Mientras tanto, en espera de conclusiones
académicas cada uno hacemos lo que sabemos hacer. El público
en general pasea, disfruta y se divierte con la ciudad y el entorno de la
catedral (deliciosos dulces y apetitosas tapas bajo los soportales frente
a la Lonja Chica). Mercadillo de flores en su ambiente natural. Fotógrafos
que pasamos horas buscando un detalle quizá importante. Pícaros,
truhanes y bailarinas que de cuando en vez pasan por aquí y ensayan
arriesgados pasos de baile al compás de los músicos de un
capitel falso. Jaca es deliciosamente universal.
Yo me apunto al grupo de "los fotógrafos".
Tomo y comparto imágenes a la vez que hago amigos entre la gente
agradable de Jaca, desde mi amiga la encargada de la limpieza hasta el amable
y sabio profesor de Maine, pasando por el delegado de patrimonio diocesano
-también AdR- con los cuales entre foto y foto cambio impresiones
y ejerzo la agradable tarea de aprender, compartir y disfrutar.
Y de tanto fotografiar, en alguna toma sales
detalles insospechados. Os aporto dos recientes. Uno de ellos a la derecha
de la hexapétala del gran capitel sobre pilastra cilíndrica
situado hacia la cabecera entre las naves central y sur (Imagen
1). Es una bella y bien elaborada marca de
cantero. una "S" con que el autor de
ese capitel firmó su obra y que a punto estuvo de desaparecer, puesto
que la esquina situada a continuación es tan postiza como los músicos
de la Lonja Chica. En este caso la culpa fue del coro que aquí existió
y que para acomodar su fábrica obligó a rebajar los salientes
de algunos de los capiteles que más tarde se "rehicieron"
en escayola simulando su aspecto original. Hay alguna
marca más en los capiteles. He encontrado una pequeña "B",
en otro de los grandes sobre pilastra redonda. No está todo mirado.
Hay muchos rincones en donde rebuscar para discurrir y acaso para dar con
claves que nos aclaren parte de la historia de Jaca.
Pero hay que andar con cuidado, ya digo,
porque de entre los elaborados frondes del delicioso capitel de la imagen
4 asoma una víbora tan insignificante como peligrosa, quizá
esperando un descuido del fotógrafo para ver de regalarle una pizca
de su veneno. Ésta, también está
ya localizada. Se halla en el lado norte (oscuro) del capitel sobre pilastra circular
posterior entre las naves central y norte (Imágenes 2 a 4).
Seguid mirando. Seguid leyendo. No está
todo dicho. Pero cuidaos de los peligros ocultos tras los capiteles. Y sujetad
fuerte la bolsa si andan cerca pícaros y músicos ensayando
impostadas piruetas al son del ritmo que brota de un capitel falso.