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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-JUNZANO. ERMITA DE Nª Sª DE SALILLAS (Cont.)- |
UTM 30T 737443 4667623 492 m. |
A finales del mes de julio de 2021 me acerqué a ver y a tomar unas imágenes de este lugar tras once años de mi última visita. Siempre digo que es bueno volver a los lugares una y otra vez porque quizá lo que te pasó inadvertido en una ocasión puede que mas adelante te resulte evidente. Hay muchos factores que influyen (además de la suerte): la luz solar con sus diferentes incidencias en muros y relieves, tu estado de ánimo, el mejor conocimiento de los templos románicos por haber visto muchos otros en el intervalo, etc.
Con el factor imprevisto con el que no contaba era encontrarme con el lugar parcialmente excavado con método, obra sin duda de una campaña arqueológica. Tumbas antropomorfas excavadas, silos aflorados, estructuras extrañas labradas en la roca... Total que me lié a hacer un montón de fotos y a empezar a elucubrar acerca del lugar para más tarde enviarle una serie de imágenes a mi amiga arqueóloga Julia Justes para ver si ella conocía el sitio y si sabía qué podría ser una extraña estructura que me resultó desconcertante. Como las sorpresas pocas veces vienen solas, me contestó: "Hola Antonio, algo sé del tema, soy la directora. Hemos estado un par de sábados en primavera. En septiembre volveremos al trabajo." Total, que esa circunstancia me estimuló más para obtener medidas e imágenes, en especial del templo, y tratar de comprender mejor este lugar.
La iglesia, mejor dicho lo que queda de la misma después del derrumbe de sus pies y del expolio de los sillares exteriores del lado sur, se alza en la zona más elevada de un alargado afloramiento rocoso de eje mayor noroeste-sureste que está cuajado de tumbas antropomorfas, estructuras cuadrangulares excavadas en la roca, silos, cías, etc. (Imagen 1). En la imagen aérea de Google Earth he señalado en color morado lo más evidente del poblado rupestre en que asienta el templo, al cual he señalado con color amarillo en su cabecera y rojo en la desaparecida zona de los pies. Hay otros afloramientos rocosos en su entorno, unos grandes y con cías y otros más pequeños y con entalladuras para apear maderos de desaparecidas viviendas.
Ya en el año 1914, Ricardo del Arco, como Correspondiente de la Real Academia de la Historia, daba noticia de una "Nueva estación prehistórica de Junzano (Huesca)". Describe detalles del templo como que la cornisa descansa en "pequeños canecillos", así como que "El muro delantero donde se abría la portada de ingreso se ha venido al suelo y eso que el templo fue restaurado en tiempos no lejanos con bastante acierto. Pero las inclemencias del tiempo surtieron sus efectos, y los vecinos de Junzano lejos de atender a la conservación de una fábrica tan venerada, parece que han querido acelerar su ruina pues frecuentemente están derribando los sillares de los muros para emplearlos en otras construcciones." (Boletín de la Real Academia de la Historia. p. 288-29, 4 de febrero de 1914).
Señala también que la Virgen románica de Salillas o Saliellas, de tres palmos de alta, se guarda en una casa de Junzano. Refiere haber contado sesenta y siete sepulturas prehistóricas (antropomorfas) similares a las que él comunicó haber visto en Albero Alto. En cuanto a datos históricos hace notar que Junzano se cita en la concordia realizada ante el rey Pedro I en 1102 entre Esteban, obispo de Huesca y Eximino, abad de Montearagón, dependiendo desde entonces Junzano al Señorío de Montearagón.
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La imagen 3 muestra unos cías excavadas en la roca próximas al templo que estaban cubiertas de tierra y maleza y que la campaña arqueológica ha puesto de manifiesto.
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Poco más al sur de esas cías, también en la zona anterior del afloramiento rocoso, me llamó la atención una especie de pequeño acceso que de lejos parece la entrada a una bodega o estructura similar. Está precedida de un atrio labrada en la roca. El interior muestra una pequeña estancia labrada en la roca, estrecha y con techumbre semicircular en cuya base hay una zona que se ha labrado a modo de losa alargada con canalones laterales. En el acceso rocoso a esa cavidad hay dos escotaduras amplias aparentemente para sellarla. No he visto nada semejante y desconozco su funcionalidad que pudiera ir desde lugar de acúmulo de alimentos hasta una extraña tumba dada su proximidad con las antropomorfas que hay por toda la roca. Espero que la arqueología nos desvele su probable función (Imágenes 4 y 5).
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En las imágenes 6 y 7 ofrezco una comparativa a base de fotografías tomadas con veinte años de diferencia. Lo más relevante es la excavación y limpieza de su interior poniendo de manifiesto los sepulcros antropomorfos y la base de piedra en que se excavó el tempo y que compone el piso de la nave Las grietas absidales parecen estar estabilizadas y no haber progresado en estas dos décadas.
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El interior de la cabecera del templo, una vez excavado, lo muestro en detalle en las imágenes 8 y 9 en las que además puede verse el umbral de la puerta norte así como el hecho de haberse excavado en la roca, a modo de "bañera", el espacio destinado a la nave.
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La imagen 11 nos muestra un detalle del asiento interior de la cabecera del templo, muy interesante porque además de ver los perfiles de las tumbas antropomorfas excavadas en la roca vemos también que la zona de las mismas donde asienta la hilada inferior de sillares hubo de ser rellenada con ripios y mortero de cal para garantizar una base uniforme sobre la que levantar los muros de la iglesia. Ese detalle es importante porque nos está indicando que las tumbas estaban ya allí cuando se eligió esa zona de la plataforma rocosa para edificar el templo. No estamos ante unos enterramientos dentro de la iglesia, sino ante una iglesia edificada sobre tumbas preexistentes, aprovechando ambas estructuras el mismo estrato rocoso.
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A partir de las fotografías obtenidas y de las medidas que he podido tomar del templo he trazado una plano aproximado de su planta que muestro en la imagen 12. La zona en azul corresponde a la estructura actual mientras que la señalada con gris corresponde a la hipótesis de cómo pudo ser la parte de los pies del templo, desaparecida por derrumbe. He añadido una portada a poniente porque Ricardo del Arco cita su existencia en el informe de 1914. La zona en gris alrededor de la zona meridional de muro sur y ábside señala el descarnamiento de esas estructuras al haberse expoliado su acabado exterior de sillares dejando el núcleo de los muros al aire.
En el esquema he situado tres tumbas de adultos, dos infantiles, cuatro "huecos" excavados que seguramente son otras tantas tumbas pero que se hallan colmatados por ripios y mortero (en color amarillo) para poder asentar los muros del templo. Todavía hay algún indicio más de tumbas que desaparecieron al rebajarse la arenisca para procurar la superficie de la cabecera. Las tumbas de adulto (el hueco para recibir el cadáver) miden alrededor de 1,80 m de largo por 0,45 m a la altura de los hombros y las infantiles 0,90 x 0,30 m respectivamente.
Las tumbas se concentran en cabecera y presbiterio con sus dos escalones tallados en la piedra y esa circunstancia podría hacer creer que se dispusieron allí por ser la zona sagrada del templo, pero lo cierto es que debió de haber más tumbas en lo que hoy es pavimento rocoso de la nave, tumbas que fueron eliminadas al rebajar la roca para generar esos escalones y la "bañera" del interior del templo.
El eje del templo está ligeramente desviado hacia el sur (unos 6 grados) y quizá ello sea la causa de que el ventanal de ese lado esté desviado de la perpendicular del muro que lo contiene en similar proporción.
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La imagen 13 corresponde a una toma realizada con el gran angular desde el centro del ábside levantando la cámara lo más posible y borrando informáticamente "la parte del fotógrafo" que aparecía en la imagen. Creo que es bastante demostrativa de la cantidad de tumbas que fueron excavadas en esa zona de la roca sobre la que asienta el poblado. Llama la atención que el perfil antropomorfo de varias no es semejante al visto en las tumbas de la zona al sur del templo puesto que ese perfil se excavó con notable profundidad de hasta un metro en la tumba central más alejada de la línea media del ábside, cuando el espacio para contener el cuerpo es de unos 40 o 50 cm. También es demostrativa esta imagen del relleno de mortero y ripios que fue necesario para levantar el cilindro absidal sobre una superficie profusamente agujereada por tumbas
También podemos ver varios agujeros de diámetro circular y alguno rectangular de pequeñas dimensiones, probablemente usados para clavar postes de madera dentro del contexto de poblado preexistente..
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La imagen 14, de la cabecera del templo, muestra en esquema la idea ya señalada de que en esa zona hubo una necrópolis cuajada de tumbas (nivel señalado en azul) que hubo que rebajar para tallar la elevación del espacio absidal, el escalón presbiteral de acceso al mismo y la superficie de la nave (señalados en amarillo). Al rebajar esa zona de la roca algunos de los sepulcros se vieron afectados mientras que otros desaparecieron (los de la zona de la nave). En el exterior del templo podemos ver la continuidad de algunas de esas fosas (en círculo amarillo de la imagen 15).
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Al interior, la cabecera se remata con ábside de tambor cubierto con bóveda de cuarto de esfera y el presbiterio, hasta el primer fajón que apea en ménsulas al estilo cisterciense, se cubre con bóveda apuntada. La coherencia de ambas se resuelve con una serie de hiladas de sillería a modo de creciente (Imagen 16). Una imposta de borde redondeado recorre ábside y presbiterio. Centra el ábside un ventanal de derrama interior y aspillerado al exterior. Otros dos similares hay en los laterales del presbiterio (Imágenes 18 y 19). El gran angular nos permite ver toda la cabecera del templo (Imagen 16).
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La imagen 17 nos muestra las vistas laterales de la cabecera y de los muros norte y sur, respectivamente. En el meridional podemos advertir la falta de todo el revestimiento de sillares del mismo. La ruina del templo se produjo por hundimiento de la zona posterior del mismo, desde el arco fajón hacia atrás, pudiendo apreciarse el arranque de las dos portadas laterales.
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La imagen 18 corresponde a la vista desde el este y desde poniente del templo. En la imagen del exterior he destacado en color amarillo la grieta que recorre la bóveda desde su altura hasta el ventanal, probablemente debida al exceso de peso que debe de sustentar esa estructura. En las tomas laterales se aprecia que la altura de la parte alta de ábside y nave es prácticamente igual sin que exista la habitual forma escalonada entre nave y cabecera. Esa igualdad de alturas sería lógica si al interior viésemos una bóveda absidal apuntada, con una altura semejante a la de la nave; pero si esa bóveda es de cuarto de esfera, como es el caso, para lograr enrasar ambas en su perfil exterior es necesaria una colmatación del espacio del extrados de la bóveda con el consiguiente aumento de la carga a soportar. Creo que ese es el motivo de que la bóveda absidal esté flechando por varios lugares así como de su aplanamiento. El notable espesor de los muros de la nave (1,40 m) está bien diseñado para soportar el empuje de su bóveda, pero el espesor del muro absidal (de poco más de 1 m) no es suficiente para soportar el exceso de carga que supuso elevar su altura hasta la de la nave.
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En las imágenes 19 y 20 podemos ver con más detalle la cabecera del templo Gracias al expolio de los sillares externos del lado meridional podemos notar un claro nivel entre la fábrica del muro recto del cilindro absidal. Las flechas que apuntan hacia abajo nos marcan una edificación a base de ripios y mortero reuniéndolos mientras que por encima de ese nivel el aspecto es de "encofrado", con bandas homogéneas y uso de sillares mucho mejor trabajados que los ripios vistos. (Es lógico pensar que esos sillares que se utilizaron en el interior del muro sean reaprovechados, al igual que los elementos de moldura junto a ambas portadas. No creo que los canteros perdiesen tiempo en labrar sillares perfectos para ser usados como relleno del muro o del extrados de las bóveda absidal. Es más creíble que tuviesen a mano los sillares de la anterior fábrica y los reutilizasen como ripios).
Por otra parte, las flechas que señalan hacia arriba indican ese mismo nivel en la zona en que no se arrancaron los sillares exteriores de modo que podemos notar que son distintos. Haca abajo más pequeños y hacia arriba más grandes y alargados.
Ese nivel, tanto en el espesor del muro (que podemos ver al estar descarnado) como en la forma de los sillares en el íntegro, hace pensar en un cambio de idea en la realización de la fábrica o en dos etapas diferentes de edificación.
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