Nada oigan, que no
funciona, que es puñetera mentira, que me la
han intentado dar con queso, por decirlo de forma delicada.
Me refiero a esto que nos cuentan a todos de que las
cosas en caliente no se ven con claridad y que es mejor
dejar que a uno se le pase el calentón del momento...
( Aquí iba una frase muy desagradable que no
me hubiesen dejado publicar ).
Les cuento esto al
hilo de la reciente cruzada "antimalosmalisimos"
que se han sacudido amablemente nuestros primos de ultramar
en la que no solo han dejado el mayor campo de futbol
del planeta alisado y listito (qué detalle).
También han demostrado que no tenían especial
fijación con ninguno de los colectivos de la
zona (a esta conclusión he llegado yo solito,
nótese lo listo que soy, tras ver que han masacrado
por igual a hombres, que niños o mujeres, a civiles
que a militares o "paramilitares", si es que
a un tipo con chilaba y un pico se le puede llamar "paramilitar";
a periodistas que a unidades aliadas...). Aparte de
todos estos alardes de formas y maneras, también
han dejado claro que los tiempos del tiro parabólico,
ya saben, velocidades de los ejes X e Y, y distancia
D y todas esas cosas han quedado más que superadas,
ahora lo que se lleva son las bombas "Inteligentes",
hay que joderse, podían poner de moda los cazas
sin tren de aterrizaje o los paracaidistas sin paracaídas.
Parece que estas bombas
inofensivas y amigas de los niños (estoy por
comprar una caja para mi hermana y mi sobrina) son de
una precisión increíble. Esto último
si que me lo creo. En esta página web tienen
Vds un buen puñado de coordenadas GPS (recogidas
a puro huevo por mi mecenas), con las que comprobar,
si gustan, la precisión que pueden alcanzar hoy
en día las mediciones por satélite. Les
garantizo un error de apenas un metro o metro y medio
de aquí a la plaza roja de Moscú.
Esto prácticamente
convierte los clásicos daños colaterales
en blancos perfectos. Por eso me llamó poderosamente
la atención hace unas cuantas semanas ver en
el telediario a un tipo al que habían mandado
a la guerra con un micrófono (como broma desde
luego se pasaron con el pobre hombre) y que comentaba
algo sin importancia así como : "A mi espalda
pueden ustedes ver como las llamas consumen lo que fue
la biblioteca nacional de Bagdag"... ¡con
dos cojones!.
Y parece que al mismo
que no le importó encenderse habanos con obras
de mas de 3000 años de antigüedad, no cayó
en la cuenta de que en una ciudad sumida en el caos,
si las fuerzas de orden público desaparecen:
una de dos o te aprietan fuego a los pozos de petróleo,
o te saquean un poco el Museo Nacional.
Por supuesto los pozos fueron rápidamente protegidos.
El resto se lo pueden imaginar...
Si han leído
hasta aquí supongo que ya tendrán ganas
de insultarme. Antes déjeme alegar en mi defensa
que yo también he visto en la tele y los periódicos
imágenes de personas que parecían cualquier
cosa menos personas; hogares arrasados; pueblos enteros
reducidos a escombros... Es tan obvio y tan evidente
lo atroz de la situación , que casi ofende hacer
hincapié en ella.
Ahora les invito a
ustedes a echarle un poco de imaginación a mi
texto, e intentar imaginarse a ese yanki de Oklahoma
que se ha venido de excursión son sus tatuajes,
cuatro amigos y unas cervezas... Lo de siempre, salvo
que éstos, en lugar de una furgoneta Wolksvagen
con flores pintadas, se traen un tanque con las barras
y las estrellas, los hijoputas.
Imagínense
a ese yanqui que clava el tanque enfrente del Museo
del Prado e intenta atinarle en la diana a la maja desnuda...
A su primo de Kentukee que se lleva debajo del brazo
plegado en tres el cuadro de las lanzas, para ver como
le queda al lado de la colección de películas
de Stallone y Chuck Norris... Imaginen a otro colega
que llegó un par de días tarde de Londres
y que lleva un tatuaje del Manchester, que se le ha
acabado el papel higiénico, y que tiene un sargento
que le dice que improvise.. Imagínense al hijo
de puta del hooligan encontrado papel en la Biblioteca
Nacional ( "Cervantes what else?") y usándolo,
y al desgraciado que los mando a todos diciendo que
borren toda huella que dentro de 200 años les
pueda recordar a los hijos de nuestros hijos, quiénes
fuimos, qué clase de pueblo éramos, en
qué dioses creíamos, qué guerras
nos declararon, y cuáles declaramos nosotros...
todo lo que pueda hacer que álguien tenga conciencia
de si mismo.
Para completar la
escena sólo faltaría el pingüino
del anuncio con el detonador en la puerta de la iglesia
de Santo Tomé en Toledo, diciendo que "O
se da preso ese tal Conde de Orgaz o tiene ordenes de
volarlo todo, que lo tienen localizado por satélite
y saben que está ahí".
El día que en mi país me encontrase con
escenas así; lo mismo hasta me replanteaba lo
de no empuñar nunca un arma contra un congénere.
De todas formas -divago- como les decía al principio,
tras unas semanas de reflexión no he entrado
en razón. Sigo firmemente convencido: se podían
haber quemado los cuernos.
Huesca ,5 de Mayo de
2003