Este
templo es un gran desconocido del románico
andaluz -y por extensión del hispano-, como
lo demuestra, hasta ahora, la ausencia de trabajos
e imágenes en las webs especializadas en este
arte.
Santisteban
de Puerto es una villa situada en la Comarca del Condado,
en Jaén.
Pueblo
de mucha historia, parece ser que tuvo como primeros
moradores a los arcosaurios en la Era Secundaria ,
según se desprende de los estudios científicos
de las huellas (icnitas) localizadas en el paraje
de las Erillas Blancas, donde hoy se alza un parte
temático municipal. En el Paleolítico
fue habitada por humanos según restos de utensilios
en piedra y pinturas rupestres de las Cuevas del Apolinario
y la Morciguilla , declaradas Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO.
Fue
el Ilucia ibérico, la Itangi fenicia, el Ilugo
romano, el San Esteban visigótico, el Sant
Astabin árabe y el San Esteban del Puerto medieval.
Se
accede a Santisteban del Puerto desde Madrid por la
M-30 hasta enlazar con la N-IV hasta llegar a la carretera
autonómica A-301 que se une a la local JV-5031
dirección La Carolina hasta llegar a Navas
de San Juan sentido A-312. Unos 329 kilómetros
. Si por el
Sur,
desde Málaga, son 315 kilómetros a recorrer
por la A-92 dirección Granada donde enlazar
con la N-322 hasta llegar al cruce con la A-312 dirección
Linares y luego, a Navas de San Juan. Y si desde el
Este, a través de la A-332 hasta enlazar con
la CM-322 dirección Albacete hasta llegar al
cruce con la autonómica A-317 y alcanzar el
cruce con la A-312 , en un recorrido aproximado de
366 kilómetros .
Su
castillo árabe fue escenario de luchas y rebeldías
hasta que Fernando III lo conquistara en 1226 y Alfonso
X en 1254 la anexionara a Úbeda. No obstante,
Sancho IV, mediante Carta Foral, reconoce el privilegio
de Villa Real el 15 de Marzo de 1285 que revalidará
su hijo Fernando IV antes de cederla a la Orden de
Calatrava diez años después; privilegio
que perdería por su apoyo a Pedro I frente
a Enrique II tras la derrota de aquél en la
batalla de Montiel no sin "ayuda desinteresada"
( ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi Señor
). (Foto 2)
Santisteban
del Puerto , se enorgullece de poseer
una iglesia: Santa María del Collado, de una
arquitectura a caballo entre un románico que
agoniza y un gótico que balbucea; longeva en
siglos, edificada en la falda de su legendario castillo
moro que le prestó una de sus torres albarranas
para ser su campanario. (Foto 3)
Declarada
Monumento Histórico Artístico por Real
Decreto de 27 de Enero de 1978, por su estructura,
elementos y formas, el templo de Santa María
del Collado debió tener su nacencia en la segunda
mitad del siglo XIII. Su construcción debió
realizarse en el reinado de Fernando III (1217-1252)
0 en el de su hijo Alfonso X (1252-1284).
Se
accede al templo por una amplia escalinata que desemboca
en un atrio de cinco arcos de medio punto rematados
por bóveda de caña y sustentado por
columnas cuadrilongas de ladrillo. El obispo de la
diócesis don Baltasar de Moscoso y Sandoval
que la rigió de 1619 a 1646, ordenó
su construcción.
La
fachada es de mampostería y arenisca rojiza
y verde - como el color de todo el suelo de su término
plantado de olivar- que le da un intenso colorido,
y sillares que enmarcan sus dos puertas.
Entre
una y la otra, existía el blasón episcopal
que al quitar el revoco, se destruyó, siendo
reconstruido por don Andrés Clavijo, y que
aparece colocado sobre la puerta de la casa de las
sacristanas, hermanas siempre dispuestas a atender
al timbre para facilitar la apertura del templo a
cualquier visitante y dejarlo en soledad e intimismo
con la obra para que la disfrute y fotografíe
a placer. Desde aquí, gracias sinceras. También
el interior del templo, salvo los arcos adovelados,
es de mampostería.
La
puerta principal, la más primitiva e interesante,
sobresale del paramento ligeramente y es abocinada,
de clara tendencia gótica, aunque conserva
detalles tardorrománicos, como es el arco de
reingreso de medio punto, que está surmontado
por tres arquivoltas apuntadas que alternan un bocel
con una leve media caña.
La
primera arquivolta carece de ornamentación,
seguida de otra obrada con detalles toscos y esquemáticos
en los que algunos han querido ver conchas marinas
para simbolizar la dedicación a la Virgen ,
pero que yo creo que pudieran obedecer a simples lenguas
de fuego.
El tercer bocel, su
labra es un clavo de herraje o punta de diamante,
evolución de los dientes de sierra como símbolos
de la espiga eucarística que terminan por convertirse
aquí en un diedro en forma de punta.
El
conjunto se apoya en un sencillo cimacio de caveto
que corona el jambaje y, a continuación, cuatro
columnitas, dos a cada lado, acodilladas y carentes
de capitel que descansan en un plinto.
La
segunda puerta es más moderna. Las jambas son
de sillería. De grandes dovelas que forman
arco de medio punto rematadas por media caña,
es el acceso habitual al templo y fue construida con
motivo de la ampliación que sufriera el templo
en tiempos del obispo don Francisco Delgado López.
Las
puertas de madera, fueron confeccionadas por artesanos
locales, el maestro carpintero Blas Hidalgo y el maestro
de cuchillería Martín Lozano, que importaron
4.107 reales y 24 maravedíes.
La
fachada posterior, que limitaba con el cementerio,
tenía en su cornisa unos canecillos de diferente
hechura entre los que destacaban los de rollo alternando
con otros de proa de nave, exponente del románico
que, ya entonces, expiraba.
Su
campanario es una antigua torre albarrana del castillo
de San Esteban donde Alfonso X el Sabio concedió
privilegio de villazgo a Mondragón en 1260.
Se accede a ella desde el coro de la iglesia mediante
rampas de argamasa y se cubrió con tejado en
1605 por el alarife Juan Pretel, previa eliminación
de las almenas que la coronaban.
Su
planta, en sus orígenes era basilical con tres
naves separadas por columnas de fuste cilíndrico
y capiteles románicos. La cabecera era triabsidial
con dos lóbulos laterales sin proyección
al exterior. Posteriormente en el siglo XVII, la cabecera
del ábside central se eliminó para edificar
en su lugar el camerín de la Patrona : La Virgen
del Collado. Lo que resta de los dos laterales, es
la fachada principal, donde se muestran dos canecillos
que se apoyan en la antigua cornisa, así como
una ventana de arco apuntado sin moldura con función
de linterna a la capilla de Santiago y los Capellanes,
hoy del Santísimo Sacramento.
El
interior del templo es austero, sin pretensiones.
Piedras desnudas sin oropeles y la poca iluminación,
invitan a la intimidad.
Piezas
capitales de indudable mérito son sus columnas
de fuste cilíndrico que descansan en plinto
y sostienen arcos formeros apuntados. Sus capiteles
pertenecen al gótico primitivo andaluz del
tipo de cogollo. Su talla es plana con simbología
religiosa y representaciones zoomórficas, vegetales
y antropomórficas.
A
las primeras, pertenecen los peces, de cuidada ejecución
y un león de tipo heráldico y pasante.
Abundan los vegetales, especialmente hojas lanceoladas,
carnosas y con marcadas nervaduras, unas pareadas
y otras en disposición de cruz sobre peana,
evocación de la Santísima Trinidad.
Piñas que rematan vástagos que se desarrollan
hacia arriba o bien en espiral a manera de sarmiento.
Tallos rematados por flores penta o hexapétalas.
El
antropomorfismo está representado por cabezas
humanas con casco unas, y gorro otras, -alusivo al
guerrero monje-, así como las esquematizadas
en los capiteles de las columnas del arco triunfal.
Dichos
capiteles, nos recuerdan especialmente el trazo esquemático
de los que se encuentran en el interior del templo
de San Bartolomé de Riolobos (Soria), de un
similar estilo, ya que en ambos casos, nos encontramos
ante un románico de Orden –que no episcopal-
y triunfante, en donde se deja ver la impronta del
vencedor de las Navas y el papel relevante de las
Ordenes Militares que proclaman su botín pactado
en Alarcón.
Los
capiteles de las medias columnas adosadas que sostienen
el arco triunfal están adornados con una doble
cenefa de puntas de sierra.
La
pila de agua bendita, románica, con una greca
donde alternan flores con botón de semillas
inscritas en un círculo y cruces.
Así
podemos demostrarle a "Gargolita" que también
puede visitar cerca de su casa ese románico
por el que tanto suspira, así como demostrar
al resto de los romanicófílos que, superviviente
y orgulloso como los geranios, el románico
del sur también existe!
Mayo
2008
Manuel
Gila ("Syr") y Laura Alberich ("Baruk")
(Agradecemos
a Pedro Alonso Ferrer su contribución con fotografías)