El refectorio es la sala de mayores dimensiones del museo.
Su longitud iguala a la panda norte del claustro a la que se adosa. Fue
en origen el comedor de los canónigos pasando en el XVI a transformarse
en la capilla de Nuestra Señora del Pilar. Su volumen está
segmentado en seis tramos por cinco arcos diafragma apuntados. En
la reforma del museo se han colocado contrapuestas las pinturas murales
de los ábsides de Ruesta y Osia, aprovechando los tramos de muro
entre los arcos diafragma para musealizar pinturas recuperadas de diversos
lugares de la diócesis. Cerrando el acceso
al ábside de Osia hay una verja románica con estructura
de puerta de acceso. Es posible que fuera la reja que cerrase el ábside
central de la catedral.
La imagen bajo estas líneas es interactiva.
Colocando el cursor sobre las zonas donde se sitúan las pinturas
aparece cartela con su nombre. Cliqueando se accederá a imágenes
ampliadas de las pinturas en cuestión. También
cliqueando sobre las imágenes de las pinturas se puede acceder
a sus páginas respectivas donde se muestran algunos detalles de
las mismas.