Una vez cruzado el pequeño barranco de Trausas, el camino sigue en pendiente unos pocos metros hasta una pradera. Desde la misma, en dirección norte, hallaremos el primero de los dólmenes; el llamado "Cabaneta del Fornó". Se trata de una cista dolménica rectangular, orientada en dirección NW-SE con apertura hacia el SE. Quedan restos de su túmulo semicircular con bloques pétreos de mayor tamaño cuanto más próximos a la misma.

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En la campaña de excavación de 1973 se extrajeron diversos materiales: Cerámica: cerámica a mano con impresiones digitales, cerámica vidriada. Materiales líticos: dos buriles, un microperforador, denticulados, lascas retocadas, laminillas, una posible hoja de hoz y un cristal de cuarzo retocado a modo de raspador. Materiales metálicos: Un fragmento de bronce, quizá de pulsera, una cuenta bitroncocónica perforada y una moneda de vellón de Carlos II de Aragón. Además un único fragmento óseo irreconocible. Entre las piedras del muro: hachas pulimentadas.

(Datos obtenidos de "Carta Arquelógica de España: Huesca. Almudena Domínguez. 1984")

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A unos 300 m en dirección NW desde el anterior, hallaremos el menhir, y a 200 m del mismo, en dirección NE, el segundo de los dólmenes conocido como "Cabaneta del Trancat de Dalt"

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Este dolmen es más pequeño que el anterior. Destaca poco del nivel del suelo y parece haberse aprovechado formaciones rocosas naturales como ortostatos. Su orientación en SE-NW, con entrada hacia el NW. Por delante de la misma, hay una piedra transversal más baja. En su excavación se hallaron: algún microlito, microrraspador y pequeño buril. Fragmentos de cerámica a mano similares a los del anterior.

Pocos metros hacia el este del dolmen, y junto a un murete de bolos de pudinga, hay una gran losa casi circular, de unos 2 m de diámetro (Imagen 9). La sensación es que se trata de la cubierta de otro dolmen. Quizá esté bajo la misma sin excavar (?). Además, numerosos acúmulos de bolos aparentan estructuras tumulares, de las que alguna a buen seguro lo será.

Durante el recorrido nos acompañó un perrillo que en la imagen 7 aparece sobre el dolmen.

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Los autores de la Carta Arqueológica datan este conjunto en época neo-éneolítica. Probablemente estemos hablando de unos 3.000 - 2.500 años antes del inicio de nuestra era.

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Como no me agradaba la luz de las imágenes anteriores (el sol a través de las ramas de los árboles es un implacable enemigo de la fotografía) en una de mis correrías por la Ribagorza, aprovechando el día nublado, tomé nuevas imágenes de este segundo dolmen (Imágenes 10 y 11).