16 de Septiembre
de 2004. Ya empieza a refrescar por las mañanas. El día amanece
despejado y agradable. Decido dar una vuelta por San Juan pensando encontrar
a la gente trabajando y poder acceder al interior del templo para tomar
imágenes. La sorpresa es que no solo encuentro a los trabajadores,
sino a una verdadera "visita oficial a la obra". Allí esta
el Sr alcalde del Ayuntamiento de las Peñas de Riglos, el Jefe de
Sección de Cultura y Patrimonio de Huesca, representantes de Prames
y del cuerpo facultativo de arquitectos. Conocía
a algunos de ellos. A otros a través de Internet. Al resto he tenido
la oportunidad de saludarlos y ponerme a su disposición sin restricciones.
El templo y su historia bien lo merece. Como me decía el Sr. Alcalde,
"Yo no quiero colgarme una medalla; sino evitar
que el templo se espalde". Bueno... pues
creo que va a haber excedente de medallas, porque todos andamos pensando
lo mismo, ¿o no?
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Lo primero
que se nota al entrar al interior del templo es de nuevo la penumbra que
crea ese ambiente tan románico. Después, cuando la vista se
acostumbra a ella, sorprende la altura de la nave al haber sido eliminado
el falso techo que ya comenzaba a derrumbarse. Andamios
por doquier y el pavimento recién escobado en previsión de la visita
de autoridades. Por cierto, que el pavimento actual es una especie de cemento
de muy baja calidad, al decir de Jesús, por emplear como aglutinante
la arena local que es más buro que otra cosa. Bajo esa
capa es posible que aguarde el pavimento original. Se advierte un escalón
más tras el presbiterio así como una vez cruzada la puerta
de entrada. También apunta a ello el enrase actual de la base de
la pila bautismal, que no ha de medir menos de 20 cm. ¿Piedra, suelo
natural compactado...? ¿Alguna sepultura de persona relevante...?
Bueno, soñar es barato.
Pero hay
que contemplar todas las posibilidades ahora que estamos a tiempo. También
estar atentos a la probabilidad de aparición de una lipsanoteca con
datos de la consagración del edificio. Aunque el altar actual está
retranqueado hacia el cilindro absidal para oficiar hacia oriente, no hay
que descartar esa posibilidad, o incluso la aparición de la misma
en lugar distinto al habitual (en alguna credencia oculta, por ejemplo,
como en Muro de Roda).
Ya se ha
realizado el "zunchado" del templo, que no es sino la consolidación
de toda la sección de la nave en su zona alta a base de cemento
y forjado de hierro. Ello evita la posibilidad de apertura de los muros
así como de progresión de alguna de las grietas existentes.
Sobre las cubiertas de madera
se ha colocado una malla metálica. La llaman "red de gallinero"
y se ha recubierto con capa ceméntica de unos 3 cm. de espesor (Imagen
4). A continuación se adosará una
capa plástica y sobre ella las losas que ya comienzan a ser preparadas
(Imagen 3).
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El presupuesto
de obra que me muestra orgulloso el Sr. Alcalde, procede de Obras Públicas
y contempla la rehabilitación estructural del inmueble. Ocho millones
de las antiguas pesetas. Tan oportuna como necesaria, procedan los fondos
de donde procedan. Después habrá que esperar que Cultura
tome el relevo y acometa obras de descubrimiento, consolidación y
restauración del conjunto pictórico de Rasal. Aprovecho
para opinar sobre cómo se ha de tratar el interior de la nave del
templo: creo que es agradable dejar la piedra vista, sin encalar ni enfoscar. Me parece inadecuado el aspecto interior de un templo restaurado completamente
blanqueado. Pongo por ejemplo la parroquial de Cirés,
recién inaugurada por el Presidente Iglesias. Me
parece mucho más aceptable el resultado obtenido en Morillo de San Pietro,
también restaurado por PRAMES: pinturas absidales recuperadas y consolidadas,
y el resto del templo con la piedra vista.
Marchan las
autoridades. Yo me quedo tomando imágenes para el recuerdo. Y Jesús
y su gente, aliviados por que ya unos y otros nos vamos dejándoles retomar
su faena de la que (se le nota mucho) se siente orgulloso. Pero antes
de marchar, me deja un último interrogante: en el intrados del dintel
de la puerta sur, hay dos gorroneras para alojar el eje de la puerta: uno
al este y otro al oeste. ¿Error de quien la hizo? ¿Rectificación
para abrirla en sentido opuesto al primero que tuviera? ¿O seguimiento
del modo lombardo? Los dinteles de la torre del homenaje y de la torre
norte de Loarre también tienen dos gorroneras para alojar dobles
hojas y no son mucho más amplios sus vanos. Sigo soñando
e imagino que al repicar el enfoscado del interior de la puerta pudiera
aparecer un arco de descarga al igual que en la cegada puerta del muro norte.
Justificaría ese detalle del dintel. El tiempo lo dirá.