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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-MADRID. MUSEO DEL PRADO (Cont.)- |
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PINTURAS DE LA IGLESIA DE SAN BAUDELIO DE BERLANGA (SORIA)
En la sala existente junto a la recreación de la cabecera de La Vera Cruz de Maderuelo, como si fuera su nave (salvando las distancias y su forma) se hallan expuestas algunas de las originalísimas pinturas que decoraban el interior del templo soriano de San Baudelio de Berlanga. Esta iglesia, mozárabe del XI se sitúa a unos 50 kilómetros al suroeste de Soria y depende del pueblo de Casillas de Berlanga.
La estructura del templo es sencilla al exterior y tremendamente original al interior. Dos volúmenes prismáticos, casi cúbicos, de diferente tamaño guardan cabecera y nave. Solo una puerta de herradura rehundida en otra herradura y situada en el muro norte de la nave hacen presagiar su interior.
En el centro de la nave hay una pilastra cilíndrica de la que arrancan en altura ocho arcos que divergen en disposición circular y dan apeo a una bóveda esquifada. Como si de una gran palmera pétrea se tratase. Y a los pies de la nave arquería de herradura sobre la que se eleva tribuna. la cabecera, sencilla y aislada como corresponde al lugar más sagrado del recinto.
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El templo se decoró con un completo programa iconográfico en el primer tercio del siglo XII. En principio se creyó ver diversas épocas en su hechura pero actualmente se habla de un solo momento si bien con diferentes estilos. La vida de Jesús se narraba en un ciclo situado en altura. Estas escenas están en Nueva York. Y en las zonas bajas hay escenas cinegéticas que son las existentes en el Museo Prado de Madrid. Un tercer grupo de pinturas se hallan en la capillita de la tribuna.
Por su interés en el entendimiento de las "peripecias" de esta decoración, extrapolable a tantas otras de menor entidad, transcribo lo que la respecto relata J. Cobreros en su obra "Guía del Románico en España. Anaya Touring Club. Pág.: 210".
"En 1922 los vecinos de Casillas vendieron las pinturas a marchantes que, a su vez las revendieron al museo de Boston, terminando en el Metropolitano de Nueva York. En 1957 el gobierno español canjeó una parte de las mismas, junto con otras procedentes de San Pedro de Arlanza (Burgos), por la iglesia románica de San Martín de Fuentidueña (Segovia) que hoy se exhibe en el Museo de los Claustros neoyorquino. Las pinturas que regresaron a España se encuentran en el Museo del Prado (Madrid). Por su parte, la fundación Lázaro Galdiano adquirió San Baudelio en 1949, donándolo seguidamente al estado Español".
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A ambos lados de la portada de acceso, en el muro norte, se hallaban las escenas de caza. Al lado oeste y sobre la portada, la caza del ciervo (Imagen 8) y por delante, la escena de la caza de las liebres (Imagen 1). Pintadas sobre fondo rojizo de tono oscuro, ambas transmiten una sensación de acción y movimiento inusuales en este momento. Tan inusuales como la propia temática cinegética, profana, que hace pensar en personajes distinguidos en relación con el templo.
En la caza de la liebre (Imagen 1), la escena se sitúa en un escenario arbolado por la adición de tres árboles apenas sugeridos por lo esquemático de los mismos y que dan, junto con el límite del suelo, marco a la acción de caza. El protagonista, vestido con ropa blanca de amplias bocamangas, cabalga tomando las riendas con la izquierda mientras que la diestra armada con largo tridente espera el momento propicio. Destacan el estribo, cabezal y silla. Por delante tres galgo a los que casi podemos sentir jadear acosan a dos grandes liebres que les llevan "un árbol de ventaja".
En la segunda escena (Imagen 7) el cazador, ataviado de similar manera, con el añadido de una especie de capa oscura -quizá como camuflaje- se halla presto a soltar una segunda saeta de su ballesta hacia el ciervo ya herido. Esta escena no es ya tan dinámica como la precedente.
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El resto de las pinturas que hallamos en El Prado proceden de la decoración que existió sobre la arquería que sustenta la tribuna situada a los pies del templo (Imágenes 2 a 6 y 8). La escena del llamado "Guerrero Moro" (Imágenes 3, 4 y 8) muestra a un personaje barbado armado de lanza y escudo que camina sobre uno de los arcos de herradura. Sobre él, separados por una puerta de herradura en miniatura, hallamos dos cuadrúpedos quizá procedentes de la escatología islámica encerrados en sendos círculos y sobre unos motivos decorativos a modo de lazos (Imagen 8).
De igual procedencia islámica, es el símbolo del exótico elefante, que carga castillo a sus espaldas representando la carga de suplicios que el hombre ha de llevar a lo largo de la vida. Es símbolo de humildad y también alegoría de Cristo. Se continúa utilizando hasta fechas muy avanzadas, y lo podemos hallar en alfarjes mudéjares, como en la ermita de San Román de La Puebla de castro en Huesca.
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