LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO
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-ORTILLA. PARROQUIAL DE SAN GIL ABAD (Cont.)- |
UTM 30T 696233 4670799 463 m |
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El vecino que me acompañó en la visita al templo (un familiar del alcalde) me hablaba del "tejado del templo viejo" como algo digno de ver. Yo pensaba que sería como en otras iglesias la parte exterior de la bóveda desprovista de cubiertas, pero mi sorpresa fue grande al contemplar de verdad, el tejado original en todo su esplendor. Está compuesto de seis hiladas a cada vertiente de grandes losas de piedra tallada, de unos 8-10 cm. de grosor dispuestas con esmero, como si de lajas de pizarra se tratase. Haciendo de vértice hay otra hilada de piedras talladas a dos aguas varias de las cuales tienen oquedades para recibir las vigas de soporte del recrecimiento del siglo XVII que originalmente apeaban en este vértice de la sobrecubierta.
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Faltan las losas del tejado en la zona de la unión con la cabecera del templo dejando al descubierto el extradós de la bóveda del mismo, el arco de medio punto de acceso a la cabecera, y a los laterales, los refuerzos del presbiterio (Imágenes 3 y 4). A los pies del tejado del templo se conserva íntegra -excepto los arcos de cierre- la estructura de la espadaña que se adivina al exterior integrada en la estructura elevada (Imagen 5).
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Una puerta abierta en el lienzo sur de la torre da acceso al interior de la misma (Imágenes 7 y 8)
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A esta interesante zona del templo se accede desde el coro por una estrecha y "coscorronera" escalera. Los ventanales de estilo aragonés están sabiamente sellados con reja que impiden la entrada a las dañinas palomas. En algún sitio las he oído describir como "ratas voladoras" y aparte de ser "emblema de la paz" (y ser deliciosos los pichones encebollados) son perniciosas para edificios y monumentos. En la reforma se ha eliminado todo el sobrepeso que soportaba esta vieja cubierta, descargándolo mediante un entramado de vigas metálicas que es deslizante a nivel de la espadaña para absorber las dilataciones de la estructura producidas por el calor. Es probable que se haya llegado a tiempo de evitar el derrumbe al que le encaminaba el apeo de la edificación sobrepuesta sobre las bóvedas. Ahora la carga se encamina hacia los muros laterales y al de cierre.