La reina Berta al casar con el rey de Aragón recibió en dote los lugares de Agüero, Murillo, Riglos, Marcuello, Ayerbe, Sangarrén y Callén además de una almunia próxima a Berbegal.
Los cinco citados en primer lugar, se sitúan agrupados en un territorio adyacente a la entrada del río Gállego en la Hoya de Huesca. Estratégico cruce de caminos: el antiguo que sigue la vía romana desde el puerto del Palo hacia Zaragoza por lo que hoy es la variante de Turuñana (Summo Pirineo-Ebellino-Foro Gallorum-Gallicum-Caesaraugusta) y el medieval, de tránsito transversal hacia Pamplona por San Miguel de Liso, Biel y Sibirana, una de las variantes del Camino de Santiago que cruza la Hoya de Huesca ya libre de moros -y por tanto, tardío-
La imagen de Google-Earth nos ayuda a ubicar este territorio de leyenda cuajado de magníficos lugares románicos. Los puntitos resaltados son zonas activas que te llevarán a cada uno de esos sitis de leyenda:
Es territorio situado al sur de las sierras exteriores, en especial las de Loarre y Caballera. Por encima de ellas vemos represado el río Gallego en el embalse de La Peña.
Hay que resaltar el hecho de que el tránsito de gentes cristianas se efectuaba por la vertiente norte de estas sierras. En este tramo por el valle del río Garoneta. Al sur, en la Hoya aún no conquistada, la presencia islámica hacía inviable el tránsito.
Pequeños y casi olvidados valles hoy; pero que tuvieron gran predicamento. No es casualidad que me hayan deparado agradables sorpresas como las inéditas pinturas de San Juan Bautista de Rasal o la presencia de la más antigua galería porticada en territorio hispano: Bentué de Rasal .
A la muerte del Rey sin descendencia (1104), el reino recae sobre su hermano Alfonso I “El Batallador” mientras la reina-viuda Berta según la historia permanece como soberana en su reino de los Mallos “Bajo la gracia de mi señor el rey don Pedro, que ya está muerto, y con el amor del dicho cuñado mío”.
Pero el motivo es mucho menos romántico. La reina es retenida durante el plazo de un año para tener certeza de que no está gestando un hijo del rey muerto que pudiera reclamar su derecho al trono. Comprobada la ausencia de gestación póstuma por el inapelable veredicto del tiempo, vuelve a perderse en la penumbra de la historia, dando pábulo a la leyenda de un reino dentro de otro reino.
El momento de estos personajes se difumina en la bruma del tiempo. Pero queda la leyenda. Territorio legendario por su espectacular y agreste belleza. Mallos que parecen señalar al cielo al igual que lo hacen los interminables ábsides de algunos de sus templos. Río Gállego que sosegado tras abrirse a la llanura, discurre derecho hacia Zaragoza como hiciera en su momento "El Batallador". Buitres que en interminables círculos dominan desde el cielo las iglesias que guarda el reino y que poco a poco veremos.