A primeros
de Julio de 2004 el templo de San Miguel de Foces recuperó parte
de su antiguo esplendor. Tras una campaña de restauración
a lo largo de 2003 y 2004 se consolidaron las cubiertas, fue retirada la
capa de cal que cubría sus muros, eliminado el coro y su escalera
adosados a la esquina nordeste de la nave, repuestos los alabastros de sus
ventanales y por fin, cuando todo estuvo acabado, se procedió a restaurar
las pinturas, las auténticas joyas de este monumento.
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En las imágenes
2 a 4 muestro el brazo norte del crucero. Es una sala comunicada con la nave
por medio de alto arco apuntado. Cubre con bóveda de crucería
reforzada en sus aristas con nervaduras que apean en columnas adosadas a
las esquinas por medio de capiteles de decoración vegetal. Un ventanal
alargado en el muro oeste y un óculo en el norte, iluminan su espacio. Comunica
con el ábside norte por medio de un arco apuntado cuyo vuelo casi
llega a alcanzar la línea de imposta.
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Al interior
de los respectivos ábsides secundarios, la combinación de bóveda
de crucería con sus correspondientes nervaduras y sus ventanales
profusamente decorados con columnillas y capiteles en estética sucesión,
crean unos bellos efectos de luces y sombras (Imagen 5). La imagen
6 muestra la embocadura del ábside central,
de gran elevación y porte, en especial si se compara con los secundarios. En el brazo
sur del crucero la disposición es similar al del lado opuesto con
un pequeño ¿defecto?: el óculo que lo ilumina desde
lo alto del muro sur está notablemente descentrado hacia el este
(Imágenes 7 y 8).
Circunstancia extraña dada la profusión de simetría
reinante.
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La nave del
templo, verdadero resto del "viejo estilo románico" fue
edificada al modo cisterciense (Imágenes
9 y 10). Abren en sus muros sendos arcosolios, carentes de sarcófago. Nada menos
que cuatro puertas se agrupar en los pies de la nave. Una la principal,
otra en el muro de poniente, una tercera de acceso al tejado y quizá
a una torre-antorcha y por fin la cuarta, en el muro norte, tapiada, que
debió de permitir la comunicación con la sala adosada al norte
y a través de ella al claustro.