LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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-BARLUENGA. ERMITA DE SAN MIGUEL(Cont)-



UTM 30T 719690 4675669 687 m.

(HOYA DE HUESCA)

Ver mapa interactivo de la zona


El pasado 21 de Marzo de 2003, de camino hacia Sagarillo, al pasar frente a San Miguel de Barluenga vi que el templo se encontraba abierto y me acerqué para volver a verlo y para "bichear", como dicen los jóvenes. Me llevé la gran alegría de comprobar que el motivo de estar abierto es que se están restaurando las pinturas del testero y muros del mismo, así como las de su artesonado. Al preguntar por la leyenda de Gárgano, pude acceder a parte del informe para la restauración de las pinturas, que por su interés, transcribo íntegro tras la imagen.

1TEMPLO EN RESTAURACION. 21 DE MARZO DE 2003

"INFORME PROPUESTA PARA LA RESTAURACIÓN DE LAS PINTURAS MURALES Y LA TECHUMBRE DE LA ERMITA DE SAN MIGUEL DE BARLUENGA (HUESCA)
...por otro lado, a la derecha vemos al arcángel que viste manto rojo y túnica probablemente azul, aunque el color casi se ha perdido, y sostiene un escudo decorado con una cruz en su mano izquierda y una lanza terminada también en cruz en la derecha, con la que ataca al dragón de siete cabezas y cuerpo de águila, figura en la que el artista ha demostrado mayor libertad creativa y destreza.
Entre ambas escenas, bajo la ventana, aparece un serafín dotado de tres pares de alas rojas y blancas oceladas, como símbolo de la custodia y vigilancia permanente que esta jerarquía celestial ejerce sobre el Trono de Cristo, y por encima de este serafín aparece un crismón trinitario con las letras Alfa y Omega para recordar a los fieles que Cristo es el principio y fin de todas las cosas, como ya se pudo leer junto a la cabeza del Pantocrator.

En la zona inferior derecha observamos una escena un poco confusa que, desde CH.R.Post y R. Del Arco, se ha identificado con Abraham acogiendo en su seno las almas de los justos, representadas por figurillas desnudas en actitud de oración, para presentarlas ante el arcángel, que aparece al fondo acompañado de otro ser angélico que conduce una nueva alma hacia el Patriarca. Esta escena conocida como "El seno de Abraham", también se basa en un pasaje evangélico (Lc. 16, 22-31) y está resuelta de manera muy gráfica para facilitar la comprensión por parte de los fieles de una escena no demasiado habitual en el arte local de la época.
Los rasgos del arcángel en esta escena coinciden con los representados en el mismo personaje en la escena superior, al igual que Abraham presenta similitudes con el Cristo en Majestad, especialmente en el tratamiento de los cabellos y la barba. En la zona izquierda se aprecia la existencia de un personaje que pertenece a otra escena hoy oculta por el enlucido posterior.


En segundo lugar, en el muro de la Epístola del Presbiterio encontramos representadas dos escenas correspondientes a la leyenda de San Miguel dispuestas en dos registros superpuestos: en el superior el castigo del arquero en el Monte Gargano y en el inferior la consagración del citado monte al arcángel
En la primera escena vemos a cuatro personajes vestidos según la moda popular del s. XIV con escarpines, calzas y túnicas ceñidas, el primero de los cuales aparece en actitud de lanzar una flecha y con otra clavada en la frente, mientras los dos que le acompañan le señalan con el dedo para atraer la atención sobre él e indicar al espectador que es el protagonista de la historia.
Estos tres personajes van acompañados por un ganado bovino y por un cuarto personaje que aparece en segundo plano y viste con capucha y lleva cayado, pudiendo identificarse con Gargano, el pastor sipontino de la leyenda. Una serie de árboles y rocas completan la escena, dándole un mayor sentido espacial y enmarcando la cueva donde aparece representado el toro descarriado.
Claramente esta representación se corresponde con el hecho narrado en la "Leyenda Dorada" que cuenta cómo Gargano, un pastor de Siponto (La Pluglia, Italia), envió a unos arqueros en busca de un toro de su rebaño que se había perdido. Cuando un arquero lo vio oculto en una cueva del Monte Gargano, disparó una flecha contra él, que le fue devuelta y se le clavó en la frente por orden del arcángel San Miguel, que había decidido morar en ese monte.
En el registro inferior encontramos dos hechos sucesivos narrados en una misma escena. A la izquierda aparece el Obispo de Siponto ("EPS") arrancando la flecha de la frente del arquero arrodillado tras recibir las instrucciones del arcángel y a la derecha aparece el mismo obispo ("SIPOTINUS") con mitra, báculo y libro, acompañado por un diácono que porta una cruz y seguido por una comitiva de clérigos y laicos. Se representa el momento de la consagración del monte al arcángel, que aparece ("MICHL") en actitud de bendecir y con libro en la mano izquierda.
Cuenta la leyenda que tras lo ocurrido, se decidió levantar en la cueva un altar en honor a San Miguel, que posteriormente se convirtió en ermita y ha llegado hasta nuestros días, siendo así la antecesora de la propia ermita de San Miguel de Barluenga y uno de los lugares más visitados de toda Italia. La representación de una segunda cueva con un altar y una cruz junto a la cueva en que se encuentra el toro, en la parte derecha del muro, haría referencia a este hecho (?)

En la parte inferior de este muro se han descubierto bajo el enlucido lo que parecen ser los restos de una escena del Infierno con las almas de los pecadores, representadas por hombres y mujeres desnudos, envueltas por las llamas del castigo eterno, aunque prácticamente solo se aprecian las líneas rojizas de los contornos de las figuras.

En tercer lugar, en el muro del Evangelio del presbiterio se conserva un único registro; pero que también incluye dos escenas diferentes y sucesivas en el tiempo. A la izquierda se observa el interrogatorio del rey de Samos a San Cristóbal. Tras el emperador romano, que aparece entronizado, coronado y blandiendo una espada, se observa al demonio, inspirador de sus acusaciones, mientras que el santo aparece escoltado por varios soldados vestidos según la moda medieval, con cota de malla y espadas envainadas. San Cristóbal, con el dedo en alto en actitud discursiva, defiende su fe cristiana ante el monarca Licio.
A la izquierda de este grupo vemos una escena en la que aparece una joven sin identificar arrodillada y adorando un ídolo de un templo pagano frente al santo (XFORUS). Para la mayoría de los autores esta sería una escena de exorcismo sobre la joven, aunque parece probable que aluda al episodio de Aquilina, la prostituta enviada por el rey junto a su hermana Nicea para seducir al santo, ya convertida al cristianismo por éste, acude al templo pagano y simula adorar a un ídolo para después atarle su cíngulo alrededor y derribarlo, como símbolo de su conversión.
Por otro lado, debemos recordar que San Cristóbal es el abogado contra la muerte súbita o la mala muerte, algo muy temido en la Edad Media, por lo que su representación aquí está también más que justificada.

Finalmente como ya hemos apuntado anteriormente, se encuentra decorado totalmente el arco triunfal. El intradós aparece dividido en cinco registros a cada lado, los cuatro inferiores están ocupados por difuntos (tanto solos como en parejas o grupos y tanto hombres como mujeres, reyes, clérigos, etc.) saliendo de sus sepulturas ante la llamada del Juicio Final, mientras que los dos registros más cercanos a la clave muestran ángeles mancebos turiferarios flanqueando a la Mano Divina representada en la clave, el símbolo más antiguo del poder divino.
En el frente anterior aparece de nuevo Cristo en Majestad, sedente y bendiciendo, flanqueado por dos parejas de ángeles turiferarios y cinco santos adorándolo, que se convierten en santas en la enjuta de la izquierda, aunque R. Del Arco y Garay los identifica erróneamente con los apóstoles.
Por último, en el frente posterior aparece un ángel mancebo en cada enjuta enviando un alma en forma de niño desnudo hacia el centro del arco, donde otro ángel la recoge. Esta escena sería también una psicostasis, es decir, una conducción de las almas al Paraíso, función principalmente desempeñada por San Miguel.

Como se deduce de la descripción iconográfica, el significado funerario del edificio y su decoración es muy importante. En este sentido C. Perrela Larrosa ha realizado un interesante estudio en el que plantea la representación en este lugar del Ciclo del fin de la Historia, según dos puntos de vista, el del Juicio Final (arco triunfal) y el del Apocalipsis (testero) y los ciclos hagiográficos de San Miguel y San Cristóbal (muros laterales, dos santos estrechamente relacionados con el tema de la muerte."

Además de la decoración de la cabecera, las cubiertas de madera del templo se hallan también decoradas. Muestro a continuación detalles de algunas zonas de las mismas. Hay motivos geométrico, vegetales, escenas de seres monstruosos... En fin, un templo aparentemente "soso" al exterior; pero que al interior nos reserva un montón de agradables sorpresas.


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