LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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COINCIDENCIAS ESCULTÓRICAS ENTRE LA SALA DE DOÑA PETRONILA EN HUESCA Y LA ERMITA DE SAN GIL EN LUNA.


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En el mes de marzo de 2014 he sido invitado a participar en el ciclo organizado por el Instituto de Estudios Altoaragoneses "ARTE E HISTORIA EN HUESCA" para desarrollar el tema "Vestigios de la Huesca Románica" y conducir junto con Mª Antonia Buisán una visita guiada por San Pedro el Viejo, la sala de la Campana y la sala de Doña Petronila, estas dos últimas en el Palacio de los Reyes de Aragón situado en el contexto del museo provincial de Huesca.

Comoquiera que me han llegado noticias de que la comparativa entre las imágenes escultóricas de la sala de Doña Petronila y de la arquería inferior de San Gil en Luna ha sorprendido por su rotunda semejanza, ofrezco aquí las imágenes que empleé en mi charla y de las que hablamos durante la visita guiada.

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Las iglesias del Palacio Real (porque no es otra cosa que una iglesia la Sala de Doña Petronila) y de la ermita de San Gil de Luna guardan unas semejanzas tanto en lo arquitectónico como en la escultórico que van sin lugar a dudas mucho más allá de la simple coincidencia o corriente artística común. Para tomar conciencia de ello es la imagen el mejor argumento, dado que si se han visitado ambas, los recuerdos pueden no ser tan precisos como las fotografías del detalle cuando se comparan entre si los mismos temas mostrados en las esculturas.

En primer lugar, la arquitectura de ambas cabeceras responde a una misma concepción hispano-languedociana de planta poligonal a base de sucesivos lienzos delimitados por semicolumnas adosadas a pilastras sobre las que voltean arquerías ciegas. Las semicolumnas son dobles en la unión de cabecera y nave en Luna y entre cabecera y presbiterio y entre este y nave en Petronila (Imágenes 2 y 3). Las semicolumnas se prolongan en altura segmentando una arquería superior que alberga los vanos. Son tres en Luna y dos en Petronila, quizá obligados por la planta hexagonal sobre la que se alzó el Palacio Real.

En San Gil de Luna la cabecera se cubrió por medio de medio cañón reforzado/decorado con nervaduras que continúan las semicolumnas y convergen en la clave del arco triunfal. No se hizo así en Petronila, probablemente porque el espesor de sus muros no permitiese soportar el empuje de una bóveda de este estilo. Prueba de ello es que en el exterior de la zona anterior de su muro norte hubo de alzarse un arbotante románico con arco doblado para estabilizar la estructura.

En la iglesia de San Gil de Luna trabajaron dos maestros/talleres diferentes. Por una parte un "principiante" (El Maestro de Agüero) que había aprendido el oficio en la iglesia de Santa María la Mayor de Uncastillo junto a escultores del Gran Taller del Bearn (en definición de J. Lacoste) y tras una primera obra en San felices de Luna, viene a trabajar a este templo esculpiendo los capiteles de la zona superior del mismo, los más alejados del espectador. Allí encontraremos lo que será su santo y seña: la primera "bailarina" así como un bestiario fantástico traído por el influjo soriano silense.

En la arquería inferior trabaja un escultor de mayor calidad técnica al que se encomienda la labor de esculpir escenas de la vida de Cristo en un verdadero claustro interior del cual quizá el Maestro de Agüero tomó la idea para llevarlo a cabo por primera vez en Aragón en el monasterio benedictino de San Pedro el Viejo de Huesca. A este escultor principal se le ha relacionado con el maestro Leodegarius, borgoñón cuya obra la encontramos firmada ("Maria Mater XP Leodegarius me fecit") en una de las columnas-estatua en la portada de Santa María la Real de Sangüesa, obra en la que también en altura participó el maestro/taller de Agüero. No olvidemos que en la portada norte de San Gil de Luna resta una de las dos columnas-estatua que la decoraron, siendo esto otro nexo de unión con el modo de hacer de Leodegarius o de su taller.

Con esta introducción general para aproximarnos al tema vamos ahora a ver cinco parejas de capiteles pertenecientes a Luna y a Petronila. El primero de cada pareja es de Petronila, por cuanto que es anterior en el tiempo según el cronograma propuesto en cabecera de esta pagina. Los capiteles de la arquería inferior de Luna están dañados en ocasiones por acción vandálica. Me relataba quien fuera alcalde de la villa, mi amigo Miguel Auría que de críos era costumbre para Semana Santa ir a "matar judíos", expresión que traducía el hecho de apedrear de modo indiscriminado cualquier elemento escultórico humano de los capiteles de San Gil.

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La primera pareja de capiteles propuesta es la que muestra el Nacimiento de Cristo. La composición es idéntica y hay coincidencia en detalles infrecuentes como el de cubrir el apeo del capitel con un textil esculpido. Cuna en alto sobre columnillas. Mula y buey, partera tras la cama con la mano en la misma disposición, pliegues de la ropa, etc. Difieren amos en que en Luna se incluye la figura de San José en la cara de nuestra derecha, mientras que en Petronila no aparece, ocupando este espacio la partera y la cabecera del lecho (Imágenes 4 y 5).

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La Huida a Egipto muestra la misma disposición de los personajes en la cesta del capitel, cuya forma asimismo es idéntica. La cola de la caballería cayendo lacia hasta casi el suelo se repite de modo idéntico. Hay variaciones de detalle como los plegados del manto de la Virgen; pero como digo, el planteamiento general de la escena y del soporte de la misma es el idéntico (Imágenes 6 y 7).

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La escena que en principio no comprendía y que al final he identificado con la visión de San José previendo la Matanza de los Inocentes va más allá de toda coincidencia casual. Es el mismo episodio: Hay un personaje (San José) que oculto desde un lateral contempla horrorizado -y así nos los transmite el artista con el gesto de llevarse la mano izquierda a la boca para ahogar un grito de sorpresa- al demonio entregando un cuchillo a un personaje situado tras un mueble vestido con telas que evocan sin duda a la cama en que la Virgen ha dado a luz a Jesús. La interpretación es obvia: prevé la matanza de los inocentes y en Petronila, el capitel siguiente es la Huida a Egipto (Imágenes 8 y 9).

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También la escena que remite a las tentaciones de Cristo en el desierto la vamos a ver relatada de modo semejante: Cristo sentado en un lateral del capitel con un libro abierto sobre las rodillas es tentado por un demonio que ocupa la otra cara. La plástica del demonio es diferente aun manteniendo el simbolismo negativo así como el lugar donde se sienta Cristo: silla en un caso y rocas en el otro (Imágenes 10 y 11).

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Por fin, la forma de manejar el escultor los espacios de modo tan peculiar como infrecuente en este momento del románico. Cuando el espacio de la cesta del capitel se le queda pequeño, o quizá buscando el efecto de modo deliberado, sale del mismo invadiendo parte del elemento estructural del capitel que forma parte de la pilastra. Así lo hace en Petronila, con las ovejas de la escena de la Anunciación a los Pastores o con un personaje de la iglesia de San Gil de Luna (Imágenes 12 y 13).


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