CASTILLO DE FERNAHUELO-AZLOR-Fortificaciones Romanicas del Altoaragon

Azlor es otro pequeño núcleo de población a la vera del barranco de la Clamor. Desde la carretera N-240 Huesca-Barbastro, hay que desviarse en Peraltilla en dirección norte, pasando por Azara y a unos cinco kilómetros de la carretera nacional llegaremos a su caserío.

Para llegar al castillo de Fernahuelo hay que localizarlo visualmente. Poco antes de llegar a Azlor lo veremos a nuestra derecha sobre una elevación al otro lado del barranco distante unos 1000 m de nosotros. Una vez en el pueblo hay que seguir en dirección norte saliendo hacia el cementerio, rebasarlo y al llegar a la fuente-lavadero (merece la pena parar y contemplar la filigrana de canalillos y pequeños estanques sucesivos tallados en la roca) tomar la pista que gira hacia el sudeste. Como desde la fuente vemos el castillo, es fácil dirigirse hacia el bien por pista o en alguna momento campo a través hasta llegar a la propia base del edificio, con señales de haber sido recién explanado su entorno (19 de octubre de 2004).

El castillo de Fernahuelo data de principios del S XII según la base de datos del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Es una pequeña edificación defensiva de poco más de un par de metros de lado en su interior erigida sobre un afloramiento rocosoque debió de poseer un mínimo recinto en derredor suyo (Imagen 6). En la actualidad su estado es lamentable. El lienzo sur, que debió de contener la puerta, se ha derrumbado y el aspecto que presenta lo restante, en especial el muro este, no hace ser muy halagüeño con respecto a su futuro. Fue edificado con sillares bien trabajados y sin marcas de cantería. Posee un retranqueo del espesor de su muro algo por debajo del ventanal aspillerado que existe en el lienzo norte (Imágenes 8 y 9). Mechinales afrontados en el interior de los muros este y oeste hablan de la existencia de piso intermedio de madera. Así pues, debió segmentarse en tres compartimentos al interior. Hay otro ventanal aspillerado en la base del lienzo norte, casi colmatado al interior y con desaparición de buen número de sillares al exterior (Imagen 7).

Las dos capas de sillares que componen el muro este se van separando, haciendo real su espacio interior relleno de mortero y mampuesto (Imagen 8). Precario equilibrio sobre la roca, no por mucho tiempo. En el entorno de esta torre, hay aljibes tallados en la roca, como el de la imagen 10, probablemente de una pequeña población al amparo o quizá al servicio de la torre.


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