LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO
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-ORTILLA. PARROQUIAL DE SAN GIL ABAD (Cont.)- |
UTM 30T 696233 4670799 463 m |
En el registro medio del lado sur pueden apreciarse cuatro escenas. De izquierda a derecha: dos personajes son conducidos ante la presencia del emperador por dos soldados cubiertos de cota de malla (Imagen 1 -activa-). Parte de la cartela que indica su identidad se halla sobre sus cabezas. Quizá una restauración pudiera sacar a la luz el suficiente fragmento para identificar a esta pareja de "presuntos mártires" (casi todas las escenas pictóricas similares que he visto acaban en el martirio de los "conducidos").
El rostro coronado del emperador que los juzga se conserva milagrosamente en una tosta de enfoscado que permanece adherida al sillar sobre el que se decoró (Imagen 2). A continuación hay un estrecho registro en que se advierte el perfil de un arco de medio punto muy rebajado. La escena que hay bajo el mismo no la identifico; pero parece adivinarse una cabeza orlada de nimbo. La restauración podría sacarla a la luz.
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La escena siguiente es muy alargada y está bastante deteriorada. Solo se puede advertir la presencia de unas caras de soldados cubiertos con cota de malla y una lanza en el ángulo superior derecho de la misma (Imagen 3).
No ocurre lo mismo en la escena que se halla adyacente al fajón. Aquí puede verse con claridad como un santo es sacado de su cárcel, representada en forma de torreón en el lado derecho y es conducido por tres soldados cubiertos por cota de malla ante el emperador, quien sentado, coronado y con la espada alta, representando su autoridad, lo juzga (Imagen 4).
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En la imagen 6 puede verse ampliada la cara del santo conducido por los soldados ante el emperador. También en esta escena quedan trazas de letras sobre su cabeza, aunque mientras la restauración llega, seguirán ocultas.
Y por fin, la imagen con la que abría el espacio dedicado a la pintura en este templo dedicado a san Gil Abad. Se trata de unos bellos restos de pintura sobre una dovela que apareció en las obras de restauración (Imagen 7). Probablemente se trate de una de las dovelas eliminadas del presbiterio o de la zona anterior del primer tramo de la nave en el momento en que se demolió y reedificó la cabecera. Su milagrosa conservación así como la belleza y precisión de los trazos con que está hecha la convierten en un verdadero icono.
Merece la pena acabar de consolidar y restaurar este templo. Y si no había suficientes razones para ello, la aparición de este ciclo pictórico que viene a completar el ya amplio muestrario del gótico lineal en la Hoya de Huesca, añade un argumento de peso.
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