Situada en el somontano oscense, la localidad de Bierge posee una tesoro pictórico de los que ahora empezamos a conocer como "viajeros" dado que fue arrancado, recolocado en parte, vendido en otra para posteriormente regresar parcialmente a su lugar de origen. Se trata de un ciclo de pintura mural al temple de transición románico-gótica (segunda mitad del XIII), en la que trabajaron al menos dos maestros a los que se ha denominado "primer y segundo maestros de Bierge". Su obra y estilo se extendió por esta zona del somontano. La temática se basa en episodios de las vidas de San Nicolás de Bari, San Juan Evangelista y San Fructuoso. Una parte de las pinturas, que se hallaban cubriendo los paramentos de la crujía del presbiterio, se hallan en el Museo de Arte de Cataluña. Su temática son escenas de la vida de San Nicolás de Bari.

Las pinturas fueron trasladadas a lienzo por Ramón Gudiol en 1949 permaneciendo en el Museo Diocesano de Huesca hasta fechas recientes en que se han repuesto al lugar donde fueron realizadas. (Ver entrada en "romanicoaragones")

En este año de 2016 en que andamos en un nuevo rebrote de la reclamación de los bienes de las iglesias de la zona oriental de la diócesis de Barbastro-Monzón así como de los bienes y pinturas expoliadas del monasterio de Sijena, acaso porque el patrimonio expoliado, emigrado, vendido o depositado vuelve a ser tema de actualidad, una nota de prensa en el diario del Alto Aragón del abogado Jorge Español que es quien lleva el litigio de Sijena, centra el foco de este delicado tema en el conjunto muran de la iglesia de San Fructuoso en Bierge.

Jorge Español lo titula "El expolio de los Gudiol en la iglesia de San Fructuoso de Bierge (patrimonio nacional)" y en el hace una dura crítica contra los hermanos José y Ramón Gudiol "los mayores expoliadores de pintura mural de Europa". En la crítica incluye a Don Antonio Durán Gudiol, primo de los mencionados. Los tres eran sobrinos de mosén José Gudiol Cunill fundador del museo episcopal de Vic en 1891. El expolio se lleva a cabo en 1949 (recordemos que el templo es Monumento Nacional desde 1931) con el consentimiento del obispo D. Lino Rodrigo Ruesca. El artículo está en la imagen 8 y la réplica del delegado de Patrimonio Diocesano puntualizando algunos extremos de lo dicho por Jorge Español en la imagen 9, ambas ampliables al cliquear sobre las mismas.

El hecho es que las pinturas se arrancaron del monumento nacional sin solicitar permiso a la Dirección General de Bellas Artes de Madrid. El coste del trabajo de los hermanos Gudiol (unas 4.000 pesetas) según Español, fue satisfecho no en metálico sino en especie, a cambio de la propiedad de un lateral de las pinturas que luego "revendieron por todo el mundo".

Las pinturas del lateral sur del templo, también arrancadas por los Gudiol (Imágenes 2 y 3) fueron vendidas en 1950 con permiso del obispo al MNAC por D. Antonio Durán Gudiol por 110.000 pesetas. En 1995, las pinturas de la cabecera de la iglesia de San Fructuoso fueron trasladadas desde el Museo Diocesano de Huesca a su lugar de origen, donde pueden ser visitadas y admiradas. Las pinturas que están en el MNAC están suscitando en estas fechas acciones para intentar su devolución, que podría estar condicionada por el resultado del pleito mantenido por el abogado Jorge Español quien de ganarlo -y por el bien del patrimonio aragonés así lo espero-. En ese caso, ni que decir tiene que Español podría ser considerado un profesional "apetitoso" para llevar el asunto contra el MNAC.

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En las imágenes 4 a 7 muestro los sucesivos registros de ese lateral meridional de San Fructuoso, adquiridas por el MNAC. En ellas se describen `por medio del formato pictórico diferentes episodios de la hagiografía del santo, como su rechazo a la lactancia dos días por semana, su precocidad nada más nacer, su milagrosa designación como obispo, la actuación para evitar su prostitución a tres jóvenes al entregarles sendas bolsas de oro, la resurrección de los hijos desmembrados por el carnicero, etc.

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