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Al interior del templo, la nave y las estructuras modernas están encaladas. Solamente se ha dejado vista la estructura pétrea de la zona original del mismo (Imagen 1). El ábside se compone de tambor realizado en sillarejo con ventanal de doble derrama que lo centra. No hay imposta. Se cubre con bóveda de cuarto de esfera (Imagen 5). Por delante hallamos los paramentos verticales de un estrecho presbiterio, que ha perdido su bóveda de medio cañón.

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Queda algún resto de pintura roja de almagre adherida a un par de sillares absidales (Imagen 6). El mismo color que hemos visto en la aspillera del vano absidal al exterior y en algunos de los baquetones decorados con sogueado. Es probable que el color dominante del templo fuese rojo almagre (?). ¿Alusión a la condición martirial del santo a quién fue dedicado?

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Una pequeña capilla en el espesor del muro norte, que más parece arcosolio, es toda la incidencia existente en el mismo (Imagen 4). A los pies del templo se guarda la sencilla pila bautismal (Imagen 11) y la losa de alguna de las sepulturas aparecidas en el entorno que en su momento se utilizó como sillar en uno de los contrafuertes norte. (Imagen 12)

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Siempre es problemática la cronología de los templos. A pesar de que en los textos revisados se coloca a éste en el siglo XI opino que la cabecera sin lesenas así como la morfología y decoración de los baquetones, puedan situarlo en una época más avanzada del románico. Su estilo encajaría más con el de Lerés o Banaguás que con los primitivos templos larredenses de mediados del XI.

La nave se cubre con medio cañón (Imágenes 1 y 8). En el muro sur, tras el presbiterio, abre la comunicación con el hueco inferior de la torre que hace las veces de sacristía (Imagen 13). Se han dejado vistas las jambas de la puerta y se ha respetado parte de una inscripción sobre ella (Imagen 14) que daba cuenta de alguna reforma: "Si(endo) Re(ctor el) Reb(erendo) mos(en Pe)dro (Agu)ilar. 1628".

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San Andrés de Nasarre es un templo muy especial, tanto por su adscripción a la escasa nómina de templos larredenses (entorno a los diecisiete) como por la singularidad del paisaje en que se ubica. Alejado de las vías actuales de comunicación, su visita requiere determinación e interés que sin duda se verán recompensados por edificio, historia y paisaje.