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UTM 30T 668674 4712586 824 m Descargar track GPS "Huesca-Paruela-Bagüés" (*.plt)

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En una charla que el profesor D. Buesa impartió en Bailo durante el otoño de 2013 coincidí con la familia Lobera de Bagüés quienes me pusieron al tanto del avance de las obras de restauración, que siguen adelante (despacio, pero adelante) en la iglesia de Bagüés. Entre otras cosas me comentaron el hecho de que se había descubierto la cegada ventana absidal con lo cual la fisonomía de la cabecera del templo recupera sus hechuras originales. Gracias a mis conversaciones con el prof. Martínez de Aguirre, aprendí que una de las consecuencias del gusto por colocar retablos en la cabecera de los templos fue el hecho de que los vanos absidales quedaran carentes de función y en consecuencia en muchas ocasiones se cegasen. Creo que esto también ocurrió en Bagüés.

Al interior el templo luce de modo diferente a como lo he venido viendo hasta ahora. Hay bancos en la nave, focos que aportan luz y hacen ver el espacio de otro modo, e incluso un monitor en el que se muestra a los visitantes el mismo vídeo que en el Museo Diocesano de Jaca sobre la edificación del templo, la confección de sus pinturas y el arrancado de las mismas. Contemplarlo en el interior del templo le añade una gran intensidad histórica.

El pavimento de las naves se ha sustituido por una capa de cemento, dejando las necesarias juntas de dilatación en su unión con los muros. El relleno de "polispán" de las mismas permite en teoría eliminar los empujes derivados de la dilatación térmica del cemento. Las imágenes 4 y 5 muestran la iluminación actual, sin ayuda de focos eléctricos, tras la apertura del vano absidal.

Sin duda la restauración (todavía en marcha) nos va permitiendo apreciar el templo en todo su esplendor. Hay notables diferencias entre la imagen que tomé en 2002 (Imagen 8) y la de hace apenas unas horas, el 26 de noviembre de 2013 (Imagen 9).

Una vez se concluyan las obras de restauración (las cubiertas han de ser repasadas) parece existir la idea de musealizar el interior de este espacio. Creo que un extremo de gran interés sería reproducir in situ las pinturas que en su día decoraron los muros, al modo en que se ha hecho, por ejemplo, en San Clemente de Tahull. Al hilo de esta reflexión quiero señalar que en el hastial de poniente al interior del templo he localizado en mis fotografías zonas residuales de pintura en las que los colores corresponden con la decoración original del templo (Imagen 10). Se acepta la idea de que el hastial de poniente fue destruido para edificar la torre, cuya estructura se introdujo parcialmente en los pies de la nave. Me cuesta aceptar esta proposición. Supone un notable esfuerzo edificativo y de consumo de recursos: destruir el muro (en teoría acabado con su decoración pictórica) para edificar una torre. Lo habitual era aprovechar lo existente y adosar la nueva estructura lo que redundaba en rapidez, seguridad y menor coste. Si allí hay restos de pinturas originales, certificarían esta proposición.