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Al interior, es iglesia de una sola nave rematada en ábside de tambor que se cubre con bóveda de cuarto de esfera. Por delante amplio presbiterio cubierto con medio cañón. La nave consta de dos tramos, marcados por un fajón apuntado; que a través de capiteles lisos, apea mediante semicolumnas adosadas al muro. La bóveda es apuntada. Un segundo fajón lo hallamos adosado al hastial de poniente, en el que advertimos la elaborada decoración al interior del ventanal ya visto al exterior. Recorre cabecera y nave una imposta biselada, delimitando paramentos verticales y bóvedas.
A los pies, se halla un coro alto, (Imagen 2) de acceso exclusivo por el exterior, a través de una puerta en el muro norte; que probablemente comunicaría con dependencias anejas al desaparecido claustro.
En el arranque de la nave, hallamos las capillas añadidas ya mencionadas. A destacar que son diferentes. Medio punto en el lado sur, y apuntada la del norte, como se advierte en las imágenes 3 y 6. Las decoraciones murales del presbiterio, modernas, recrean una arquería polilobulada de recuerdo orientalizante (Imagen 4).
Quedan en el cilindro absidal y su bóveda restos de pinturas de estilo gótico lineal; datables en el S XIV (Imágenes 7 a 15).
Sobre la bóveda de cuarto de esfera, la desdibujada imagen de un Pantócrator, con los cuartos traseros de dos de los tetramorfos reconocibles (Imagen 14). En el del lado sur, se puede leer parte de la cartela : "LV.." correspondiente a S. Lucas. Por debajo, y entre una orla geométrica estrecha, y otra más ancha (Imagen 9) hasta el nivel del altar , una escena de Jesús con nimbo crucífero (Imagen 8) en actitud de bendecir a María Magdalena, postrada ante Él. El rostro de la Magdalena ha sido eliminado de la pintura: cumpliendo con la bárbara tradición ("Damnatio memoriae") que desde los tiempos de la Roma Imperial perdura hasta nuestros días. Esta escena es reconocible por la cartela que hay sobre ella, inscrita en una estrecha banda y que dice: "M:MAGDALENA:IHS:HHH".
En el lado opuesto del cilindro absidal, una figura femenina; probablemente la propia Magdalena; por la similitud de vestuario, recibe de un ángel (del cual solo se conserva un ala extendida, parte de la cara y el dorso de la mano) Lo que parece una túnica (Imágenes 10 y 11). Sobre la escena, una cartela de la que apenas se lee: "SEPVLCER..."
Relacionando los dos fragmentos descritos, la escena del cilindro absidal es probable que narrase el pasaje de la resurrección de Cristo.
Las pinturas de la cabecera del templo, de estilo gótico lineal o internacional, ponen en relación este templo con otros ya vistos en el Somontano (Bierge, Ibieca, Arbaniés, Barluenga o Liesa) y que merecen un recorrido monográfico para su contemplación. Otra cosa bien distinta es la verdadera aventura de "caza y captura" de la llave del templo. Localizar quién la tiene, encontrarlo con disponibilidad, pactar una visita... en fin, que hay que estar muy motivado para realizar el recorrido.
En mis anteriores visitas no había reparado en el motivo del desmantelado parcial del lienzo interior del cilindro absidal y la consiguiente desaparición de su decoración pictórica. Hoy me he asomado detrás del altar, y lo he comprendido. Los huecos excavados en los laterales del cilindro absidal nos indican bien a las claras que hubo retablo que ocultaba el cilindro. Y la tradición de muchos templos aragoneses de exponer la Custodia en el óculo que corona los retablos, requiere un acceso tras el mismo. Para eso se realizó escalinata a base de desmontar sillares de forma escalonada, recolocando los retirados para formar un primer tramo (Imagen 12). Y en la última (deseo) guerra civil, se destruyeron virgen y retablo, quedando a la vista esta modificación estructural.