LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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CATEDRAL DE SAN PEDRO DE JACA. MARCAS DE CANTERO: UN APOYO PARA LOS HISTORIADORES


La catedral de Jaca es por derecho propio uno de los monumentos clave del arte románico internacional. Su temprana fábrica impulsada por los primeros monarcas del reino de Aragón se enriquece con la aportación de la obra de maestros geniales que en ella concurren. La escultura y la arquitectura van de la mano siguiendo las modas del momento para lograr un mensaje propagandístico conveniente a la casa reinante en orden a proclamar su alianza y vasallaje con la Santa Sede.

Para difundir dicho mensaje forjan símbolos como el crismón trinitario, verdadero lábaro medieval llevado desde Jaca a las zonas de reconquista e influencia del reino. El propio rey es presentado bajo el aspecto de personajes veterotestamentarios a fin de enaltecer su figura y su función de conductor del pueblo hacia la tierra prometida. La figura de Moisés, aparece y destaca en Jaca como una sincretización del personaje bíblico del rey aragonés Sancho Ramírez (D.L. Simon. "A Moses capital at Jaca"" Imágenes y promotores en el arte medieval. Miscelánea en homenaje a J. Yarza. Bellaterra, 2001, p. 215)

La cronología de la edificación de este templo catedralicio está todavía en entredicho. A falta de documentación auténtica referente a la misma, las aproximaciones a su momento fundacional son diversas según el autor que la enjuicie o los intereses para que encajen las fechas de los diferentes templos del camino jacobeo.
Hay opiniones que llevan su inicio al reinado de Ramiro I, contemplando dos fases constructivas señaladas por un cambio de ritmo edificativo y estilístico ("Precedentes musulmanes y primer arte cristiano". Actas del congreso "Las Cinco Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII". Bernabé Cabañero Subiza - Universidad de Zaragoza. Institución Fernando el Católico 2007.- "Las Catedrales de Aragón". Ibercaja. 1987. Catedral de Jaca. Domingo Buesa Conde); mientras que otros autores apuntan hacia el momento óptimo para edificar una catedral en Jaca señalado en el tiempo por la declaración de Sancho Ramírez como ciudad; circunstancia necesaria para poseer una iglesia-catedral ("Arquitectura y soberanía: La catedral de Jaca y otras empresas constructivas de Sancho Ramírez" J. Martínez de Aguirre "Anales de Historia del Arte 2011").

Aspectos históricos bien conocidos son usados como fundamento para quienes defienden esta postura, viendo imposible el inicio de una iglesia catedral antes de este momento y decantándose por una obra unitaria desde un principio; sin fases edificativas definidas.

Los partidarios de la mayor antigüedad del inicio de la edificación apuntan hacia la construcción de parte de la cabecera y perímetro de la catedral utilizado formas empleadas en otras iglesias de las proximidades, heredadas del arte lombardo y llamadas “lombardistas”.

La cuestión parece atascada en este punto y creo que se ha dejado de lado un aspecto que puede ser de gran interés al respecto. Me refiero al estudio de las marcas de cantero, existentes con mayor profusión de lo que se ha documentado ("Breve memoria de los signos lapidarios de la catedral de Jaca". Rodrigo de la Torre. Revista "Estudios" 1985). Marcas que según su distribución por la fábrica del templo nos podrían señalar niveles de edificación en los que participan los diversos canteros, así como las zonas de trabajo de cada grupo de ellos.

Quizá su distribución nos pueda aportar algún dato más para poder enjuiciar estas cuestiones edificativas mencionadas.

1

Para realizar este trabajo, en la primavera de 2012, he recurrido a fotografiar de modo sistematizado todos los paramentos y bóvedas del templo, estudiando luego de modo minucioso las marcas existentes en los sillares vistos. A tal fin he empleado una cámara réflex digital Olympus E-5 de 12,3 megapixeles con óptica de 200 mm duplicada, equivalente a 800 mm en fotografía analógica. El uso de trípode, diafragmas muy cerrados (f 13) y disparo retardado, permite una apropiada identificación de las marcas mejor conservadas en los sillares visibles del templo. A pesar de ello, un pequeño margen de error es comprensible tanto por identificación positiva equivocada como por no identificación de otras.

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A pesar de ello, he de reconocer de entrada que no es posible identificar todas las marcas existentes en el templo. Unas veces será la ocultación de los sillares por retablos o elementos muebles. Otras la meteorización de algunos sillares que ha hecho desaparecer su capa superficial (muy frecuente al exterior donde se recogen muy pocas marcas). También la forma de incidir la luz, que puede ocultar por completo marcas poco aparentes o distorsionar su morfología.

La existencia de un coro en la parte anterior de la nave central fue la causa del repicado de columnas y capiteles en algunas zonas. Hoy se han repuesto en volumen con materiales que guardan la forma; pero el material original y las marcas han desaparecido. También las han hecho desaparecer el abujardado intensivo en algunas zonas o la aplicación de cementos para rellenar zonas de pérdida de material.

A pesar de ello, el poder conseguir un número notable de marcas y poderlas ubicar en las estructuras del templo, entiendo que pueda ser de gran interés en orden a lograr el fin mencionado.

La búsqueda de trabajos al respecto apenas me ha proporcionado resultados. El más significativo es el de Rodrigo de la Torre de 1985, del que se desprende que no hay marcas de cantería en la cabecera del templo, mientras que en mi estudio he documentado más de un centenar tan solo en este espacio.

Estoy seguro de que habrá errores, ya que en ocasiones la distancia y la penumbra aliadas con la meteorización o las agresiones sufridas por los sillares, hacen muy difícil diferenciar signos que comparten aspecto, como “E”, “P” de vano cuadrado o “F”.
No he tenido en cuenta las variaciones de los signos que aparecen invertidos o que tienen ligeros cambios en su hechura, a fin de simplificar el estudio.

He recogido 31 signos diferentes y un total de 430 marcas realizadas con los mismos. Seguro que habrá más que me hayan pasado desapercibidas por alguno de los motivos apuntados; pero entiendo que los datos obtenidos a partir de esta muestra pueden ser significativos.

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La señalización con puntos rojos en la cabecera del lugar donde he localizado marcas de cantero (116) nos proporciona de entrada un dato de lo más interesante: No hay marcas por debajo de un determinado nivel. Eso es un hecho. Interpretarlo tocará más adelante, a la hora de sacar conclusiones.

Considero importante diferenciar el lugar donde el cantero ha dejado su marca. No es lo mismo labrar un sillar convencional que una dovela que requiere técnicas de estereotomía, o por supuesto, las piezas escultóricas. En referencia a estas últimas he de señalar que en dos de los grandes capiteles que coronan pilares cilíndricos he encontrado marcas de cantero. Una “S” en uno de ellos (Referencia 13 en planta guía) y un “B” en otro (Referencia 4). En este último, además, hallé un inicio de epigrafía con el nombre de “Bernard”, importante por que ha hecho surgir la duda de si es referencia a Bernardus Guilduinus como autor de la pieza.

La búsqueda sistemática ha hecho aparecer otra epigrafía, esta vez en el porche occidental con la palabra “GARAS”. La tenue y elegante figura de un togado con aire clásico semejante a los existentes en algunos capiteles, hallada por el canónigo archivero de la catedral de Jaca, Juan Francisco Aznárez, se esconde bajo la predicadera en un sillar de la zona inferior de la pilastra nordeste del templo (Referencia 3). También un anagrama moderno en la moldura de las bóvedas de la nave central. Por fin, al exterior varas jaquesas con timbres de autenticidad en la portada de la lonja chica o relojes de sol en la torre de campanas, completan la nómina de algunos de los elementos grabados en las piedras catedralicias.

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En la imagen superior de la planta del templo (modificada del plan director de la catedral) he distribuido de modo aleatorio numeración dentro de círculos azules para localizar las zonas estudiadas identificables en el cuadro estadístico. He resaltado con halo rojo los grandes pilares cruciformes , más destacados los de triple esquina que poseen mayor perímetro(5 y 12). El contorno de la nave así como la segmentación de los tramos los he señalado con trazo amarillo.

Bajo estas líneas, el cuadro estadístico hace referencia en la primera columna por la izquierda a esta numeración para poder ubicarnos. Cliqueando sobre el cuadro estadístico lo podremos consultar o descargar a mayor tamaño. En él se listan en la zona inferior del cuadro, en horizontal, todas las marcas halladas; y en las verticales los lugares donde estas aparecen y el número de las mismas así como sus sumatorios.

5

Bajo estas líneas muestro ordenadas las diez marcas de mayor frecuencia en el templo. Son activas y cada una de ellas, cliqueandola lleva a su ubicación en planta y estudio específico. Entre todas suman 337 marcas, un 78,55 % de todas las recogidas (430).

6
95
48
36
33
29
28
23
19
16
10

Sobre los planos o fotografías del templo he superpuesto en círculos rojos los signos encontrados. El número hace referencia a la numeración de los mismos (Del 1 al 31), listada en la tabla estadística. Nos permiten una idea aproximada de la distribución de marcas. Es notable la densidad de marcas en el pilar cruciforme sudoeste en el que he localizado hasta 61 marcas (Referencia 10). Cliqueando las imágenes, abren a mayor tamaño.

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Muro de separación entra nave central y nave norte. Cabecera a nuestra derecha.

8

Muro de separación entra nave central y nave sur. Cabecera a nuestra izquierda.

9

Portada occidental

En planta, he colocado la localización y número de cada uno de los signos encontrados. Su distribución en ocasiones arroja una significación como el hecho de que hay marcas usadas solo en la cabecera; así como que hay otras que no se emplean en la misma y si en el resto del templo.

Cliqueando encima de cada uno de los 31 signos en la tabla subyacente, podréis acceder a la imagen de planta de la catedral y los lugares en que las he encontrado, así como el número de las mismas dentro del circulito que las situa. Ello nos orienta hacia las zonas de mayor actividad del cantero correspondiente.

10
 

DATOS OBJETIVOS

Del trabajo realizado encaminado a la recogida sistemática, ubicación y distribución de las diferentes marcas de cantero en la catedral de Jaca se pueden señalar los siguientes datos objetivos:

1- Los diversos signos de cantería hallados suman un total de treinta y uno.

2- El número total de marcas identificadas asciende a 430

3- No he hallado marcas por encima del nivel de las impostas de las bóvedas de crucería de la nave central, a pesar de que en esas zonas permanecen algunos de los primitivos vanos de la nave central (Imágenes 7 y 8).

4- No he hallado marcas de cantería en los sillares de la bóveda de media esfera del crucero, ni en las nervaduras ni trompas de la misma.

5- No he hallado marcas de cantería en los ábsides meridional y septentrional en lo que respecta a los cilindros, vano y bóveda de cuarto de esfera de los mismos.

6- No he hallado marcas de cantería en las cabeceras, por debajo del nivel de las molduras de ajedrezado jaqués inferiores (límite inferior del vano absidal sur) y su nivel equivalente en la cabecera central (Imagen 3).

7- Las marcas de cantería de la cabecera sur se localizan en algunas de las dovelas de la embocadura del presbiterio así como en la bóveda del mismo, no apareciendo por debajo del nivel de la imposta ajedrezada que separa bóveda de paramento vertical (Imagen 3).

8- Las marcas de cantería de la cabecera norte se localizan en algunas de las dovelas de la embocadura del presbiterio y del ábside así como en las zonas altas de paramento vertical y bóveda del presbiterio, por encima de la moldura ajedrezada intermedia - la que continua el nivel de imposta de los capiteles del vano oculto por el retablo- (Imagen 3).

9- Son abundantes las marcas en la zona alta del presbiterio de la cabecera central -única zona restante de la misma- (51), en comparación con las existentes en la cabecera norte (24) o en la sur (11) (Imagen 3).

10- Hay dos marcas en la cabecera que aparecen de modo prácticamente exclusivo en la misma. Son la número 1, con forma de "omega" de semicírculos desiguales, y la número 2, en forma de "L". Respecto de la primera, dos marca fuera de las cabecera se hallan situada en el pilar norte del crucero y en transepto sur. En total he contado 31 marcas, 13 de las cuales se hallan en el presbiterio del la desaparecida cabecera central.

11- La marca "L" (número 2) también aparece concentrada en las cabeceras (21 marcas). Cuatro más he hallado en la embocadura de la nave central lindante al crucero.

12- La marca "E" (número 3), la de mayor frecuencia, asimismo se agrupa en la cabecera (56 marcas). Once más he hallado en los pilares que limitan nave central y crucero y también, otras doce las he documentado en el exterior del muro norte de la nave septentrional, al interior del claustro y transepto interior (secretum") y exterior. Dos veces la he hallado al exterior del muro sur y dos más en sillares reutilizados en el nuevo ábside central. Es una marca que aparece en todo el templo, a excepción de la portada occidental.

13- El resto de las marcas existentes en la cabecera (números 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10) -18 marcas entre todas- se hallan también en el resto del templo.

14- En las naves, las marcas se reparten de un modo bastante aleatorio, a excepción de la número 18 ("S") que se acumula en en los muros y pilares entre nave central y sur, especialmente en el pilar 10 en el que he localizado 25 marcas.

15- Hay dos marcas que decoran elementos escultóricos de primer orden, como son los capiteles de los pilares cilíndricos números 4 y 13. En el primero es la "B" de la epigrafía "Bernard" y en el segundo es la "S" quizá una inicial de un cantero llamado "Sancius".

16- Las cinco marcas que aparecen en la portada occidental las hallamos también en el interior de las naves y en la cabecera.

17- Como dato colateral -importante- he de señalar que en la labor de detección de marcas de cantería encontré varias piezas escultóricas reutilizadas en la nueva cabecera central, probablemente procedentes de la primitiva y que sin lugar a dudas formaban parte de un zodiaco.

18- Las marcas 3, 5 y 6 aparecen como marcas constitutivas o rectoras. Nos hablan de la continuidad en la edificación del monumento. Su frecuencia es de 85, 15 y 33 signos respectivamente. En total 133 signos que representan un 33% de todas las marcas localizadas.

19- Al exterior de la cabecera central he hallado 24 marcas de cantero en sillares reutilizados en el alzado del ábside moderno. La mayoría corresponden a la marca número 3 (12), la más abundante en el templo, seguida de la marca número 1 (6)

CONCLUSIONES

A la vista de las marcas de cantero recogidas y de su distribución, las conclusiones que me sugieren son las siguientes:

1- Hay una fase edificativa que afecta a las cabeceras en su zona inferior y anterior en la que no aparecen marcas de cantería (cilindros absidales y bóvedas de cuarto de esfera), lo que apunta hacia un inicio por esta zona, en una fase precoz, previa al resto del templo.

2- La fase edificativa ulterior de las cabeceras, en la que aparecen marcas, afecta a los paramentos verticales a partir de una cierta altura y a las bóvedas de los presbiterios.

3- Las marcas rectoras (3, 5 y 6) nos hablan de una fase edificativa coherente y mantenida en el tiempo hasta la conclusión del templo.

4- La edificación de la portada occidental es coherente con la de las naves y cabecera del templo

5- La ausencia total de marcas en un elemento tan destacado como es la cúpula (bóveda de media esfera con sus nervaduras, trompas y muros entre ellas) permite apuntar en el sentido de ser el resultado de la actuación de un grupo selecto y especializado que no necesita de marcas para identificar su obra. La perfección de su hechura destaca de lo visto en las bóvedas del transepto, por ejemplo.

6- La existencia de sillares reutilizados en el exterior del ábside central con marcas de cantero correspondientes con las vistas al interior de su presbiterio y en proporción semejante, me lleva a pensar que parte del presbiterio central fue demolido y que sería de mayor profundidad que los laterales, encajando con los planos alzados por M. Durliat.

Huesca. Junio de 2012


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