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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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¿POR QUÉ LA CIUDAD DE HUESCA NO POSEE UNA CATEDRAL ROMÁNICA?
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Huesca es la capital de una provincia de singular riqueza románica y por ello extraña más -sobre todo a los numerosos visitantes ávidos de recorrer las nuestras del Arte Románico- el hecho de que no cuente con una catedral edificad en ese estilo arquitectónico.
Hay que volver la vista atrás hasta un momento de la historia en el cual se está consolidando el reino de Aragón. Ostenta la corona Sancho Ramírez y su hermano, el infante García es el obispo de su capital (Jaca). Las miras del monarca está puestas en la reconquista de la tierra llana. Tomar la ciudad islámica de Huesca "la de las cien torres" y luego Zaragoza, en el valle del Ebro.
La ambiciosa empresa excedía de las posibilidades reales del monarca aragonés que hubo de aliarse con Roma infeudando el reino y facilitando el cambio de rito hispanovisigodo por el oficial romano a la par que abría su territorio al control por parte de los monjes benedictinos dependientes de la abadía de Cluny. Los monasterios establecidos tras este pacto estaban libres de cargas y de dependencia tanto hacia el monarca como hacia el obispado.
Este hecho no fue del agrado del obispo-infante García que se vió sin duda relegado por la influyente llegada de monjes franceses a su territorio episcopal. Los enfrentamientos entre ambos hermanos fueron notables, llegando el rey a amenazar al obispo con "arrancar los ojos de su cabeza" si le traicionaba.
El obispo García acudió a pedir ayuda al rey castellano Alfonso VI cuando este intentaba tomar Zaragoza en 1085, ofreciéndole aquél el obispado de Toledo tras su toma. En julio de 1086 Sancho Ramírez conocedor de la maniobra se entrevistó junto con su hermano con el castellano. De regreso hacia Huesca, el obispo, convenientemente enfermó y murió en Anzánigo.
Esa mala relación entre el rey y el obispo perduró en las figuras de los sucesores del infante García y del monarca muerto de un flechazo mientras reconocía las murallas de Huesca. El obispo de Jaca, Pedro, una vez conquistada Huesca por el rey Pedro I, no aceptó la intención del rey de situar la sede episcopal en el monasterio benedictino de San Pedro el Viejo e hizo valer a través del Papa su derecho a recibir como sede episcopal la mezquita mayor de la ciudad conquistada. (Buena parte de la informaciòn está tomada de trabajos de D. Antonio Durán Gudiol)
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En el documento fechado en 1096 que se conserva en la catedral de Jaca aparece un bello dibujo donde el rey Pedro I hace donación de la iglesia catedral de Huesca advocada al Jesús Nazareno al obispo Pedro (Imágenes 2 y 3). El templo aparece idealizado en su planta y la firma del rey en caracteres árabes aparece entre ambos personajes legitimando el acto. Una copia de este documento se guarda en la catedral de Huesca. Letra y dibujos muestran un momento posterior en el tiempo (Imagen 4)
Tras la reconquista de la ciudad de Huesca se edificaron iglesias parroquiales extramuros como elementos articuladores de los nuevos barrios de la ciudad. Entre ellas la iglesia de San Ciprián, donada a San Juan de la Peña, San Miguel, Santa María Magdalena o Santa María in foras. También iglesias no parroquiales como San Salvador donada al monasterio de Leyre, San Vicente del mercado, donada la catedral de Roda, Santa Cruz de la Zuda propiedad de la abadía de Montearagón, Santa María del Temple o San Juan de los Templarios y Hospitalarios de Jerusalén. La iglesia de San Pedro el Viejo fue asiento del monasterio benedictino dependiente de la abadía de San Ponce de Tomières, reedificado a partir de 1117.
Parroquiales, mezquitas sobre las que edificaron templos románicos, abadías y monasterios favorecidos en el reparto mientras que el obispo Pedro recibió la mezquita mayor en la que fue edificada una modesta iglesia románica dedicada a Santa María con claustro añejo de los que quedan vestigios de éste y la portada de aquélla (Imágenes 5 y 6).
La mayor parte de estos templos románicos han desaparecido o han sido transformados de modo notable.
Antiguos enfrentamientos y rencillas entre reyes y obispos que señalaron negativamente a la sede episcopal oscense. Esta situación se prolongó en el tiempo hasta el reinado de Jaime I quien consideró indigno el hecho de que la iglesia catedral siguiera aposentada en la antigua mezquita mayor encargando al obispo Jaime Sarroca (1273 -1290) -su sobrino- la construcción de una catedral digna. La primera cabecera de la catedral se alzó entre los años 1294 y 1308. Entre los años 1492 y 1499 se recreció el crucero del templo y la bóveda del ábside mayor, reutilizando los materiales de la misma para su cubrición. Esta obra la efectuó Juan de Olótzaga
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En la clave del altar mayor de la catedral (Imagen 10 -flecha-) hay una deliciosa pieza con escultura en bajorrelieve y policromía original que contemplada a través del teleobjetivo nos muestra su belleza a la vez que nos transmite una información importante acorde con lo mencionado (Imágenes 7 a 9). Se trata de un Calvario en el que aparece Cristo crucificado flanqueado por La Virgen y San Juan. Los tres muestran una sonrisa en su semblante. La parte visible de la cruz muestra los nudos donde se cortaron las ramas. En altura la cartela reza "JHS XPS" con símbolo de abreviatura sobre "XPS" quizá alusivo al simbolismo trinitario de esta fórmula abreviada del nombre de Cristo en griego.
En el rostro de Cristo hay señales de un tiro de escopeta cargado con "mostacilla". Le falta la mano derecha -que fue recolocada por medio de un vástago de hierro. La izquierda aparece también fracturada pero recolocada permanece in situ. San Juan y la Virgen lucen idéntica vestimenta. Cubre María su cabeza con una toca decorada con franja roja ancha perfilada con otras dos más estrechas. El abdomen y la pierna derecha de Cristo están deteriorados quizá por las labores de recolocación de esta pieza. Los pies de Cristo aparecen uno sobre otro, siendo una imagen de tres clavos.
Pero sin duda lo que añade trascendencia a esta bella pieza es la decoración pictórica existente entre Cristo y las figuras de María y Juan. Muestra por duplicado de modo simétrico una mitra, un báculo y un símbolo que identifican sin lugar a dudas al obispo Jaime Sarroca, quien tenia por signo una torre de ajedrez
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La conclusión a la que llego tras esta visión general del por qué la catedral de Huesca no es románica y ha de esperar a un momento tardío para dignificarse, es que esta clave corresponde a la bóveda de la cabecera edificada por mandato del obispo Jaime Sarroca y que fue reutilizada al recrecerse la misma por Juan de Olótzaga a finales del siglo XV.
La elevada situación de este bello elemento hace difícil la contemplación directa del mismo y sobre todo de los detalles descritos.
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En el trabajo de "Apuntes de Sigilografía y Heráldica de los Obispos de Huesca" de Santiago Broto Aparicio se hace referencia expresa a las armas del obispo Sarroca "En campo de azur, una roca o torre de ajedrez en oro" que es el modo en que las encontramos en esta clave. Más abajo muestro en blanco y negro las mencionadas armas, sus sellos y su firma así como una imagen reducida de lo referente a él que clicando puede verse a mayor tamaño.
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