ROMÁNICO: LA PIEDRA CLAVE

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Creo que la pasión por el románico es tan solo la forma que tiene de manifestarse una potente personalidad orientada al gusto por el arte, la historia, la cultura o la naturaleza.

Somos muchos los que sentimos esta pulsión; pero pocos son los que cumplen la función aglutinante que nos permite mantenernos juntos, edificando pasiones.

El profesor García Guinea es sin duda Piedra Clave que otorga sentido y fortaleza al gran edificio simbólico construido a base de personas. Podría parecer uno entre otros. Uno solo ante el Solo. Una pieza más del edificio; pero no es así. Es pieza que encamina fuerzas y distribuye tensiones. Es una Clave.

A través de un amigo común -Fernando García Gil- me hizo llegar unos dibujos suyos de Moarves y Guardo con una dedicatoria que me honra tanto como me obliga. (Cliqueando sobre ella podrás verla a mayor tamaño).

El profesor García Guinea disfruta con lo que hace y cuando lo comparte. Da testimonio de la máxima universitaria expresada en el símil de "pasar la antorcha". Transmitir la luz del conocimiento, mostrar a la siguiente generación la trascendencia del Arte Sagrado e iluminar el camino a seguir. Esa es la trayectoria señalada que nos invita a recorrer; predicando con el ejemplo.

Así nos "predicó" en 2005 en Silió durante una de las salidas de la Fundación Santa María la Real de la que es Presidente de Honor. Allí, a bordo del autobús me dedicó su libro sobre el "Románico Palentino" en el que me nomina como "Antonio, el de Loarre". Sin duda todo un título que honra tanto como obliga.

Gracias, Maestro.

Revisano papeles de mi escritorio, hoy he encontrado una carta que Miguel Ángel García Guinea me escribio en enero de 2012 a raíz de leer este artículo de opinión. Es un bello documento que comparto para mantener la memoria de quien fue un maestro y una gran persona.