Tarazona se
halla en el somontano del Moncayo, montaña que es como un gran mojón
señalando con sus nieves casi perpetuas la convergencia de Navarra,
Soria, La Rioja y Aragón. A la vera
del río Queiles, Tarazona hunde sus raíces en lo más profundo
de la historia. Fue la antigua Turiasu, municipio romano que acuñó
moneda en bronce y planta durante época ibérica. De este lugar
procede la magnífica talla en sardónice de la cabeza de Cesar
Augusto que podemos contemplar en el Museo Provincial de Zaragoza. Visigodos,
árabes, judíos, cristianos... todos ellos pasaron por ella y
dejaron su poso cultural y genético haciéndola un poco universal. Gustavo
Adolfo Bécquer decía evocar a Toledo cuando paseaba por sus calles. (26 de agosto de 2004 y 2008).
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Reconquistada
por Alfonso I el Batallador en 1119, su iglesia de la Magdalena fue la primitiva
sede episcopal de la ciudad. Frente a ella, el palacio episcopal era la primitiva
zuda musulmana y fue también residencia de los reyes de Aragón. Situada en
la parte alta del núcleo medieval primitivo, se llega hasta su ubicación -siempre
cuesta arriba- por zigzagueantes callejuelas al modo islámico. El recorrido
que llevamos a cabo para acceder a ella recuerda un poco al que se efectúa para
subir a la colegiata de Alquezar, también de origen árabe. El templo se edificó
ya avanzado el siglo XII bajo un estilo tardorrománico. Su
cabecera es, junto con el cuerpo inferior de la torre-campanario, lo más
destacable de ésa época. Después, múltiples modificaciones
distorsionaron su origen, si bien algunas tan bellas como la torre mudéjar que desde
su altura vigila la población.
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Es un templo
orientado, de tres naves acabadas al este en sendos ábsides de tambor
de los que al exterior solo el central desarrolla cilindro absidal.
Los laterales se configuran al exterior mediante cabecera plana a pesar de
su estructura clásica interior. El correspondiente al lado norte no
es visible al exterior por estar oculto tras edificaciones anejas. En la imagen
6 podemos apreciar la galería adosada a la
altura del ventanal del ábside central. Adornan el
cilindro absidal sendas columnas contrafuerte compuestas, de las que solo
vemos la del lado sur. Se compone de tres columnas adosadas, mayor la central,
que elevándose de un alto plinto reforzado con pilastras a su nivel se elevan
hasta el alero donde concluyen a través de somero capitel. La estructura
del ábside sur muestra al exterior cabecera plana articulada con el
ábside central mediante lesena marginal. Centra su fachada un ventanal derramado de medio
punto.
Al
interior la estructura de las naves del templo es tardía. En principio
debió de cubrir con techumbre de madera y en la actualidad lo hace
con medio cañón y bóvedas de lunetos. Tras el retablo
de la Magdalena, recientemente restaurado, hay un tabique plano que oculta por completo
el cilindro absidal (Imagen 9).
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El retablo
muestra en varias de sus escenas pasajes en los que aparece María Magdalena.
Su figura esculpida se halla en lugar preferente del mismo así como
en talla exenta al lado del altar (Imágenes 10 y 11).
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Al interior del templo la cabecera norte es la más reconocible en cuanto a su origen. Sorprende su considerable altura (imágenes
12 y 13). El cilindro absidal lposee una imposta biselada a nivel de la unión
de bóveda y paramento recto. Otra imposta corre por debajo de la base
de los dos ventanales derramados al interior. La bóveda absidal es
apuntada, así como la que cubre el presbiterio, que articula con la
nave por medio de un alto arco triunfal compuesto por semicolumna adosada rematada
en altura por capitel de somera decoración ,que al igual que el correspondiente
al apeo del desaparecido primer formero son ya de hechuras cistercienses
(Imágenes 14 y 15)
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El ábside sur se reconvirtió en sacristía y también
esta oculto al interior. A los pies del templo se encuentra la pila bautismal, de estructura troncocónica. Carece de decoración y se halla
sobre una base octogonal (Imagen 17).
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