Lo bueno de escuchar a hombres sabios es que siempre aprendes cosas de ellos. Hay que acercarse, escucharlos con las antenas levantadas y reconocer ideas importantes lanzadas en ocasiones como complementos al tema desarrollado.

Esto me ha pasado escuchando al profesor Bango Torviso en los cursos de verano de Jaca de este año de 2013. Hablaba Bango de "La memoria de los poderosos y el templo monástico medieval", tema sin duda importante; pero una de las muchas ideas que me impactaron fue como digo, colateral.

Hablando del concepto "cripta" que él interpreta en un sentido más amplio que el habitual; como lugar de enterramiento, independientemente de que se halle en el subsuelo o en lo alto de una torre, citó entre otras a la del monasterio de San Lorenzo de Carboeiro resaltando su potencia edificativa y la más que posible adscripción arquitectónica al Maestro Mateo.

El monasterio de San Lorenzo de Carboeiro es un templo impresionante por muchos motivos; pero para apreciar la gran obra de quien lo proyecta hay que descender un sendero hasta situarse entre traidoras ortigas frente a frente con su cabecera.

Es entonces cuando quedas sorprendido y confundido por lo que ves. Un genial arquitecto ganó terreno al cortado sobre el río Deza hasta conseguir superficie para edificar una potente estructura con forma de medio cilindro sobre la cual eleva toda la cabecera de la iglesia superior.

La estructura mencionada alberga en su interior una cripta de proporciones y arquitectura sin parangón en todo el románico de Galicia. En la imagen activa bajo estas líneas, colocando el cursor sobre la misma aparece su estructura superpuesta a la de la iglesia superior.

Bajar a la cripta por cualquiera de sus dos escaleras intramuro de caracol es situarse ante una obra impresionante. Si al exterior me impresionó por su grandeza, al interior lo hizo por su potencia edificativa y por saber lograr un rotundo soporte para una estructura situada por encima de este espacio.

Más que mis palabras, las imágenes que muestro bajo estas líneas dan la justa medida a la obra.

Es sobre la estructura de la cripta que se elevó la magnífica iglesia superior de Carboeiro. Ábside central, deambulatorio, absidiolos, etc. todo ello en clave ya tardía que apunta hacia un momento cisterciense

Pues bien, la idea que Bango lanzó como quien no quiere la cosa es que el constructor de esta poderosa estructura de la cabecera de Carboeiro tuvo que ser el arquitecto más cualificado de Galicia en ese momento y por tanto el llamado a solucionar el grave problema que surgió en la edificación de las naves de la catedral de Santiago de Compostela.

Es también idea de Bango el señalar que el desnivel existente desde la cabecera de Santiago hacia la plaza de Obradoiro propició un problema estructural consistente en que la porción occidental de la catedral tenía tendencia a caer hacia Obradoiro. La solución que se pensó fue "anclarla" por medio de una potente estructura que desde los cimientos se elevara y fuese capaz de contrarrestar ese empuje.

Bango opina que el arquitecto llamado para solucionar ese problema fue el mismo que hizo la cripta de Carboeiro, porque había demostrado en ese monasterio que podía hacerlo.

Tanto en el arranque del gran cilindro de la cripta de Carboeiro como al interior del templo se explicita una fecha para su fundación: 1171.

En el primer caso se puede leer: "ERA MCC VIIII KL IVNS", mientras que al interior, en el muro sur la trascripción de la inscripción es: "En las kalendas de Junio de la era 1209 (1171) el abad Fernando fundó este templo con multitud de sus monjes".

Saltando ahora hasta Santiago, la inscripción en dintel del Pórtico de la Gloria dice, según Izquierdo Perrín: " En el año de la Encarnación del Señor de 1188 de la era 1126 en el día de las kalendas de abril, los dinteles de los pórticos principales de la iglesia de Santiago fueron colocados por el Maestro Mateo, que ejecutó las obras desde los fundamentos de estos mismos portales".

Así pues Mateo sería el autor de esta solución para Santiago, que tuvo como efecto colateral la desaparición de la que debió de haber sido impresionante portada occidental del templo. Arquitecto de grandes recursos al que no se da su verdadera dimensión puesto que se presta más importancia a la escultura que a la concepción arquitectónica del edificio y a las soluciones edificativas del mismo. Legiones de canteros esculpirían motivos decorativos "al estilo de mateo" aun cuando quizá el Maestro fuese mucho más arquitecto que escultor.