LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO
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-MURO DE BELLOS. IGLESIA DE SANTA MARÍA (Cont)- |
/ UTM 31T 264321 4708118 967 m. |
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A la vista de la situación del lugar, de la preocupante y previsible ruina del templo cuyos muros se abren resquebrajando bóvedas y originando desplazamientos de sillares tan evidentes como los que han dejado el crismón casi a punto de caer y del riesgo real de desaparición bien sea por ruina o por expolio, contacté con la restauradora del Museo Diocesano de Barbastro Monzón poniéndole al corriente de lo expuesto y aportando mi opinión de que esa pieza debía de ser rescatada, restaurada y musealizada. Con el beneplácito del delegado de Patrimonio Diocesano (mosén Enrique Nerín) el día 13 de agosto de 2014 subimos a Muro de Bellos María Puértolas, Sheila y yo para recuperarlo. He de reconocer que todos teníamos cierta inquietud por si hubiese desaparecido. Verlo casi desprendido sobre la clave nos hizo respirara tranquilos.
Ya en el pueblo, nos recibió una cabra desde el balcón del ruinoso caserón que cierra la plaza hacia el lado norte. Desde esa altura en la que probablemente se refugia de las inclemencias del tiempo contempló los preparativos de extracción de la pieza (Imágenes 13 y 14).
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La labor fue mucho más fácil de lo previsto. Realmente la pieza estaba suelta y próxima a caer. Unas cuñas de madera entre la clave y el crismón protegieron el posible golpeo de su base contra la clave al desprenderse. Bastaron unos pocos golpes de cincel para liberar los laterales de la pieza (Imágenes 2 a 5)
Desprendido de su lugar sobre la portada, mientras María y Sheila colocaban unas lajas con mortero para llenar el hueco dejado por la pieza, coloque el crismón sobre el pretil que delimita el templo (Imágenes 7 a 9). Allí lo envolvimos con plástico de burbujas para protegerlo de modo adecuado y después lo guardamos en una bolsa que recibí este mes de junio cuando participé en los Cursos de Verano de la Universidad de Zaragoza en Jaca. Había calculado que cabría y cupo. Lo amarramos para que no se abriese y así pude transportarlo fácilmente hasta el coche (Imagen 10)
Las imágenes 11 y 12 muestran la portada antes y después del rescate de la pieza. También recuperamos el ara de mármol del altar, una capa pluvial que estaba bajo escombros por si pudiera recuperarse parcialmente, un librito con partituras musicales quemado... en fin, jirones del maltrecho templo que encontrarán en el museo la atención necesaria.
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Ya depositado en el museo diocesano, solo queda esperar a que el buen hacer de la restauradora lo libere de las capas de azulete para que nos revele los pequeños detalles que en ocasiones quedan ocultos a la vista, como ocurrió en el caso del crismón de Betorz con el que guarda una estrecha relación, acaso de identidad de taller. En las imágenes 15 y 16, puede verse el antes y el después de Betorz y el "revelado" de las caritas de sus ángulos que permiten relacionarlo sin duda con quienes esculpieron los capiteles del claustro de Alquezar. Esa noche dormimos más tranquilos. Una vez esté restaurado, lo fotografiaré a la espera de esos detalles y lo compartiré desde este lugar con todos vosotros.
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Pasado el tiempo, pensando en esta "aventura" de la recuperación del crismón le pregunté a María: ¿Oye... y si nos hubiese parado la guardia civil con estas piezas en el coche... ? Y ella, con una sonrisa pícara me confesó que llevaba guardada una autorización de mosen Enrique Calvera, delegado de Patrimonio Diocesano, para extraer y transportar las piezas recuperadas.