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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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LA ESCULTURA DEL MAESTRO DE JACA. LOS PITONES DE ÁNGULO COMO MARCA DE TALLER
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Ya ha pasado casi un año desde que propuse la identificación del pitón jaqués, pitón de ángulo o "gros pitón", en expresión de Gaillard, con las espigas florales del acanto, elemento emblemático en la escultura clásica desde la antigüedad. Conociendo esta propuesta, la identidad formal entre ambos elementos es evidente cuando se contemplan las espigas florales del acanto y la escultura del maestro de Jaca, especialmente en los capiteles en los que labra bellas hojas de acanto delicadamente caladas dejando ver a su través el arranque de esas espigas florales (Imágenes 2, 4 y 5). Hay que recalcar que hasta que el maestro de Jaca introdujo este elemento escultórico en su obra, tanto en capiteles puramente vegetales como en otros historiados usando los pitones como elementos delimitantes de escenas o como soportes para el ábaco, ningún otro escultor, ni clásico ni románico, lo había hecho. En ese sentido, también el maestro de Jaca fue un innovador, aportando un elemento formal a su obra dotándola de una "marca de taller" como señaló ya en 1938 Georges Gaillard. Del mismo modo, aunque pueda parecer obvio tras ver las imágenes mostradas, tampoco investigador alguno había comunicado el significado vegetal de esos pitones jaqueses.
Durante los meses de abril y mayo de este año de 2019 he tenido la posibilidad de seguir la aparición y evolución de las espigas florales de los magníficos acantos que decoran uno de los chalets de la calle del parque de Huesca (Imagen 1). En mis paseos por la ciudad he podido ver día tras día cómo apuntaban esos incipientes pitones entre las magníficas hojas de la planta para elevarse desde el suelo y acabar abriendo sus flores a considerable altura. A la vista de esta evolución es comprensible que el maestro de Jaca implementase en su obra las espigas florales en su primera fase, es decir, cuando son realmente "pitones" en cuya superficie puede señalar mediante una especie de escamas cada uno de los elementos florales que se abrirán con el paso del tiempo. Digo que es comprensible hacerlo en esa fase precoz, porque esculpir una sobresaliente vara cuajada de delicadas florecillas parece tarea imposible, incluso para un artista de su talla.
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La escultura del maestro de Jaca es profundamente clásica. Para comprender su obra hay que volver los ojos a modelos existentes en la escultura griega o romana, por lo general en thyasos dionisíacos o marinos que fueron reutilizados -sincretizados- para narrar episodios acordes con las indicaciones de los teólogos directores de la escultura de la catedral de Jaca. Solo desde ese punto de vista pueden comprenderse muchas de sus esculturas. ("Mensajes de la catedral de Jaca" "Modelos clásicos para la escultura de Jaca.." "Catedral de Jaca: thiasos.,,", "La tentación, Reflexiones en torno a un capitel del Maestro de Jaca").
A primera vista podría parecer que la escultura figurada es un hecho predominante en la seo jaquesa, pero esa es una idea que se disipa en cuanto empezamos a considerar todos y cada uno de los capiteles del templo. De un total de 54 capiteles estructurales tan solo un 25% son historiados, mientras que un 43% son capiteles vegetales ya sea de modo absoluto o añadiendo alguna pequeña figura entre sus elementos. Los capiteles que poseen pitones de ángulo representan un 27% del total. Esta aparente discordancia con lo publicado se debe a que los diversos autores han dedicado más tiempo y esfuerzo a desentrañar y describir las historias narradas en las cestas de los capiteles historiados, sin duda de mayor interés para ellos, en contraposición con la aparente simplicidad del capitel derivado del modelo corintio clásico en el cual una vez señalados sus niveles de hojas de acanto, palmetas y volutas, poco más había que describir. Poca "gloria" subyacente tras esos motivos tan previsibles.
Dos de esos magníficos capiteles vegetales clásicos, naturalmente con pitones jaqueses, los encontramos decorando el pilar cruciforme situado frente a la portada sur de acceso a la catedral (La conocida como "puerta de Santa Orosia"). Constituyen dos bellas obras del maestro de Jaca que acaso por no ser historiadas no han recibido el trato merecido... hasta reconocer en ellos el significado del pitón jaqués (Imagen 2). A pesar de no narrar historias desde sus cestas y quizá por ese motivo haber permanecido "transparentes" de cara a los investigadores, su calidad escultórica es magnífica en especial la del situado a la izquierda en la imagen (el situado frente al acceso de la portada meridional de la catedral). El esquema es similar en ambos que toman como base el modelo clásico del capitel corintio mostrando en la cesta su estratificación en tres niveles. Los dos inferiores corresponden a las hojas de acanto con palmetas decorativas en la base de cada nivel. En el caso del capitel situado frente a la portada sur, el escultor luce su maestría realizando calado entre las hojas de acanto de ambos niveles propiciando así que el elemento sobre el que estamos reflexionando (el pitón jaqués) pueda contemplarse desde el arranque de las hojas de la planta (Imágenes 2 y 4). El nivel superior de esos capiteles está ocupado por volutas reunidas en los ángulos, apeos para sustentar el ábaco (decorados con escamitas al modo de los pitones) y el extremo picudo de los pitones de ángulo situados justo bajo la reunión de las volutas. En el caso del capitel mejor acabado, las volutas lucen decoración segmentadas a base de escamitas. Los collarinos, en ambos capiteles, lucen una cuidada decoración que parece querer evocar un elegante revestido a base de textil entorchado.
Una vez vistos esos capiteles clásicos y comprendido el significado formal de sus pitones de ángulo, el siguiente paso es comprobar cómo el maestro de Jaca los convierte en verdadera marca de taller a base de utilizarlos en las cestas de muchos de sus capiteles historiados hasta el extremo de que ese detalle será imitado por los sucesivos escultores del románico quienes aun sin comprender su sentido los implementan en sus obras como signo de prestigio (los veremos esculpir tanto pequeños pitones atrofiados como otros enormes, porque ya no saben lo que representan). Del mismo modo que los sucesivos escultores labrarán volutas, añadirán en muchas ocasiones pitones jaqueses porque toman modelo del genial maestro de Jaca convertido en un"clásico de la escultura románica".
La obra de mayor trascendencia de la catedral de Jaca es sin duda su fachada occidental hoy parcialmente oculta por el porche añadido poco tiempo tras su conclusión. Este acceso occidental ("Puerta de San Pedro") es el principal y posee un profundo simbolismo en el plano funcional-penitencial, bien especificado en las inscripciones del tímpano y suficientemente resaltado por diferentes autores. Además, en este espacio la monarquía aragonesa hizo plasmar en piedra su compromiso con Roma a través del simbolismo trinitario del crismón así como la decisión de emular al profeta Moisés en su labor de guiar al pueblo elegido hacia la tierra de promisión en metáfora de la reconquista/cruzada de Sancho Ramírez contra los moros de tierra llana. En esos capiteles encontramos a Moisés y Aarón recibiendo la "Nueva Ley" y encabezando al pueblo elegido y también a Daniel en el foso de los leones con el episodio de su milagroso sustento alimenticio por parte de Habacuc. En las cestas de los capiteles que nos narran esas historias, vemos magníficos y sobresalientes pitones jaqueses delimitando escenas y proclamando la autoría del maestro de Jaca como una verdadera marca de taller. Además de los pitones de ángulo, el maestro de Jaca esculpió otras espigas florales de acanto en lugares diferentes, con sus mismas características decorativas aprovechándolas como soporte para el ábaco en el centro de algunas caras de los capiteles (Imagen 3, activa, que realza en verde los lugares donde se hallan).
De los cuatro capiteles que flanquean la portada occidental, tres de ellos son historiados y como se ha visto lucen magníficos pitones jaqueses (Imagen 3). El cuarto (segundo por nuestra izquierda) es un capitel vegetal clásico en el que como ya es habitual no nos hemos fijado lo suficiente porque no nos narra historia alguna, pero cuando se analiza con ojos críticos, especialmente comparándolo con el magnífico capitel situado frente a la puerta meridional del templo nos damos cuenta de la identidad del modelo y la mano del maestro de Jaca. La imagen Imagen 4 es activa. Situando sobre ella el cursor se resaltan en verde los elementos que representan las espigas florales del acanto, tanto los pitones jaqueses como los apeos para el ábaco tratados con el mismo acabado. El capitel de esta portada (imagen activa 4, derecha) sigue la misma hechura que el visto al interior: palmetas decorativas sobre hojas de acanto en el nivel inferior y calado de estas hojas, tanto en el nivel inferior como en el medio, dejando ver a su través el arranque de un pitón jaqués decorado con estrías cuyo extremo se ha perdido al igual que los de las volutas o el ábaco de esta pieza. Es pues evidente la realización íntegra de la escultura de esta trascendente portada por parte del maestro de Jaca en total sintonía con el arte clásico y con los intereses de la monarquía aragonesa de cara a la relación con Roma y de su deseo de reconquista del territorio.
El acabado de los pitones jaqueses adopta dos formas, de modo que podemos ver una sucesión de escamas delicadamente trabajadas como representación de los elementos que se acabarán desplegando y dando lugar a sus flores y también sencillas estrías longitudinales como en los casos de las imágenes 4 y 5. Con respecto a este último capitel de la imagen 5 hay que hacer notar que el hecho de que el pitón jaqués de nuestra derecha aparece como liso, sin estrías ni escamas, pero ello se debe a que es una zona dañada y reconstruida con escayola aportando un aspecto similar al que tuvo la pieza en origen. La ley de simetría del románico fue fundamental para este "arreglo". Situando el cursor sobre la imagen 5 se resalta la zona reconstruida. Ese deterioro tuvo como causa la situación de un coro en los dos primeros tramos de la nave central. Los daños en los capiteles son un dato para comprender el lugar que ocupó ese coro.
BIBLIOGRAFÍA
"LES DÉBUTS DE LA SCULPTURE ROMANE ESPAGNOLE. LEÓN-JACA-COMPOSTELA” Gaillard, Georges. Edit. P. Hartmann, París. p.: 97, 1938
“A MOSES CAPITAL AT JACA”. David Simon. Imágenes y promotores en el arte medieval. Miscelánea en homenaje a Joaquín Yarza Luaces, Bellaterra, Universidad Autónoma de Barcelona, pp.: 209-219, 2001
“LA DECORACIÓN VEGETAL EN EL ARTE ESPAÑOL DE LA EDAD MEDIA: SU SIMBOLISMO”. Quiñones Costa A.M. Tesis Doctoral. Universidad Complutense, Madrid . pp.: 69-100. 2002
“SOBRE EL CONCEPTO DE ARBITRARIEDAD EN ARQUITECTURA” Moneo Vallés, R. Discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid 2005
“VITRUVIO. LOS DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA”. Libro 4, Cap. I, traducido por Blánquez Fraile, A. Edit. Iberia, Barcelona, 1955 (Citado por Moneo Vallés, R, en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 2005)
“LOS PITONES JAQUESES. UN RECURSO ESTILÍSTICO DEL MAESTRO DE JACA.
SIGNIFICADO, MODELO PRERROMÁNICO Y DIFUSIÓN DEL MISMO” García Omedes, A. Publicado en http://www.romanicoaragones.com/colaboraciones/Colaboraciones043878.htm . 2018
Huesca; 25 de junio de 2019, festividad de Santa Orosia
Antonio García Omedes
de la Real Academia de San Luis
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