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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-ARÉN. RUINAS DE IGLESIA ROMÁNICA Y NECRÓPOLIS DE "EL CASTILLO" (Cont.)- |
   UTM 31T 312236 4681381 790 m. |
Cuando hoy se visita el lugar, llaman la atención varias circunstancias. La primera, la majestuosidad de la ruina que fue portada occidental del templo. Es un descarnado resto de lo que fue. Un edificio abandonado es sin duda la mejor de las canteras para las gentes del entorno. Y de aquí se llevaron los sillares que componían el exterior y el interior de sus muros dejado al aire el núcleo del muro románico: hormigón y ripios de piedra, tan bien trabados, que a pesar de haberse retirado los sillares mencionados que sirvieron de encofrado para su ejecución, sigue en pie dando testimonio de su grandeza. ¿Por qué sólo ha quedado en pie esta zona del templo? Me atrevo a apuntar una hipótesis y es que corresponde a una obra añadida a un templo anterior para realzar su majestuosidad. Obra del románico pleno, edificada con sillares mucho mejor trabajados que en el resto del templo (aún quedan muestras in situ y en los alrededores), mejor mortero en la capa central del muro y mejor técnica edificativa.
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La segunda circunstancia es la gran cantidad de tumbas que perforan el estrato rocoso o que se realizaron con lajas en su entorno. En algunos lugares, como puede verse en la imagen 1, su densidad es ciertamente notable. Todas ellas están orientadas con su eje mayor en dirección este-oeste y la cabecera a poniente, como es habitual. Podemos ver variada tipología en las mismas: dentro de las excavadas en la roca, las hay antropomorfas en las que se realza el perfil de cabeza y hombros; otras son de tipo "bañera", con bordes paralelos y ambos extremos redondeados e iguales; algunas son trapezoidales, más anchas en la cabecera que en los pies y con extremos igualmente redondeados; ypor fin, las que no se excavaron en roca, se delimitaron mediante lajas de piedra verticalmente dispuestas. Unas y otras se cubrían mediante lajas colocadas planas tapando la tumba tras recibir el cadáver. La mañana lluviosa en que tomé las imágenes ayuda a destacar las tumbas por poseer agua en su fondo.
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También llama la atención lo intrincado de lo excavado. Estructuras de diversas épocas y funciones se entrecruzan y sobreponen dando testimonio de las sucesivas ocupaciones del lugar. Ello ocurre con el potente muro que hemos visto en la pagina anterior -en amarillo- y que vemos en las imágenes 2, 3, 6 y 7 arrancando desde el centro del perfil del cilindro absidal hacia la portada de poniente. Formó el lado sur de una edificación prerrománica de uso desconocido. Al edificar el templo, desapareció quedando solo su planta bajo el subsuelo.
Hay que tener en cuenta que la excavación se ha efectuado hasta hallar el estrato rocoso, eliminando todas las capas que sobre el mismo se superpusieron, bien natural o bien artificialmente. Ese estrato oblicuo e irregular, debió de ser nivelado para lograr un piso horizontal dentro del templo. En la excavación se documentaron tres niveles de suelo: primero apareció uno de grandes losas de piedra correspondiente al último templo. Por debajo otro de arcilla roja apisonada y más abajo otro de argamasa y tierra prensada.
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Por delante de la cabecera del templo hay un espacio parcialmente protegido por amurallamiento que está perforado de tumbas como todo el estrato, en cuyo centro se excavó el aljibe de la fortaleza. Tiene sección en forma de pera y su fondo es cóncavo. La embocadura es cuadrada y está perfilada por sillares (Imágenes 10 a 12)
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La monumental portada de poniente, cuyo "esqueleto" podemos ver hoy, fue abocinada y tuvo cinco arquivoltas cuyas improntas aún se pueden advertir en su exterior (Imagen 12a). Hay un hecho importante que se refleja en planta y es que hubo otra portada más pequeño, y probablemente de menos empaque. Quedan los sillarejos que conformaron el arranque de su vano y las gorroneras donde articulaba la puerta. En la imagen 15 la señalo con dos trazos verticales amarillos, así como el nivel horizontal del suelo del templo, con un trazo rojo.
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Por debajo de ese trazo rojo, correspondiendo al templo de inicios del XI, los sillarejos son toscos en su talla, aunque están bien compuestas las hiladas. El mismo tipo de sillarejo podemos rastrearlo en el arranque de la cabecera (Imágenes 6 a 9) y en el arranque de los bazos laterales y muro sur del templo. En cambio, los pocos sillares que quedan in situ de la portada muestran una labra perfecta (zona superior resaltada con amarillo en la imagen 13 y ampliada en la imagen 14). Bien escuadrados y ajustados. Es un momento ya del románico pleno, momento en que se añade esta portada al templo, dejando de lado la anterior.
Tras haber tomado un montón de imágenes del castillo e iglesia de Aren, comenzamos a descender con cierta premura hacia el pueblo porque amenazaba tormenta. Pero no lo suficientemente rápido como para no reparar en que tras una vieja puerta de madera, en las primeras edificaciones con que topamos, hay una escalinata tosca que me hizo dar un respingo y entrar a la carrera a tomar unas fotos (Imagen 16). Los peldaños no son sino bloques de piedra del templo que acabamos de dejar pocos metros atrás. Y los más "vistosos" por presentar una decoración de baquetón en sus aristas, se colocaron en la zona exterior de la improvisada escalinata.
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La imágenes 17 y 18 muestran una vista lateral de los mismos, y en la segunda de las imágenes en la cara vista entre los baquetones se adivina una marca de cantero en forma de "U" de ángulos rectos en los brazos que la conforman. Sin duda son piezas de los machones laterales de la portada que lucio baquetones como decoración.
Seguramente que un repaso más sosegado a estas zonas, revisando sillares reutilizados en edificaciones y muros podría aportar algún dato más para reconstruir el aspecto ideal de esta sin duda espectacular portada.
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