Situados
de este a oeste en las líndes entre navarros y catalanes, ocupando
una estrecha franja en las estribaciones de las sierras interiores oteando
la tierra llana ocupada por el infiel, una serie de castillos y fortificaciones
de época románicas han llegado hasta nuestros días
para dar noticia de su dificil y glorioso pasado.
Seguro
que eran má; pero el tiempo las guerras y la incultura, sobre
todo la incultura, han propiciado la pérdida de una buena parte
de los mismos.
Aún
se llega a tiempo de salvar alguno de ellos. A otros, como el de Montañana,
la consolidación ya no le llegó a tiempo. Apenas queda un
pequeño fragmento en pie de su circunferencia noreste cuando en
fotografías recientes aguantaba casi la mitad de su perímetro.
En
Aragón se dió la circunstancia de concurrir en espacio y
tiempo la conquista del solar del Reino y la llegada de una corriente
religioso-cultural desde Cluny, concretada en lo ideológico por
el cambio del rito mozárabe al romano y en lo material por el florecimiento
del arte románico o "arte francés".
(Monasterio
de san Juán de la Peña: Según las crónicas
pinatenses, era martes 22 de Marzo de 1071. La hora tercia fue la última
mozárabe y la Sexta, la primera en rito Romano. Era segunda semana
de Cuaresma, con el Rey y la Corte en el Monasterio, como solía
acostumbrar por estas fechas.)
Ello
favoreció el impulso constructivo y de consolidación de
un buen grupo de edificaciones medievales a las que se ha dado en denominar
"conjuntos religioso-militares". No
en vano el primer rey de la dinastía de los Ramírez (Sancho)
fue diestro en aunar espada y cruz; religiosidad y milicia. La
subordinación de su naciente reino al poder fáctico de la
Iglesia le valió consideración y apoyo del resto de los
gobernantes cristianos del momento.
En
cuanto a la cronología de los castillos, es un tema controvertido. Pienso
que una hipótesis razonable es la formulada por Esteban
Lorente, Galtier Martí y García Guatas en la preciosa obra:
"El nacimiento del arte románico en Aragón", (1982). Dicha obra nos ha iniciado a muchos en el gusto por el arte románico y nuestras raices. Es sin duda libro de cabecera en esta materia. Según
estos autores, castillos con "partida de nacimiento" son: FANTOVA
(1015), FALCÉS (1063), UNA TORRE DE ALQUEZAR (1067), AYERBE (1083)
y LUNA (1093).
Ateniendose a ello y al estudio formal de los estilos constructivos clasifican las fortificaciones en: |