladas, angostas, como en San Pedro de Roda o en Leyre confirmando su arcaicismo. Cubrió con techumbre de madera a dos aguas. Hay un dato importante: la anchura de su nave central era mayor que la embocadura del ábside central actual, lo que evidencia su cronología previa.
La segunda fase del templo románico se extiende entre los años 1175 y 1198. En ella se edificará la cabecera de cinco ábsides así como la portada a los pies del templo flanqueada por dos torres de sección cuadrada. Hay un dato importante que es el traslado en 1170 del cráneo de san Valero desde Roda de Isábena a La Seo a instancias de Alfonso II, lo cual impulsó las obras del gran templo románico. El resto de la iglesia se mantendrá como en la primera fase hasta el siglo XIV. (Un detalle interesante que atestigua un "trueque" entre la reliquia de san Valero que viaja de Roda de Isábena a Zatagoza y el sarcófago de san Ramon de Roda, que hace el camino inverso, es que esta magnífica pieza escultórica se realizó para ser presentada en una celebración prevista en Roda el 27 de diciembre de 1770 Su estilo escultórivo remite a lo visto en la escultura de La Seo y las fechas encajan, aportando pruebas a este "intercambio" o compensación por bajar a Zaragoza la reliquia del cráneo de san Valero, su primer obispo.)
Por fin, una tercera fase en la que se planteó realizar un nuevo transepto que no debió de llegar a concluirse según los datos de las excavaciones. A esta fase corresponderían dos capiteles hallados en las prospecciones de esta zona en y un tercero excavado por José Francisco Casabona Sebastián en la Casa de la Obra (C/Sepulcro, 15). Por su arte, corresponden a una fase tardía, entre 1225 y 1235.
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Los restos románicos que hoy podemos apreciar corresponden pues a la segunda de las fases edificativas, periodo en que fundamentalmente se trabajó en ambos extremos del templo: cabecera y hastial a los pies del templo. La cabecera se planteó a base de un gran ábside central, profundo, flanqueado por otros dos más pequeños y por fuera de ellos sendas capillas absidales de planta cuadrada. Cinco ábsides pues, abriendo a un amplio transepto según modelo que más tarde sería exportado a la catedral de Tudela (1168-1204).
El hastial de poniente, del que se ha hallado su replanteo en las excavaciones de 1994, se componía de una portada monumental flanqueada por dos torres de planta cuadrada que permitirían el acceso a las sobrecubiertas para su mantenimiento. En su excavación aparecieron cinco restos escultóricos: tres de ellos corresponden a fragmentos de ancianos apocalípticos con cítaras y vasijas, un fragmento de león del tetramorfos de san Marcos y otro fragmento de león, mucho mayor, de similar hechura a los existentes en San Nicolás de Tudela. Es remarcable que el anciano apocalíptico más completo, se esculpe en un sillar de laterales paralelos. Es decir, no es una dovela, sino parte de un friso.
El obispo don Bernardo II (1138-1153) introdujo a los canónigos regulares de San Agustín.
Durante el obispado de don Pedro Tarroja (1153-1184) se registraron notables donaciones al templo en fase de edificación de su cabecera.
Don Ramón de Castillazuelo (1185-1216) sucedió a Tarroja, continuando la obra iniciada por aquél.
Bajo el episcopado de don Pedro López de Luna (1314-1345) en el año 1318, el papa Juan XXII creó el arzobispado de Zaragoza, deslindando el obispado de la sede de Tarragona. La Seo pasó a ser catedral metropolitana.
Don Lope Fernández de Luna (1351-1382) continuó el embellecimiento del templo y edificó la torre linterna mudéjar existente sobre su cabecera, que vino a paliar la oscuridad derivada de su anómala orientación. Se concluyó hacia 1376
Don García Fernández de Heredia (1384-1411) prosiguió las obras, contando con la notable ayuda de don Pedro Martínez de Luna, el papa Benedicto XIII (1359-1415 +1422).
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Desde el exterior de la cabecera destacan varios aspectos. El primero, técnico, es la dificultad de tomar una buena imagen. Acostumbrado a la habitual orientación de las cabeceras románicas, la oscuridad de ésta, y sobre todo en contraste con la iluminación de sus zonas superiores, es un notable obstáculo. El segundo, estético, es la sucesión de momentos edificativos. Mudéjar sobre románico en perfecta sucesión. Por fin, la sencillez de sus formas sobre todo una vez se ha disfrutado de la casi recargada escultura de su interior.
El ábside central muestra cuatro recios contrafuertes de sección cuadrada. Los laterales sirven de articulación con los ábsides adyacentes. Los centrales lo dividen en tres lienzos. La zona inferior del ábside es cilíndrica. A nivel de la zona inferior de los vanos sufre un retranqueo a la vez que el cilindro deja paso a tres lienzos rectos que contiene cada uno un vano notablemente alargado y decorado con dos arquivoltas, una de ajedrezado jaqués y la segunda de motivos vegetales de grueso módulo al estilo de Sigena y con motivos que recuerdan también los usados en San Gil de Luna y Sala de Doña Petronila de Huesca. Todo ello apunta a un momento del siglo XII avanzado, ya próximo al cambio de centuria.
Grifos, cazadores, ciervos y centauros decoran los capiteles de esta cabecera. El lienzo central del ábside mayor es restaurado, al igual que veremos al interior, puesto que allí se abrió una puerta, que hizo desaparecer la obra original.
Las imágenes 10 a 13 muestran recreaciones del templo así como planos del mismo y de sus excavaciones, correspondiendo a la obra de los autores citados a pié de página. En la imagen 13 se colorea en amarillo el exiguo espacio existente entre el retablo del altar mayor y la concavidad del ábside románico cuajado de buena escultura.
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La imagen activa 14 representa el desarrollo interior del cilindro absidal central con la ubicación de los restos existentes. Cliqueando sobre las zonas señaladas en amarillo, se accede a una vista general de cada uno de ellos
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(Datos obtenidos a partir de los trabajos sobre La Catedral de San Salvador de Zaragoza de Bernabé Cabañero Subiza -Librería General, 2000 y Mª Carmen Lacarra Ducay en Las Catedrales de Aragón - CAZAR- 1987)
Escuchando en una charla al prof. Domingo Buesa, conocí estas imágenes de recreación virtual acerca del ábside central de La Seo y de su portada occidental. Son parte del trabajo de un grupo de la Universidad de Zaragoza encabezado por F.J. Serón Arbeloa del cual Domingo Buesa me ha proporcionado esta información. Mi agradecimiento.