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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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- ASIN DE BROTO. ERMITA DE SAN MAMÉS Y CRISTO ROMÁNICO DEL SOBRARBE- |
UTM 30T 736866 4711734 1340 m. |
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La ermita de San Mamés es un edificio de moderna hechura, popular y sencillo, en cuya portada dice que "Se compuso en 1874". Quizá su fábrica sea del XVII. Antes que ella hubo otra ermita emplazada en un lugar poco al norte todavía más elevado que la actual -a buen seguro románica- en cuyo interior se veneraba una talla de Cristo crucificado. Se arruinó la ermita vieja y según relata la tradición ya escuchada en otros lugares, los intentos de bajar el Cristo al pueblo fueron infructuosos dado que Él había decidido permanecer en el lugar de la ermita de San Mamés dominado desde cerca del cielo el valle del Ara, río libre de gentes libres. Desde esa atalaya natural a cuyos pies en la llanada se atisba Fiscal y el Pirineo asoma nevado a nuestras espaldas, Cristo, "El Cristo del Sobrarbe" reina y domina desde la humildad de su belleza y abandono.
Asín de Broto es un delicioso lugar cuyos vecinos habituales pueden contarse con los dedos de las manos y aun sobran. En verano es otra cosa. Hay algo más de vida. Situado en altura sobre la orilla izquierda del río Ara entre las localidades de Broto y Fiscal, más próximo a la segunda cuyo caserío puede verse en la imagen 1 próximo a la blanca línea que será la variante de Fiscal, tan necesaria y esperada para potenciar estos valles (Imagen de 24 de julio de 2005).
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El caserío se agrupa en dos barrios. La iglesia, situada a mitad de ambos, cuenta con uno de los más extraños y bellos esconjuraderos del Sobrabe. Su planta es alargada y cubre con bóveda apuntada. Se sitúa delante de la parroquial conformando una especie de atrio previo a la misma (Imágenes 6 y 7). Desde su ventanal de poniente a cuyo lado hay una bonita pila benditera, esconjuraría el mosen de turno las tormentas. Allá enfrente el barranco de Forcos abre camino hacia los hoy deshabitados lugares del sobrepuerto (Cillas, Cortillas, Escartín, Basarán, Otal, Bergua, etc.) hacia donde quizá se conminase a descargar la pedregada.
Ese ventanal muestra un preocupante descenso de la clave y de las dovelas adyacentes. Me dicen que se colocó un puntal, pero que ya no está... Tampoco debería de dejarse a su suerte. (A finales de 2010 he tenido la satisfacción de ver en prensa noticia de su rehabilitación). En Asín hay casas fuertes y algún escudo nobiliario. Casa Notario tiene una capilla dedicada a san Antonio de Padua del siglo XVIII. Se adivinan nuevas edificaciones que auguran regreso de gentes, aunque sea de modo discontinuo. Quizá haya sensibilidad para mantener esas estructuras que son historia, raíces del valle y reclamo para el turismo.
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La primera vez que subí hasta San Mamés fue en julio de 2005. Me acompañaron Jesús Martínez y su hermano, amables y orgullosos de lo suyo. Una vez arriba no pude ver el Cristo porque al último visitante de la ermita se le rompió el llavín y quedó dentro de la cerradura, inhabilitandola. Han pasado 4 años. Es el primer día de la primavera de 2009. Jesús, con su habitual amabilidad nos acompaña a José Luis Aramendía y a mi hasta San Mamés. Esta vez no hay incidentes y podemos contemplar al "Cristo del Sobrarbe". Su hermano ya no está entre nosotros. Antes de entrar disfruto del paisaje. Contemplo el Pirineo, las cimas que nos rodean, los buitres que giran una y otra vez como si esa fuese su única misión. Allá abajo la gente se afana en correr de un lado para otro. Coches circulando. Obras carreteras en marcha. Inquietudes, luchas, odios, amores... nada de eso llega hasta aquí. Tampoco el ruido. Solo siento el silencio y la suave brisa de primavera. No es de extrañar que el Cristo no quisiera bajar más allá de este lugar.
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Al interior, tras una puerta metálica tan antiestética como protectora, el espacio interior se reparte en dos volúmenes. Al este, la cabecera cubierta por medio cañón y tras ella el espacio de la nave sobre la que hay un falso techo de madera que en algunas zonas deja pasar la luz del exterior. Pintura de azulete en los muros y bóveda,. Desconchones que dejan ver la estructura de piedra. Churretones de la humedad y el agua que filtra por muchos lugares, cagaditas de murciélago por absolutamente todas las superficies horizontales.. y allá al fondo, en la cabecera un retablo "protegido" por dos lienzos rojos bajo los que asoman los pies de Cristo (Imagen 9).
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Jesús retira los velos y queda al descubierto una maravillosa talla de Cristo crucificado. Realizada en madera, probablemente de nogal, se compone de tres piezas: el cuerpo y los dos brazos, que se articulan como es habitual. Cristo de "cuatro clavos" como es norma en época románica. La cruz es la original y cuando se mira en detalle se advierte todavía parte de su policromía formando círculos y composiciones de difícil interpretación. El fondo del retablo lo forma un lienzo con tardía pintura al óleo completando la escena del Calvario: María y Juan flanquean a Cristo. La tela está cuarteada, deteriorada, con amplias zonas en la porción inferior desaparecidas y rastros de humedad.
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