El patio
de armas del castillo roquedo primitivo no es demasiado grande. Ello
hace pensar que no debió de ser muy numerosa su guarnición
en la época que lo mandara ubicar Sancho III El Mayor, ni cuando Ramiro I edificó toda la estructura primitiva que ahora podemos ver. Hay que pensar además,
que gran parte del recinto actual corresponde a la época de Sancho Ramírez,
que amplió su área abrazando al núcleo primitivo para ganar espacio hacia poniente y edificar
el llamado "palacio real" del que solo quedan las estructuras
subterráneas y el "mirador de la reina" concebido para iluminar
la primera de sus hipotéticas plantas.
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La iglesia del primitivo
recinto castrense ocupa el ángulo sudeste del recinto fortificado. Forma parte de la elevada
muralla y su eje, como es preceptivo, coincide con el del templo de San
Pedro de Loarre, ambos orientados al lugar por donde se alza el Sol día tras día.
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El muro del recinto
primitivo fue aprovechado en su lado oriental como muro de cierre de la
iglesia de San Pedro (Imagen 3). Ello explica el hecho
de que ese muro, al interior del templo no sea de piedra sillar escuadrada
y con marcas de cantería como debería de ser, sino que el
material sea sillarejo. Además su disposición es oblicua,
no perpendicular a los muros norte y sur del templo (Ver
planta).
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En lo alto del muro que
limita el castillo hacia el nordeste pueden verse todavía las almenas
originales que lo perfilaban (Imagen 6). Con posterioridad se adosó a este muro
una edificación de al menos dos alturas, de la que restan los apeos de arcos
de medio punto para sustentar soleras de madera así como parte de
una chimenea en la primera planta. En la zona inferior de su lado norte se adosó la sala que llamamos "mazmorra" y que también aprovechó la base exterior de ese muro para ser alzada. Queda bajo nuestros pies cuando caminamos por la plataforma situada entre la muralla y los pabellones norte.
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El perímetro del
primitivo castillo fue ampliado hacia el norte y a poniente para erigir la terraza
norte y el "palacio real". Ello justifica el curioso hecho de que un muro
interior posea aspilleras derramadas cuando poco más allá
hay otro muro que las deja carentes de función (Imagen10).
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La potencia planeada para la estructura llamada
"palacio real" debió de ser grande. Quedan las estructuras por
debajo del nivel del suelo que La Figuera desenterró en su restauración
de 1915. Al sur, el "mirador de la reina" estaba pensado para iluminar la
planta baja de este edificio. A juzgar por las basas y fragmentos
de columnas que restan, su altura debería de haber sido considerable
(Imágenes 7 a 9). Hay opiniones, como la de
Martínez Prades, en el sentido de que este edificio no se llegó
a edificar dado que aun aceptando su hipotética ruina deberían de haber quedado muchos más restos
materiales del mismo. Tampoco La Figuera comunica haber retirado sillares de la obra al excavar la colmatación de esta sala. De haberse arruinado, deberían de haber existido en gran número.
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