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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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PARDINA DE AYÉS
UN CAPITEL JAQUÉS INÉDITO Y OTROS VESTIGIOS DE SU IGLESIA ROMÁNICA
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Era agosto de 2008 cuando la información de un amigo me alertó acerca de la existencia de vestigios románicos en la pardina de Ayés, en concreto, la existencia de un tímpano decorado con crismón trinitario reutilizado en la ermita de Santa Águeda Pocos días después visité el lugar y documenté ese tímpano, notando además que entre los vestigios del templo románico original había también otro tímpano modificado y reutilizado como acceso a la mencionada ermita (Ver pagina web). Siete años después, esta vez gracias a la información de mi amigo Cristian Laglera que ha visitado el lugar en septiembre de 2015 de cara a su trabajo "Despoblados en Huesca" he sabido que en una de las bordas próximas a la ermita se reutilizó un capitel y que una mesas ante otra borda le pareció estar sustentada por un elemento esculpido. Con esta información, ya podéis imaginar quienes me conocéis que en el primer día que tuve posibilidad (ayer sábado 26 de septiembre de 2015) me fui a recorrer la pardina de Ayés dispuesto a mirar piedra por piedra y ver lo que hace siete años no vi. La ventaja de mi despiste es que ahora son siete años más viejo y por tanto poseo la información que en ese tiempo he conseguido asimilar para poder valorar en su justa medida ese vestigio escultórico.
En la actualidad la Pardina de Ayés es una casa de turismo rural ("La Borda de Pastores") que forma parte del proyecto de la "Fundación Pastores" orientada al producto Ternasco de Aragón. Desde mi última visita el lugar ha sido acondicionado a su nueva función respetando la esencia de su origen y presentando un aspecto general de espacio vivo, en uso y agradable. La rehabilitación de alguno de sus elementos ha permitido poder ver sillares que antes no vi, como los del muro sur de la ermita a ambos lados de la portada cegada. La retirada del enfoscado me ha permitido ver las hechuras del muro que la contiene. El acceso a este antiguo núcleo perteneciente a la Comarca del Alto Gállego y situado en el entorno de Sabiñánigo se lleva a cabo por carretera asfaltada que desde la antigua carretera de Sabiñánigo, hoy señalizada en la rotonda de la autovía como "acceso sur a Sabiñánigo". Luego hay que tomar el desvío a Rapún, rebasarlo y continuar hacia Ayés por un kilómetro de pista bien señalizada y fácil de transitar.
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La imagen 2 muestra la borda en la que se halla reutilizado el capitel y pocos meros atrás al fondo a nuestra izquierda en segundo plano de la imagen, la ermita de Santa Águeda. En la imagen 4 he señalado por medio de un círculo amarillo la ubicación del capitel. La imagen 3, aérea nos da una visión general del lugar y las imágenes 5 y 6 un detalle del muro en que se halla el capitel -y otros sillares procedentes del desaparecido templo- así como la función de la borda, que en la actualidad según me contó el pastor Mario, de origen polaco, sirve de lugar donde se guardan los machos del rebaño. o
Gracias al tratamiento informático, he girado el capitel y lo presento en la imagen 7 sobre fondo negro aislado de los elementos que lo rodean para poder observarlo mejor sus detalles. Las imágenes 8 a 11 corresponden a las diferentes imágenes que pueden obtenerse del mismo en la actualidad.
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Mi impresión de esta pieza, a la vista de las diferentes tomas mostradas, es que se trata de la porción superior de un capitel con motivos vegetales labrado en piedra arenisca oscura que en origen estuvo esculpido en tres de sus caras. A pesar de que no veo la porción que permanece incluida en el muro, creo que ha de ser capitel de portada, de tres caras, por que si tuviera cuatro sería un capitel claustral, lo cual no me encaja en este lugar y porque es más lógico considerarlo así a la vista de los elementos de portada existentes y que más adelante comentaré. Le falta su porción inferior con el collarino.
En lo que podemos observar advertimos la hechura derivada del capitel corintio con un nivel superior en el que destacan volutas que emergen muy verticales y casi paralelas a ambos lados de un elemento sobresaliente decorado en su superficie por medio de vástagos lanceolados acabados en punta. Las volutas están delicadamente trabajadas, con una incisión longitudinal que les aporta volumen y elegancia. El encuentro en los ángulos de las mismas esta muy bien resuelto. El nivel inferior estuvo compuesto por hojas vegetales en los ángulos, planas en sus laterales y con incisiones en su parta superior convergentes hacia el ángulo del que cuelga una piña. Otra piña se labró en el ángulo formado por las hojas del segundo nivel, continuando hacia abajo la linea del elemento sustentador fasciculado situado entre las volutas. Es lógico pensar que las tres caras del capitel repetirían este esquema siguiendo el principio de simetría.
Por delante de la casa del alojamiento rural, al lado derecho de la puerta de acceso por la fachada sur, se han construido un par de mesas de obra a base de sendos tableros de piedra asentados sobre algunos elementos que sin duda proceden de la iglesia original. Otros bloques, también reutilizados, sirven de asientos (Imagen 13). Las imágenes de detalle 14 a 18, muestran el apoyo de una de las mesas y sillares decorados en uno de sus cantos.
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La base de una de las mencionadas mesas es una magnífica basa ática cuyos detalles muestro en las imágenes 12, 14 y 15. Se alza esculpida sobre un plinto de piedra caliza y está trabajada por tres de sus cuatro caras estando destinada a adosarse a un muro por su cuarta cara. Posee dos toros y entre ambos una amplia escocia en la que sobresalen a intervalos regulares cuatro bolas jaquesas. Otras dos bolas decoran los ángulos anteriores por delante del toro inferior. .
Además de esta basa, varios de los bloques cuadrados lucen en uno de sus bordes libres un fino baquetón decorándolo, lo cual los identifica sin duda como elementos pertenecientes a jambas de portada (Imágenes 16 a 18). Por otra parte, sobre el murete que delimita el espacio ante la fachada sur de la ermita hay dos elementos que corresponden a una semicolumna adosada (Imágenes 19 y 20). Su diámetro aproximado es de unos 40 cm. y una de ellas conserva parte de la estructura que permanece oculta en el muro, delimitándose su zona vista por medio de una fina incisión que el cantero trazó como diámetro. La basa ártica, las rodajas de semicolumna adosada, los bloques de jamba y el magnífico capitel descrito nos hablan bien a las claras de una desaparecida portada que por sus dimensiones y entidad superan sin duda a las proporciones del edificio que en la actualidad denominamos "ermita de santa Águeda".
Cuando visité hace siete años el lugar, el muro sur de la ermita se hallaba enfoscado. Hoy se ha liberado, dejando vistos los sillares que lo componen y la primera conclusión es evidente: no es en-absoluto la forma de edificar de los constructores románicos, a pesar de que muchos de los elementos que lo componen si que son originales (Imágenes 21 y 22) e incluso la hechura del cuerpo adelantado que contiene la portada cegada, evidencia que ha sido rehecha. Lo mismo ocurre al interior (Imágenes 23 y 24). Ninguno de los muros de la ermita muestran una estructura coherente con la forma de hacer del mundo románico lo cual me lleva a pensar que la iglesia que sin duda hubo aquí y que además fue de mayor entidad que esta ermita edificada con piezas procedentes de aquélla hubo de ser un edificio importante. Al interior, el ara del altar original se ha conservado (Imagen 25). Fue recolocado y decorado al igual que su base con policromía moderna pero su hechura es clara. Sería interesante saber si bajo el mismo se recolocaron las cajas de consagración del templo original, como ya hemos visto es habitual en otros templos rehechos.
Mario, el joven pastor polaco que cuida el ganado y la pardina me mostró algunos de los "secretos" que ésta guarda. En una de las estancias se ha recolocado la estructura de tramoya empleada para grabar los programas de la serie de la televisión aragonesa "Plaza Mayor" desde la que mi compañero en la Academia, Eugenio Monesma nos instruyera en temas relacionados con nuestras costumbres (Imagen 28). Tras tomar un café acompañado por uno de los gatitos de la casa, Mario me llevó hasta una borda próxima por si allí hubiese restos de interés para mi. En la pradera que la rodea pastaba tranquilo el rebaño hasta que al ver el viejo Suzuki se pusieron en marcha hacia nosotros. Mario llamó a "Pepe, el cabrón" que de inmediato acudió al trote haciendo sonar su cencerro para que lo acariciase y le hiciese carantoñas. Lo conocen bien y saben que los cuida y les lleva sal (Imágenes 26 y 27).
Trataré ahora de sacar algunas conclusiones a tenor de los restos románicos vistos en la pardina de Ayés. Antes mostraré algunos de oso capiteles que yo considero tienen relación con el reutilizado en un muro de la borda próxima a la ermita de Santa Águeda. Los que he seleccionado tienen en común con el que muestro dos hechos a mi juicio importantes: las volutas que se enroscan en sus ángulos arrancan prácticamente verticales y en paralelo, y en cada cara entre ambas hay un elemento sustentante semicilíndrico decorado con foliolos lanceolados acabados en punta. Las imágenes 29 y 30 corresponden a los capiteles interiores del ábside sur de la catedral de Jaca. La imagen 31 es de otro expuesto en el Museo Diocesano y que probablemente corresponda al desaparecido ábside central. La imagen 32 corresponde a un capitel del exterior de Iguácel y la imagen 33 de otro al interior del mismo templo. Vemos pus que el paralelismo que señalo apunta hacia la primera fase de la catedral de Jaca (la cabecera) y a un templo -Iguácel- acerca del cual todavía sigue el debate cronológico basado en la fecha de 1072 que reza en la epigrafía que señala la fecha en que ya estaba concluido, fecha aceptada por unos como cierta y puesta en duda por otros.
Según lo mostrado hasta aquí, me atrevo a proponer algunas conclusiones acerca de este antiguo despoblado. En primer lugar que sin duda fue una población influenciada por Jaca de la cual está relativamente cerca. Se ubica en una planicie bastante aislada por los Capitiellos al norte, la Peña Oroel a poniente, el Gállego a levante y las estribaciones del puerto de Monrepós al sur. Por Navasa, Binué y Abena, hay un espacio por el que seguro fue fácil acceder hasta este punto.
El templo románico original debió de ser de notable importancia a juzgar por la cantidad y calidad de los restos que del mismo hay reutilizados en la ermita de Santa Águeda y en las edificaciones de la pardina. La hechura primitiva del capitel presentado en esta artículo, relacionado con la primera fase de la catedral de Jaca y con Iguácel señalan hacia un momento temporal compatible con el último tercio del siglo XI. Los sillares en ocasiones de notable formato, como algunos del basamento de la catedral jaquesa, trabajados a puntero y carentes de marcas de cantería son otro elemento a considerar.
La portada que vemos en la ermita, rehecha, no debió de ser la única del templo original. Señalan hacia ello el hecho de que hay dos tímpanos, uno de ellos de mayores dimensiones, reutilizado sobre la puerta de acceso y otro menor a modo de dintel del vano existente por encima de la misma. Además los elementos materiales que apuntan hacia una portada relevante (Basa, elementos de jambas, rodajas de semicolumnas o capitel) apuntan en esa dirección.
Una última reflexión, al hilo del actual uso de la pardina, es resaltar la notable importancia que tuvo en el sostén de la población medieval en general y del inicio del reino de Aragón la ganadería ovina. Este es un dato de gran interés que he conocido en parte gracias a los estudios de otro académico: Armando Serrano, archivero de Casa de Ganaderos de Zaragoza y director de la Fundación “Casa de Ganaderos” quien en alguno de los cursos de verano de la Universidad de Zaragoza en Jaca nos ha abierto los ojos hacia esa importante faceta del mundo medieval tan dependiente de la pujanza de la cabaña ovina proveedora de carne, lana, leche y derivados, cuero para vestimentas, arreos o pergaminos para los monasterios, cuerdas para instrumentos musicales, etc. sin dejar de lado las múltiples metáforas litúrgicas hacia el ganado: "El Buen Pastor", "el Agnus Dei", el pastor (Abel) como personaje positivo, la referencia a la oveja descarriada o a "ven y apacienta mis ovejas", etc. en fin, que casi me está entrando gana de volver no para fotografiar sino para participar de este delicioso producto que es el ternasco de Aragón gracias al cual la pardina está resurgiendo.
Huesca; 27 de septiembre de 2015
Antonio García Omedes
de la Real Academia de San Luis
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