En el año 1985 estos
restos ya habían sido extraídos del sarcófago, limpiados y recolocados
en la urna que podemos ver en las fotografías. Hoy de nuevo ven
la luz para ser sometidos a estudios. Respetuosamente los muestro. Pocas
veces se tiene la oportunidad de mirar cara a cara a un rey de Aragón
y he de confesar que me ha impresionado no por la contemplación de
unos restos óseos, a lo que estoy habituado, sino por comprender que
la vida que hubo en ellos fue la de un rey de Aragón. ¡Cuántas
ideas pasaron por esa cabeza en los convulsos tiempos en que Aragón
se forjaba a base de empeño, fe y voluntad!